Don Letts: “lo que me hace ser un rebelde es que soy honesto”
El Roxy era un hueco en Londres donde en los años 70 se reunieron los primeros punkeros de la ciudad, antes de que siquiera existiera el concepto del punk. En ese entonces, la capital de Inglaterra era una cloaca, llena de las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial las cuales se sentían en las calles y en la mentalidad de la gente.
Racista, conservadora, estancada era la vida en esta gran urbe, en esta cabeza de un decadente imperio en la que sus jóvenes estaban aburridos, iracundos e inquietos. Muchos de ellos, sin proponérselo, comenzaron una revolución cultural encabezada por la estridencia y la autogestión. En vez de sentarse a esperar que alguien viniera a salvarlas, muchas personas tomaron el asunto por sus manos y crearon sus propias utopías o más bien distopías, las cuales más adelante serían abarcadas bajo la palabra punk.
Esta juventud era en su mayoría de clase obrera, empobrecida y olvidada por un estado que exigía la perfección y el decoro. Muchos eran parias educados en escuelas públicas de artes o en los andenes y a punta de música y moda dislocaron el pensar de toda una sociedad de una forma tan contundente que hoy seguimos obsesionados e influenciados por esos primeros años de desenfreno.
Pero algo que a veces se olvida es que los ingleses no son solo blancos. La interminable gesta colonizadora de este imperio llevó personas de todo el mundo al archipiélago donde se refugia su corona y en ese basurero que era la Londres de los 70, los hijos de la clase trabajadora británica, se unieron para vibrar sin diferencias de raza o género.
Mujeres y hombres negros, asiáticos, blancos, maricas se juntaron para crear algo grotescamente hermoso y entre ese grupo había un hijo de migrantes jamaiquinos llamado Donovan Letts, quien en esos años tenía dos obsesiones: la música y la búsqueda por entender sus raíces.
Eso lo llevó a empezar a coleccionar discos de reggae y dub, los cuales compartía con sus amigos blancos en el Roxy. En esa época había pocos discos prensados de punk o de rock más estridente y quienes empezaron a construir esta cultura, buscaban la belleza de lo distinto. Por eso Don, como luego sería llamado, encajó perfecto. Luego a sus exploraciones sumó una cámara Super 8 y se convirtió en uno de los pioneros de los videos musicales punkeros. Bandas como The Clash o Public Image Limited pasaron por el lente de explorador de la cultura.
Hoy Don Letts es DJ, cineasta, músico, tiene un programa en BBC Radio todos los domingos por la noche, el próximo año sacará un nuevo álbum y en general es un tipo inquieto a quien el director William E. Badgley le dedicó el documental Rebel Dread (2020), el cual se transmitió en el marco académico de Rock al Parque, junto a la presencia de su protagonista quien también encabezó una fiesta en Bogotá y otra en Medellín.
Aprovechamos esto para tener una interesante conversación con este hombre que habla rápido, se adelanta a las preguntas, ríe con ganas y dice las cosas de forma directa. Más que una entrevista esta fue una charla muy divertida con una leyanda del underground setentero.
Hace poco leí que una de sus recientes obsesiones es el afrofuturismo, ¿puede explicarnos un poco este concepto?
Para mí es mirar a las estrellas y no a las calles. La calle es el punto de partida, pero nunca debimos empezar ahí. Podemos hacer cualquier cosa si se nos da la oportunidad. Se trata, de no ser definido por tu color de piel, no se trata de rechazarlo, sino de no dejar ser definido por este.
Así que para mí es una forma de mirar al futuro sin repetir el pasado. Toda esa idea de ser callejero y ghetto es algo limitante, es una visión muy estrecha y para mí la clave del afrofuturismo está en la palabra misma, se trata de usar tu negritud para mirar al futuro no para ser definido por esta. Para mí es la única manera de ir hacia adelante.
¿Es como no centrarte tanto en el pasado, sino usar la música para mirar y crear el futuro?
Sabemos que está el funk, el reggae y bla bla, pero luego qué ¿a dónde podemos ir con esto? A través de esas preguntas es cómo las cosas avanzan. Por eso me atrae tanto, es mirar al futuro.
