“No se trata de buscar eternamente un culpable, sino de deconstruir el machismo”, Fabiola Calvo
Son muchos los ejemplos que se le ocurren a Fabiola cuando habla del acoso en medios de comunicación. Cuando no se escucha o no se le cree a una periodista al denunciar un caso de violencia de género, cuando un agresor hace parte del comité o del organismo interno que tiene el medio para resolver estos problemas o cuando se revictimiza a las mujeres haciéndoles contar una y otra vez la misma historia: estos son tan solo unos cuantos ejemplos.
Ella explica que esa intuición que tuvieron desde la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género de que el acoso en medios era un fenómeno gigante, la comprobaron a través de una investigación de vanguardia en nuestro país. Titulada como Violencias machistas contra periodistas y comunicadores, esta deja ver que del total de personas encuestadas, 67.1 % de las periodistas y comunicadoras reportaron haber vivido acoso sexual, con respecto al 21.1 % de los periodistas y comunicadores que reportaron lo mismo. La investigación, como nos explicó Fabiola, también deja ver cuáles pueden ser algunas vías de solución y mitigación a este problema.
Por eso, para ahondar en este trabajo y la labor de esta red fundada hace 15 años en nuestro país, conversamos con Fabiola Calvo, quien lleva cuarenta años ejerciendo el periodismo desde la prensa oficial, alternativa, como corresponsal internacional y actualmente como columnista de El Espectador Colombia +20, donde realiza reportajes. Ella también tiene un doctorado en Sociología y Ciencias políticas y estuvo 20 años en el exilio, por lo que a su regreso fundó esta red.
Cabe resaltar que esta iniciativa nació con el objetivo de visibilizar a las mujeres en los medios de comunicación, desde un ángulo basado en la Plataforma de Beijing de 1995 que tiene un capítulo dedicado a las mujeres y los medios de comunicación. Esto lo han hecho a través de una labor pedagógica en el país durante más de 15 años con la que ayudan a periodistas, medios y facultades de comunicación y periodismo a tener una mirada de género desde los derechos de las mujeres a la hora de informar.
¿Desde la red han investigado el tema de cómo prevenir o tratar casos de violencia de género al interior de los medios de comunicación?
Ese es un ítem importante que se me quedó en el tintero. El año pasado presentamos una investigación que hicimos sobre acoso sexual y violencias machistas contra periodistas y comunicadores.
Eso nos permitió acercarnos mucho más a la problemática porque teniendo en cuenta que somos periodistas y hemos estado en los medios de comunicación y las salas de redacción, eso nos da un conocimiento directo. Sin embargo, eso no era suficiente, necesitábamos hacer una investigación y sustentarla con cifras, entrevistas a profundidad, con una encuesta en línea.
Fueron 470 personas quienes contestaron esa encuesta, entre periodistas y comunicadoras, de los cuales 127 fueron hombres y 343 mujeres. Hubo 10 entrevistas a profundidad, cuatro grupos focales. Esto nos dio la posibilidad de adentrarnos mucho más en qué es lo que está pasando, incluído todo lo que tiene que ver con el proceso de una nota de prensa, con lo cual incluimos en el análisis espacios, fuentes y eso nos dio una mayor amplitud en lo que tiene que ver con el acoso a mujeres periodistas.
Algunos hombres hablaron de acoso, pero pues realmente si comparamos cifras, es muy reducida comparada con la cifra tan alta en la que están inmersas las mujeres en esta problemática. Por ejemplo, el 73,4% de las mujeres encuestadas y participantes en la investigación han sido víctimas de violencia psicológica. Esta es una cifra muy alta que a mi juicio nos dice que existe una enfermedad que hay que tratar al interior de los medios de comunicación.
¿Qué se sabe del panorama del acoso sexual en medios de otros países?
No es lo mismo el contexto en países europeos, a países latinoamericanos y no porque en Europa no haya violencia de género o acoso en las salas de redacción, sino porque creo que lo llevan un pasito más adelante: hay normativas, comisiones y grupos de género que se han creado en los últimos años.
