"Estuvimos a punto de transformanos en robots", Gustavo Cordera
Por: Sergio Villamizar D. para Colprensa
Tras un show histórico, con el estadio Monumental abarrotado, coreando una a una las canciones de Bersuit Vergarabat, Gustavo Cordera sintió que algo se rompió dentro de él.
El vocalista de la Bersuit Vergarabar terminó el show pero no celebró. Se hizo a un rincón del camerino en silencio, inmerso en sus pensamientos confusos. Lo que no sabía, era que estaba entrando en una etapa en la que cerraba un ciclo y abría otro. Un proceso doloroso y que puede tomar su buen tiempo. En el caso del músico argentino, fueron años.
Muchas fueron las versiones de su salida de la banda, tras 21 años haciendo parte de ella. Los últimos 14 años Cordera ha estado entre el arduo trabajo de labrarse un camino como solista y algunas polémicas declaraciones qué generaron el rechazo de buena parte de la sociedad argentina, qué lo llevaron a tomarse un largo periodo de silencio en su carrera profesional, pero no en su trabajo de compositor.
Desde hace un tiempo está de regreso, con una trilogía de álbumes qué van de lo espiritual y social, pero sin tanta rabia como solía hacerlo en Bersuit; ahora con sosiego y alegría, con álbumes llamados Cuerpo, Mente y Espíritu, este último publicado tan sólo unos días tras la muerte de su padre.
A punto de cumplir 62 años ha regresado a Colombia para presentar su música en vivo, este jueves en Bogotá y el viernes en Medellín, donde mostrará esta trilogía, pero en especial, su transformación espiritual y mental qué ha venido profundizando en los últimos años.
Desesperanza constante
“Los argentinos siempre vivimos la desesperanza como forma de experimentación. Jugamos a vivir entre la esperanza y la desesperanza, casi como si fuera un programa de televisión”, es lo primero que afirma Gustavo Cordera al recordar que por su trabajo, vio la final del Mundial Qatar en un hotel en Colombia.
Ahora regresa al país con Espíritu, álbum con el cual completa su trilogía Libre. “Buscamos afectar distintas partes del sistema humano, ‘Cuerpo’, Mente’ y ‘Espíritu’, no decimos alma porque hay mucho preconcepto y mucho parloteo sobre sobre el alma, más el espíritu no ha sido todavía adulterado porque tiene mucho poder, y quienes hacen daño con toda su ingeniería social saben que si se meten con el espíritu no les irá muy bien".
Todo un ambicioso proyecto que no fue nada sencillo de lograr, de ir construyendo y convencer a otras personas para poder llevarlo a cabo y darlo a conocer al público.
“Sentí la necesidad muy profunda de manifestarme artísticamente porque considero que estamos viviendo el momento más importante de la historia de la humanidad. Nunca el poder se había atrevido a tanto, encerrando a la gente, quitándole el aire, la voz y la identidad, generando un miedo aterrador. Desconectándonos y teniendo alislados a todos”.
Con el arte como espada, admitiendo que el miedo se apoderó de él, por las consecuencias que le podría generar a su vida y su carrera, se lanzó a crear este proyecto.
“Si tengo que perder la vida por esto, es porque le he dado un verdadero valor a mi vida como artista”.
Así nació la primera parte del proyecto, Cuerpo, con canciones como ‘El baile del esclavo’, ‘El baile de los bichos’ y ‘El baile del error’ y ‘El baile de la libertad'.
"Son canciones que realmente interpelan el establecimiento y el pensamiento políticamente correcto, que vienen del centro el corazón, de la sensatez con uno mismo, de la honradez como ser humano, de tu propia observación personal que ha sido limitada, fraguada, atacada, censurada y prácticamente destruida. Nos quitaron la voz, porque vimos la conquista globalista sobre las mentes, algo jamás antes visto en la historia de la Humanidad”, sentenció.
Cordera quiere romper con las ideas culturalmente preestablecidas, como “el hacernos crecer que la religión es la que te dicta cómo creer, que la salud te la da un Ministerio de Salud y la asistencia debe venir de un Estado. Todo ese mundo restringió tanto a los seres humanos que me vi obligado a comprometerme con lo que estaba sucediendo”.
Cada palabra, según el cantautor, salió de su corazón, de su consciencia, “es el disco donde más estuve presente como artista”, confiesa, aunque el miedo siempre se mantuvo como una constante a lo largo de este proyecto.