En su libro Más brillante que el sol, Kodwo Eshun, hablá de este concepto y en un capítulo menciona a Sun Ra, quien decía que la historia negra es mentira, fue algo escrito por los blancos para confundir a los negros y por eso él decidió construir su propia historia …
Creo que tenía la razón. Nuestra historia ha sido reescrita para satisfacer algunos propósitos, es algo obvio. Cuando era joven me di cuanta que mi historia no comenzó con la esclavitud y esa es la imagen que nos crean aquí en el Reino Unido. Te dicen que comenzó todo con la esclavitud y eres afortunado de estar aquí, y yo les digo: no, no, no. Eso fue un periodo muy bajo en nuestra evolución, hemos estado en posiciones más altas que esto y eso es lo que me ha motivado.
El entender acerca de la contribución a la civilización y donde encajamos en todo el esquema de las cosas, y si quieres irte hasta los datos más hardcore, un montón de la mierda de la que hablan los caucásicos acerca de la antigüedad se resume en quién hizo qué primero y de lo que se debe tratar es nivelar las cosas.
Hablando de historia, usted vivió uno de los momentos históricos más intensos del siglo XX que fue estar la Inglaterra de los 70, no solo por el nacimiento del punk y otras corrientes musicales, sino que esta fue una era muy turbulenta.
Sí social, política y económicamente fue una época terrible. Pero lo fue en muchos lugares, no solo Londres, Nueva York tenía unas condiciones similares, pero es en estas condiciones donde la gente se vuelve creativa y ahí fue cuando el punk sucedió. Cuando las cosas se ponen rudas, los rudos son los que salen adelante.
Este presente también está bastante rudo y sin duda hay mucha creatividad aflorando. ¿Qué está pasando en las calles del Reino Unido?, ¿cómo ve a las nuevas generaciones y sus pulsos creativos?
Le estás preguntando a un hombre de 66 años que pasa en la calles, ahora solo sé lo que pasa en mi sofá (risas). Ya no soy un peleador callejero, ahora soy un peleador de sofá. Pero la juventud tiene unas dinámicas interesantes, porque están lanzando una bola curva con todo el tema de las redes sociales. Cuando mi generación entró a la música fue con un sentimiento bien anti establecimiento, pero mucha gente joven entra a la música para ser parte del establecimiento, y ese es un cambio muy raro, si lo ponemos en perspectiva.
Pero tenemos que ser muy claros, hay muchos jóvenes que quieren estar en MTV y hacer todas estas cosas de alfombra roja, pero también hay un montón de jóvenes a los que no les interesa esta mierda. Tienen valores nuevos y todavía creen en que el poder de la música puede generar algún tipo de cambio tanto social como personal.
Y esas cosas siempre han estado ahí. Sí, hay mucha gente interesada en el glamour y esas cosas, pero tengo la oportunidad de viajar por el mundo y veo mucha gente que dice: “¡al carajo con eso! Tenemos nuevos valores”. Para esa gente el mundo es un lugar fascinante donde todavía hay varias posibilidades y a esa gente es a la que le hablo.
Me gustaría hablar de esos primeros días del punk, cuando tocaba en el Roxy y los punkeros y los reggaes empezaron a dialogar a través de la música. Al mismo tiempo también estaba naciendo el metal, pero los metaleros no tuvieron este diálogo ¿por qué pasó esto?
Según entiendo, la mayoría del metal que se creó en Gran Bretaña, viene del centro de Inglaterra. Los metaleros venían de una perspectiva más eurocéntrica, no estaban muy interesadas en la migración y las posibilidades de esta porque no la sentían tan cercana. Mis amigos blancos crecieron con gente como yo, fueron al colegio con gente como yo y había un intercambio cultural que se dio principalmente a través de la música y la moda. En ciudades como Londres, Bristol, Liverpool hubo más migración y la diferencia fue que crecimos codo a codo.
Don mencionó dos elementos importantes, la música, la moda y yo creo que hay un tercer elemento interesante en esta ecuación que es el sound system, uno de los mayores regalos de Jamaica para el mundo que es como un ritual que unió a mucha gente...
Sí, el sound system fue un salvavidas, porque hay que entender que crecimos en una sociedad muy racista. Este era un lugar donde podíamos encontrar un refugio en contra de este racismo, podíamos entrar en contacto y además era un lugar de educación, porque gracias a la música, escuchamos cosas que nunca oímos en el colegio. La primera vez que escuché de Marcus Garvey fue escuchando a Burning Spear, era un lugar de educación e inspiración.