La plataforma de Beijing plantea la necesidad de hacer comités en los medios de comunicación con enfoque de género porque es que no solamente corresponde revisar lo que se publica, sino lo que está pasando internamente.
Esos comités ya se han creado en medios en España: sé que lo tiene El País y Público. En la investigación proponemos que no solamente se planteen desde talento humano y con un enfoque de género, sino que se creen comisiones internas en las que no participen los agresores, porque ya hemos encontrado que el agresor participa del comité y tiene arte y parte en el problema. Parece que no tuviera sentido tener que decir esto, pero a tal extremo llegamos que eso pasa. Entonces eso que parece tan sencillo y tan elemental, pues tocó decirlo en la investigación.
¿Qué otras herramientas ustedes han estudiado desde la red y desde este informe que pueden ayudar a prevenir o tratar la violencia de género?... por ejemplo, se habla mucho ahora y a través de la sentencia t-140 de los protocolos, pero más allá de eso a veces esto puede convertirse en un documento más sin aplicación.
Yo creo que estamos de acuerdo, a veces esto se convierte en un documento más dormido en los anaqueles. Nosotros nos planteamos que en primer lugar tiene que haber una formación permanente y cuando digo permanente es porque tenemos que salir del tallerismo, de la sola sensibilización.
Ahora, lo que pasa es que tampoco podemos mirar de una manera aislada la solución. No es posible que un solo medio o los medios de una manera aislada resuelvan el problema. Yo creo que esto tiene que ver con un conjunto de medidas macro y micro; las macro tienen que ver con la institucionalidad, con el Estado, con el gobierno; y por el otro lado, lo micro, lo que tiene que hacer cada medio en particular.
Por ejemplo la Fiscalía no tiene personas que realmente conozcan lo que es una violencia en el medio periodístico y eso implica que no saben cómo tratarla. Entonces, si la Fiscalía realmente no forma a sus funcionarios y funcionarias en esto, ¿con qué confianza va a hacer una denuncia una periodista?, ¿con qué confianza va a ir a contar lo que le pasó?
Supongamos que vamos a salir del asunto punitivo y no va a denunciar, pero entonces el medio de comunicación tiene que tener herramientas. Estas van desde arriba hasta abajo y desde abajo hasta arriba. Esto quiere decir que se necesita una mirada de conjunto, una mirada macro, una mirada social.
También necesitamos que la sociedad conozca, tenga formación y tenga una sensibilización frente a estos problemas. Esto para que los lectores y audiencias puedan tener un tipo de exigencias diferentes, más elevadas.
Lo que sucede internamente en la sala de redacción es clave: qué enfoque se le está dando a la noticia, cómo es el relacionamiento al interior de la sala de redacción, si hay o no acosadores, si hay mujeres que callan, si hay un silencio, si ya hay periodistas no han aguantado el acoso y abandonan la profesión temporal o definitivamente. Si esto está sucediendo, eso se nota en el contenido indudablemente. Si están siendo muy políticamente correctos de alguna manera se cuela y eso no lo sabe una audiencia, si no es una audiencia formada.
Si lo dejamos en el medio, el trabajo que debe hacerse debe tener inicialmente, yo creo que sí debe tener un comité que se encargue de acercarse a estos problemas, de mantener un proceso de formación durante una etapa larga y un protocolo con rutas claras.
Hay que partir de lo elemental y hacer una especie de escuela. Ser escuela es tener una formación interna y esto es válido para los medios de comunicación. No es recitar una serie de conceptos. Si hablamos de un proceso, hablamos de deconstruir lo que se tiene en la sociedad patriarcal, de deconstruir el machismo, de que los hombres y mujeres entiendan que hay ciertas maneras de relacionarse que son parte del machismo.
