Carla Henao: la rebeldía de ser feliz
La representación y participación es un tema pendiente para las personas trans en la región Caribe, tanto en lo público como en lo privado, pues si bien se han ganado espacios éstos han sido sobre todo para hombres gays y personas cisgénero, por lo que siguen existiendo barreras para participar tanto para personas trans como para las no binarias que se materializan en tres aspectos.
El primero es que no existen garantías de acceso y permanencia en la educación para las personas trans que por la ausencia de cualificación les impide acceder a estos espacios; seguido de la transfobia naturalizada en los espacios sociales, laborales y culturales y la indiferencia social hacia la vida de sus experiencias de vida hace imposible que ellas puedan llegar o tener espacio en esos lugares; finalmente, el binarismo, como está dispuesto el mundo entre lo masculino y femenino y la imposición de roles en los espacios públicos y privados, dejan por fuera a las personas trans. Esto nos explica Wilson Castañeda, director de Caribe afirmativo.
El panorama no mejora si observamos que, adicionalmente, el 2022 fue un año marcado por violencias sistemáticas en contra de personas LGBTIQ+ en Colombia, así como por la reafirmación de condiciones estructurales de discriminación y exclusión.
Se registran 5.501 casos de violaciones de derechos humanos relacionados con actos de homicidios/feminicidios, amenazas, abuso policial y actos de discriminación y hostigamiento en contra de esta población.
De las 145 víctimas de homicidios y feminicidios en el 2022, 49 fueron contra personas con experiencias de vida trans (17,24 % equivalente a 25 hombres trans y 24 mujeres trans (16,55 %); 47 fueron hombres gais (32 %); 14 correspondieron a mujeres lesbianas (9,6 %); 10 a hombres bisexuales (6,8 %); 4 a mujeres bisexuales (2,75 %); 15 a personas con otras identidades (11 %) y 6 en casos en las categorías “sin especificar” (4,13 %).
Estas cifras permiten identificar que el 62 % de los casos de homicidios y/o feminicidios reportados en Colombia durante el 2022 correspondieron a casos donde las víctimas eran hombres gais y personas con experiencias de vida trans.
Otro tema que surge cuando se trata de las comunidades trans es la generación de documentos de identificación por parte de la Registraduría nacional, donde existen grandes inconsistencias y vacíos principalmente por dos problemas, “de un lado, los costos y la tramitología para conseguir este resultado hace que muchas personas trans desistan, pues están en una situación de precariedad y pobreza que no les permite priorizar ese trámite y de otro lado la ausencia de información para que llegue a las personas trans de base para acceder a este derecho y la ausencia de formación al respecto a los funcionarios públicos que les atienden, llevándoles a la revictimización”, añade el director de Caribe afirmativo.
Por ello, exaltamos las iniciativas que promueven la difusión y visibilización de las problemáticas y el quehacer mismo de la cotidianidad de las comunidades trans y no binarias en Barranquilla.
Conversamos con Carla Henao, una joven lideresa trans estudiantil que ha trabajado por el reconocimiento de los derechos de las personas trans en distintos entornos, especialmente en los educativos.
Con un carácter amable y sonriente, se sobrepone a los momentos difíciles por los que ha transitado durante su vida y confiesa que “no hay que llenar estándares para nadie distinto a uno, y que no hay mayor rebeldía y resistencia que encontrar la felicidad siendo una misma”.
Actualmente, Carla es directora de la colectiva Faisanes de Colores, organización que busca reunir en un solo lugar a personas trans y no binaries que ejercen diferentes oficios como el trabajo sexual, la peluquería, entre otros, para poder liderar y fortalecer la agenda trans y no binaria en la ciudad, y que sus voces y necesidades sean expuestas principalmente por ellas, ellos y elles.