Jessie Reyez, una alquimista del sonido
Un día lluvioso, cuando Jessie Reyez tenía diez años, iba caminando por la calle cuando encontró un tesoro. Sus ojos se posaron sobre lo que parecía un libro botado en el mojado pavimento, que brillaba como si la estuviera llamando. Ella se acercó y descubrió que el húmedo objeto era una carpeta llena de CDs. Amy Winehouse y Lauryn Hill fueron algunas de las voces que encontró en este regalo del destino que le abrió su mente y oídos a nuevos universos.
Eso, más la influencia de la música latina que recibió de sus padres colombianos que emigraron a Canadá, donde ella nació, juntaron un sancocho musical que transmutó en el reconfortante y pasional sonido de esta artista que está visitando Bogotá en el marco de la segunda edición del BIME.
Con un marcado acento caleño, Jessie cuenta cómo ha construido una identidad que junta el ser canadiense con el ser colombiana. Una combinación cultural que le ha permitido construir una conexión mística que le cambia de cuerpo y se mueve entre varios sentires.
Pero ella explica que lo que más la enriquece de su identidad latina es poder “no tenerle miedo a la pasión” y con esa pasión ha creado dos EPs y dos LPs que combinan sonidos tomados del soul, el hip hop, el R&B y por supuesto la cumbia, el vallenato y la salsa.
Toda esta unión genera lo que ella llama un sonido “Quentin Tarantino” el cual bautizó así porque está lleno de contrastes.
Pero Jessie también ha construido una carrera que siente como un hogar metafísico en el que pueda estar segura y darse amor ella misma. Por eso sus canciones están llenas de sentimientos que van desde la rabia hasta el amor y que nos invitan a sentir sin culpa ni pena.
Disfruten de la entrevista que le hicimos a esta artista cuya voz cada vez suena más fuerte en el mundo.