Supongo que también ese proceso debe incluir hacerse preguntas incómodas, socializar de pronto prejuicios, y pasar por un ejercicio honesto y vulnerable de las propias conductas que pueden estar de pronto tergiversadas por esa cultura patriarcal…
Sí, además son conductas que se traen de casa, de la sociedad, la escuela, la universidad, etcétera. Es decir, hay una construcción muy profunda que hay que ir trabajando día a día. Si hay interés, hacerlo. Ahora esto tiene que tener una labor pedagógica, una metodología que acerque en lugar de alejar.
No es buscar eternamente un culpable, es hacer que eso que tenemos construido durante cientos de años podamos empezar a ponerlo sobre la mesa y ver si podemos deconstruirlo para crear un mundo mejor con relaciones distintas desde la igualdad.
Con las denuncias lo que hemos visto es que hay varias barreras la hora de denunciar, ¿ustedes han investigado cómo se podrían superar estas barreras?
Se pueden superar en primer lugar haciendo un trabajo de concienciación al interior de los medios con las periodistas. ¿Las mujeres periodistas, por qué no denuncian? Por temor y por miedo. Miedo al señalamiento social, al escandalo y además de eso, miedo a perder el empleo que no es poco…
Tambien porque a veces en los casos de violencias hay un momento, sin que tenga ninguna culpabilidad, que la persona se siente culpable. Eso es lo que tenemos que deconstruir. Entonces hay temor, hay miedo, pero también hay desconfianza.
La institucionalidad no da confianza. Afortunadamente con el trabajo que se ha hecho en los últimos años con el MeToo, con toda la labor de las periodistas que trabajamos en esto se ha logrado que muchas mujeres jóvenes denuncien.
Por eso tenemos últimamente tres sentencias en este país importantes: la del caso de Jineth Bedoya, la de Vanesa Restrepo y la de Volcanicas. Eso tiene una repercusión grande, profunda, en el sentido de que ya hay cambios en la institucionalidad y ya se le presta atencion a esto.
En la escuela de periodismo han enseñado que la noticia está afuera, pero es que afuera hay un mundo y dentro también hay otro mundo y resulta que las periodistas tambien son sujetas de derechos y eso no se puede perder de vista.
Volviendo a las barreras, también hay que decir que hay un desconocimiento. Una de las periodistas que entrevistábamos nos decia ‘yo escribo mucho sobre casos de violencias, pero cuando me toco a mi me di cuenta que desconocía la rutas, los mecanismos’. Fíjate que estos tres elementos nos dan herramientas para buscar una propuesta metodológica para hacer al interior de un medio de comunicación.
¿De qué errores que los medios hayan cometido con casos de acoso crees que podamos aprender?
Recuerdo el caso de una periodista y la violencia psicológica de parte de su jefe que le decía ‘eres bruta’, ‘no sabes’, ‘no tienes idea’ o ‘tráeme un tinto’. Esto es quitarle la autoestima a una periodista, es como decirle que su lugar está en la casa.
Muchos directores, pero no solamente directores, sino el editor, el jefe envían a una periodista a cubrir algo porque es bonita y además le sugieren que se ponga un escote para conseguir la noticia y lo dicen sin ningun rubor. Cambiar todo eso implica una revolución cultural en este país y en el mundo entero y la estamos haciendo.
Y los medios también han jugado un papel muy importante en hacerla… obviamente es algo que toma tiempo, pero también por ejemplo, los cubrimientos con enfoque de género, hablar de feminicidio, de violencia sexual, de labores de cuidado y las desigualdades que existen ahí también contribuye a esa revolución
Los medios son una representación de lo que socialmente existe y estamos haciendo realmente una revolución por cambiar estas maneras de relacionarnos, por una igualdad en derechos, indudablemente esto tiene que reflejarse en los medios, lo que pasa es que parece que les llega muy lento…
* Para conocer más sobre esta investigación y las recomendaciones de la Red de Periodistas con Visión de Género en Colombia para el Estado y el Gobierno, la academia, los medios de comunicación, las organizaciones de periodistas y las empresas digitales y de tecnología pueden entrar a esta página.