“En este momento lo estoy mitigando, está puesto en otro lugar, hace diez días falleció mi padre y de chico tenía siempre mucho miedo a que él muriera, por lo que pude experimentar su partida de un lugar espiritual importante. Se está alejando ese miedo gregario a la muerte. Aunque siempre tuve miedo, también he tenido la valentía para enfrentarlo, porque te va marcando la medida de lo que uno es capaz, de lo valiente que uno puede llegar a ser. Sin miedo no hay valentía”.
Recuerda que en el campo espiritual los obstáculos no son mal vistos como en la sociedad actual, es más, suelen ser muy venerados. “Lejos de victimizarme por los problemas que me generan los obstáculos, tomo ese desafío con resiliencia, ingreso en esa aventura para saber de qué soy capaz como ser humano”.
Foto: Colprensa- John Paz
Doloroso adiós
Una dolorosa pérdida familiar coincidió con el lanzamiento de su más reciente álbum.
“Una coincidencia muy fuerte esta presentación justo en la partida de mi padre, y con la figura de todos los padres que son la ley, los límites; que son la vida social de los niños. Estamos viviendo un momento donde se han subestimado los límites que son capaces de dar los padres. Me gusta trabajar esa concepción para que el ser humano vuelva a tener un camino y saber hacia dónde va, conocer los límites que en este momento se han roto, por lo que tenemos menos objetivos saludables y cada vez estamos más enfermos, porque no tenemos ley”.
De ahí, que el autor argentino considere que es el momento más importante para el papel del arte en la Humanidad, en especial la música como elemento sanador, “es reconocer la importancia de nuestro cuerpo para un proceso de sanación, limpiarnos de toda la basura que estamos consumiendo, de todos los medicamentos que nos están matando".
"Es tu propio templo el que te va a sanar, no un Ministerio de Salud. La libertad no es algo que se pide, es algo que se ejerce con total derecho al libre albedrío; viene con nosotros el mismo día que decidimos venir a este plano. Estamos en un momento donde se están cuestionando todo los paradigmas culturales que fueron impuestos por la ideología reinante en Latinoamérica y prácticamente en el mundo para lavarle el cerebro a la gente, pero ya hay muchos que se están cuestionando y hay muchos movimientos políticos que están viniendo a romper eso, porque estuvimos a punto de transformarnos en robots”, reflexionó.
Gustavo Cordera va un poco más allá. “Nos venden la idea de que tenemos que despreciarnos a nosotros mismos, desvalorización porque somos responsables de lo que está pasando en el clima del mundo. Las 24 horas al día, como lo hacían en la pandemia, ahora nos culpan por lo que está pasando y que todas las medidas que tomarán serán por nuestro bien. Con esto, quieren tomar decisiones por vos más fácilmente”.
Desde el arte, busca dar un grano de arena para que quien lo escuche, se encuentre consigo mismo, se interpele; sienta y pueda tener su propio poder y llegar a la buena salud, al equilibrio y el amor.
“Soy militante del arte, que no es partido, el arte es integrador entre los corazones, en ese punto los pensamientos poco importan cuando los corazones comparten una misma búsqueda”, deslizó.
Una producción musical con la que busca conectar con un pensamiento libre en la parte de ‘Mente’, con un ‘Cuerpo’ alegre y un ‘Espíritu’ calmo y sosegado pero confiado de sí mismo.
Todo esto con una amplia exploración por distintos ritmos, entre argentinos y latinoamericanos, “¡hermosos! para que el cuerpo sea feliz”, resaltó asegurando que quiere que la gente se divierta, sienta y se recuerde, pero también se inspire.
Confesó que se encuentra en plena reconciliación con su país, de hecho, una de las canciones de Espíritu es "Buenos Aires", donde retrata esa relación de amor y odio que se puede tener con el lugar en que se nació y se vivió.
“Me estoy reconciliando con mi país. Estoy muy contento con lo que está pasando, que todo se está haciendo yendo por las nubes, todo se está rompiendo, porque por mi experiencia personal me doy cuenta que los procesos de sanación se inician cuando algo se rompe. Esto pasa justo en el momento en que necesita ser roto y eso me hace sentir esperanza”.
Y finalizó: “Hay gente que piensa que rendirse es dejar de luchar, cuando rendirse es la lucha más profunda y poderosa que uno puede tener consigo mismo, es torcer a tu propio ego, que es lo que sucede hoy en mi país y lo que me está sucediendo a mí mismo”.