Don dijo que ya no es un peleador callejero, pero igual sigue siendo un hombre rebelde. ¿A sus 66 años qué significa el ser un rebelde?
Mierda, no sé si puedo responder. Sabes quién me dio el apodo de rebel red, Ari Up vocalista de The Slits, ya no está con nosotros, ella decía que yo no era como el resto. Pero no es que me levantó y digo voy a ser diferente. Creo que lo que me hace ser un rebelde es que soy honesto. Y de nuevo, no me siento agusto al ser definido por el color de mi piel y supongo que lo que ven en mí como algo rebelde es simplemente ser honesto con lo que soy.
Cuando era joven me gustaba el reggae pero también me gusta Led Zepelin, The Who y The Beatles, no necesitaba elegir, estas cosas me hablaban por igual. Siempre se trató de estar abierto a todo lo que el mundo tiene que ofrecer, especialmente si tiene una buena línea de bajo.
Me llamo a mismo Don Letts porque soy el único que puede decidir qué significa eso, ya que en el momento en el que alguien te pone una etiqueta dice que eres esto o aquello y me gusta mantenerme abierto.
Hablemos de su trabajo como cineasta porque algo interesante es que el punk es muchas cosas no solo música. Es cine, arte, literatura…
Me alegra que digas eso, porque es importante que la gente entienda que el punk es una actitud, es un espíritu, que puede atravesar cualquier cosa que hagas. Por eso es que la gente sigue hablando del punk de Gran Bretaña porque no solo había guitarras. Había fotógrafos, cineastas, diseñadores de moda, artistas gráficos, poetas, periodistas, era una subcultura muy completa. Por eso no dejan de hablar de algo que pasó hace 40 años, a veces esto me enloquece jajaja.
¿Qué lo motivó a irse por el cine?
Fácil, cuando tenía como 14 años vi una película llamada The Harder They Come (1972), la película jamaiquna más famosa de todas y en esa época estaba hambriento por información acerca de qué sígnificaba ser negro y británico, porque a esa edad, ese era un concepto muy confuso. Así que buscaba información acerca de dónde vengo y teníamos música, el reggae, así que sabía que sabía cómo sonaba, pero no había ningún acompañamiento visual, hasta que ví este filme. Y me atrapó el poder que tiene el cine de entretenar, informar e inspirar y recuerdo salir del cine pensando: “wow sería bueno expresarme a través de este medio”, lo cual para un negro joven en ese entonces era una idea re loca. Pero cuando el punk sucedió, entendimos que el regalo más valiosos que nos dejó esto fue el concepto del D.I.Y (Hazlo Tú Mismo), así que cuando mis amigos blancos empezaron a tomar guitarras, yo quería también coger algo y lo que hice fue tomar una cámara Super 8 y empecé a filmar lo que me gustaba.
Me parece interesante hacer énfasis en esa noción de que algunas personas creen que el punk es algo del pasado.
Sí, pero si lo entendemos como un espíritu que lo atraviesa todo, vas a anotar que es algo que va hacia adelante, no es algo para mirar atrás, solo necesitas una buena idea y una motivación porque la tecnología está ahí, no hay excusas. Es un mundo fascinante y hay muchos caminos.
Es algo como una fuente eterna de creatividad.
Claro que sí, le digo a la gente que es como la fuerza de Star Wars, no puedes pararlo. Tienen que buscarlo y tal vez tienes que buscarlo mucho para encontrarlo pero está ahí en algún lugar.
Para finalizar me gustaría hacerle una pregunta sobre el pasado y el presente. ¿Qué es lo que más extraña de esos salvajes años 70 y qué es lo que más le gusta del presente?
Mierda. Lo que más extraño es la experiencia colectiva sincronizada entre seres humanos, ahora eso solo pasa en un concierto de rock y en los eventos deportivos. Antes de que la tecnología avanzara tanto, había más interacción y la gente se miraba a los ojos. Extraño eso, la gente mirándose entre sí, en vez de solo mirar los celulares. Extraño ver a la gente interactuando y conectándose con sus pares humanos.
Y lo que me gusta ahora, es que puedo tener toda mi colección de discos en uno de estos aparatos, llevarla por todo el mundo y tener acceso a las cosas que me hicieron quien hoy soy. Eso es increíble y puedo ir hacia atrás, hacia adelante y hacia los lados, y tener ese acceso a mi vida en la palma de mi mano, porque ha sido una buena vida y sigue siéndolo.