Colombia y su esperanza Olímpica para 2020
Tras la buena presentación colombiana en los Juegos Bolivarianos, ya se empieza a soñar con lo que harán nuestros deportistas en Tokio 2020. Aquí el análisis de Juanpa Coronado.
Luego de lo sucedido en los Juegos Olímpicos de Río 2016 en los cuales Colombia deliró de alegría tras las medallas conseguidas (3 de oro, 2 de plata y 2 de bronce), lo primero que a varios de nosotros se nos vino a la mente fue que iba a ser un registro difícil de superar con miras a Tokio 2020.
Paradójicamente, en Londres 2012 se tuvo una destacada actuación también (1 de oro, 3 de plata y 4 de bronce), y se había pensado lo mismo con miras a las justas olímpicas a desarrollarse en territorio brasileño 4 años después. Lo difícil que sería igualar o superar esta cifra. Y se logró.
El inicio del ciclo olímpico colombiano para el 2020 fue alucinante: Colombia se consagró campeona (y por mucho) de los Juegos Bolivarianos en Santa Marta. Fueron 213 medallas de oro (de 469 en disputa), 136 de plata y 111 de bronce. Nuestro país es ya un referente del deporte en el área sudamericana, lo cual invita a soñar en la preparación durante la olimpiada, y que concluirá con el inicio de los juegos olímpicos en el país del sol naciente.
Estos Juegos Bolivarianos dejaron gratas revelaciones y, porqué no, premoniciones. Ver a Mariana Pajón y Marta Bayona haciendo dupla en ciclismo de pista ilusiona. Tanto Mariana como Marta brillaron en sus respectivas especialidades y juntas, lo hicieron aún más. Decepciones hubo, claro. Hubiera sido maravilloso ver a Catherine Ibargüen en salto triple pero las lesiones, únicas capaces de frenar a deportistas del temple de la antioqueña, lo impidieron.
Capítulo aparte merece la sede. Santa Marta y sus organizadores cumplieron, y hubo reciprocidad: los deportistas estuvieron a la altura. Queda totalmente demostrado que cuando el Estado invierte y cumple sus promesas, nuestros atletas dan la talla y responden con toda.
Ojalá los escenarios construidos sirvan para mantener el alto nivel de nuestros deportistas, y que sean el eje deportivo del Caribe colombiano junto a Barranquilla, ciudad organizadora de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en el 2018. ¡No los dejen deteriorar!
Levantamiento de pesas, ciclismo en todas sus ramas, natación, en fin. Fueron varias disciplinas las que arrasaron y que esperan tener protagonismo en Tokio. Con respecto a las nuevas disciplinas incluidas en el programa del ciclo olímpico, ya comienza a verse una planificación concreta. Es el caso del skateboard, en el que Colombia ya piensa gracias a las distintas paradas de este deporte que se han venido realizando a lo largo del año.
Los departamentos no pueden flaquear. Sus gobernantes deben mantener un presupuesto económico acorde a la necesidad de nuestros deportistas. A principios de noviembre Yuberjén Martínez advirtió la falta de apoyo de Antioquia, y este tipo de circunstancias no pueden presentarse durante el ciclo olímpico, sin contar que son el sustento económico de sus familias.
En resumen, para mantener la ilusión olímpica de igualar o superar lo logrado en Río 2016, deben mantenerse vigentes los escenarios deportivos y su estructura. Seguir en la promoción de jóvenes y nuevos talentos, y darle garantías económicas a nuestros medallistas olímpicos para que se preparen bien y sigan dando ejemplo a los que vienen.
El camino a Tokio apenas empieza, pero Colombia no puede ni debe dejar escapar esta oportunidad, pues se vive la mejor década del deporte colombiano en toda su historia. Es momento de dar el salto de calidad.