Matisyahu, fiel a su espíritu
Matthew Paul Miller mejor conocido como Matisyahu supo desde siempre que los escenarios eran lo suyo. En un principio no sabía si sería a través del teatro o de la música, lo claro es que su misión en la vida consistiría en transmitir un mensaje. Con el paso del tiempo se dio cuenta que estos dos caminos artísticos eran complementarios y que jugaban a favor de su espíritu, el cual decidió darle forma a través de la religión.
Si a usted le preguntan por un músico judío actual lo más probable es que la respuesta sea él… Matisyahu y la imagen asociada sea directamente la de un hombre delgado con una gran barba, peyot, abrigo negro, sombrero o Kipá. Si, Matisyahu es actualmente el músico judío ortodoxo más representativo a nivel mundial, o por lo menos entre los jóvenes que les gusta el reggae y el hip hop. Es probable que así lo asocie o recuerde, pero el tiempo ha traído lo suyo y el autor de canciones como King Without a Crown, Sea to Sea o Chop Em Down desde el 2011 decidió desprenderse de su atuendo y ser más “transparente” ante el mundo entero. Eso no lo hizo menos judío, ni tener menos fe, ni mucho menos respetuoso con la religión, simplemente quiso mostrarse tal cual como es: un hombre sensible, agradecido y entregado que utiliza la música para acercarse a Dios, para generar armonía a nivel mundial.
Muchos de sus seguidores dejaron de admirarlo, otros censuraron su música, lo consideraron infiel y desleal. Porque una cosa es la fe y la espiritualidad y otra la religión como institución y Matisyahu, aquel ser que se había caracterizado por su “fortaleza y sacrificio” en una comunidad entregada al estudio de las sagradas escrituras, simplemente decidió tener la mente más abierta y desprenderse de algunos de los símbolos que lo ataban, quiso responder menos radicalmente a su camino espiritual.
Alejándose de unos se acercó a otros y por lo tanto a él mismo. Tal vez en sus canciones ya no encontremos salmos o ideas profundas y distantes sobre el judaísmo pero eso es lo que él precisamente quería, ser mucho más simple (sin perder su raíz religiosa) para llegar con su mensaje a más personas, para reconciliar la diferencia. Por eso es que su música ahora le permite acercarse a quienes en algún momento podrían llegar a ser sus opositores compartiendo con artistas como Akon, el rapero de familia musulmana (aunque él no practica la religión), los cristianos P.O.D., cantando con raperos palestinos o para la asociación de amigos de las Fuerzas de Defensa Israelíes. Porque Matisyahu hace y es músico, no político, ni profeta.
A sus 36 años Matthew Paul Miller es tal vez uno de los artistas más mestizos y contraculturales que hay. Canta en inglés, hebreo y yidish, es blanco pero canta como negro, la música que escogió tiene sus raíces en África y en Jamaica, su religión es el Judaismo pero los judíos más ortodoxos actualmente lo rechazan y los no judíos y seguidores de otras religiones lo siguen vetando (por esa razón estuvo a punto de no tocar en el festival de reggae más importante en el mundo: El Rototom, siendo finalmente custodiado por la policía y actuando ante activistas pro-palestinos que lo miraban fijamente y ante un público que le daba literalmente la espalda). Gran parte de su camino, su conocimiento y sus decisiones las conoció y tomó en New York, aquella ciudad hecha de inmigrantes, llena de religiones, voces, colores y ritmos como el hip hop aquel que se convirtió en su mejor herramienta para contar historias.
"Probablemente fue a los 14 años cuando me di cuenta que amaba la música, que quería estar rodeado de música y ser creativo. Antes de eso me gustaban las presentaciones, actuar".
Historias que ahora llegan hasta Colombia pues a comienzos de 2016 visitará nuestro país. Al verlo en vivo ya sacaremos nuestras propias conclusiones, pero si su espíritu es libre, cree en la libertad de expresión y en la música como la mejor herramienta para diluir fronteras y salvar el mundo, es probable que más allá de cualquier diferencia política y de religión usted encuentre en Matisyahu a uno de los artistas de reggae más importantes de la década, aquel que hizo uno de los discos más recordados del reggae en vivo: "Live at Stubb´s". Un hombre que a través de sus canciones comparte un mensaje de paz, amor y unificación. Una experiencia positiva de unidad y de reconciliación de la diferencia. Un canto a ritmo de reggae que antes de crear más fronteras, acciones violentas y dividirnos, debería reconciliarnos, encontrarnos y entender que todos los caminos, aunque diferentes, conducen al mismo estado, el de la armonía musical que nos ayuda a salvarnos.
Compartimos con ustedes la charla que pudimos tener con él previo a su visita. Para que sus canciones y sus palabras hablen por él mismo