Charles King, 38 años de hacer gozadera con mensaje social
Charles King, la estrella de la champeta, es uno de los artistas que más ha influenciado la música colombiana de este género. Con cerca de 300 canciones de estudio, su prolífica obra es escuchada a lo largo y ancho del territorio nacional, pero su talento también lo ha llevado a que suene en varios rincones del mundo.
Champeta Fever, el álbum que sacó en 2010, se ha constituido en una de las obras más importantes de este género en la industria musical colombiana y, con el pasar de los días, toma mayor relevancia.
Este 2023, Charles King regresó al Festival Jaguar, después de haber participado en la primera edición del evento, sin embargo; lo hizo por todo lo alto encabezando el cartel. Su presentación se llevó a cabo mientras amanecía en las playas de Palomino y toda la gente gozaba con su música que revitalizó al público y los puso a bailar hasta el piso con sus raíces palenqueras.
¿Cuál fue el momento más memorable que te dejó el 2022?
El momento más memorable con el que terminé el 2022 fue la integración primaria que se hizo con los artistas palenqueros el 30 de diciembre. Es lo mejor que he vivido este año, ya que por fin se logró -algo que ojalá se pudiera seguir haciendo cada año- reunir a todos los artistas palenqueros de la nueva generación y los de antaño.
Hubo una integración: cantamos, tocamos, comimos, hicimos un menú para más de 200 personas. Eso toda la noche la gente comió, disfrutó, bailó, cantó, ¡eso fue apoteósico! ¡Pura gozadera del Palenque!
¿Qué significa participar en un festival que celebra los ritmos colombianos, desde la champeta hasta la cumbia?
Para mí significa mucho estar en este festival porque tiene un aspecto ambiental también, de protección de animales como el jaguar. Y es muy interesante que sea en este sitio, así poco a poco la gente va conociendo este lugar tan maravilloso que necesita la visita de los colombianos, para que aprovechen cada uno de los rincones del país. Venir a este festival hace parte de todo ese sincretismo de la cultura colombiana, lo que lo hace más interesante.
¿Cuál crees que es ese “jaguar”- el poder- que te mantiene creando música?
Lo que me mantiene creando música es ser muy crítico, siempre he estado interesado por lo social y he sido muy rebelde de alguna manera. Y la música es la forma en que yo descargo todo ese sentimiento que siento por el bienestar general: lo transmito a través de canciones.
Eso es lo que me motiva. Mi fuente de inspiración es la calle, precisamente porque yo analizo cada rincón del país de una forma diferente a como lo ve todo el mundo. Yo creo que eso es lo que me hace hacer música como lo hago.
¿De cuando empezaste a este momento han cambiado la musas a las que les cantas en tu música?
Poco han cambiado. El amor, el desamor, digamos que son muletillas de sostenimiento artístico, pero no todo el mundo habla de algo más cotidiano, de las realidades y de la vida. Eso es más complejo, pero cuando tú se lo sabes decir a la gente, ellos van a entender qué es lo que tú quieres decir y se van a identificar. ¡Gozadera con mensaje social!
¿Cómo ha sido ese camino de internacionalizar la champeta y llevarla a lugares jamás pensados?
Para mí significa mucho porque es una manera de exportar la cultura oculta de Colombia, que tiene muy pocas oportunidades de que la gente la conozca. Hay muchos colombianos que lo disfrutan allá y se esfuerzan para que sea posible que nosotros vayamos, ya que no pueden, muchas veces, venir aquí permanentemente. Entonces cuando se lo llevan a uno, para ellos es como estar en su territorio.
Por otro lado, esta es una música que le permite a las juventudes soñar y creer que sí se puede lograr algo a través de la música, y esa es la mejor gratificación. Poder hacer música que la gente pueda sentir como un escape, que le aporta a la cultura y al nacimiento de artistas que tienen creatividad pero que no tienen la oportunidad de mostrarlo; a veces cuando lo ven a uno lograr algo empiezan a creer en que sí pueden hacer lo que ellos saben hacer y lo que ellos traen innato, es decir arte en el cuerpo.