Break dance, del movimiento corporal a la transformación social
Danny habitaba en medio del conflicto. Su familia se desintegraba y con ella parte de sí mismo. La violencia familiar, concebida de diversas formas y tan normalizada en Colombia, era parte del día a día y la rabia contenida en aquel cuerpo adolescente encontró un escape: el break dance. Aquel baile retador de movimientos ágiles y de exigencias acrobáticas concebido en los años 70’s entre los jóvenes afroamericanos y latinos del Bronx en Nueva York, despertó el interés de este joven barranquillero.
El break es la parte instrumental de una pista que suele estar formada solo por la percusión y el bajo. Por su parte, el breaking o break dance es una forma de baile que simula una batalla entre rivales de diferentes barrios, parches o ciudades, pero que, en vez de usar la violencia para decidir el ganador, la disputa se hace a través de los mejores movimientos en la pista de baile. Todo esto hace parte de una cultura de Hip hop, cuya llegada a Colombia hace más de 30 años, trasciende lo musical, pues no solo está el rap, también hace parte el turnabilismo, en el que se hace scratch con tornamesas y vinilos, y el graffiti, arte a través de la cual, decenas de jóvenes demuestran con talento su punto de vista sobre las situaciones cotidianas.
Desde su temprana juventud, la mente y el cuerpo de Danny se sincronizaron para, a partir de la danza, gestar un movimiento social que llegaría a varios sectores del sur y centro de Barranquilla y el Atlántico, a través del baile pudo ayudar a jóvenes en condiciones de riesgo para disponer de esa energía contenida, en áreas donde el esfuerzo y el tiempo se convertirían en fuentes inagotables de aprovechamiento.
En los barrios Por Fin y Rebolo comenzó el proceso de enseñanza (y aprendizaje) del break dance. Mezclar su profesión con su pasión le permitió crear SalvArte (salvando vidas a través del arte), un proyecto que continuó desarrollando en sectores de la ciudad como Ciudad Modesto, Siete de Abril, Siete de Agosto, La Pradera, La Paz, Los Olivos, Me Quejo y La Manga, entre muchos otros barrios vulnerables de la ciudad.
“El break dance es una manera en que los jóvenes pueden canalizar su enojo, su rebeldía y también es una herramienta a través de la cual pueden desarrollar sus competencias para la vida, pues a través del enfoque y la búsqueda del rendimiento en el baile, transformamos la realidad de jóvenes en condición de vulnerabilidad. Allí, los jóvenes van desarrollando, por ejemplo, la tolerancia a la frustración cuando no les sale un movimiento y siguen intentándolo, o la orientación al logro al buscar un objetivo, además el trabajo en equipo, todas estas habilidades que le servirán en el futuro” indica Daniel Martínez que además de dirigir la Fundación Seres vivientes, es ahora, psicólogo de profesión.
A pesar de las dificultades que, durante el proceso de creación y desarrollo de este proyecto, pudieron presentarse, Danny ha liderado la Fundación Seres vivientes desde hace más de quince años, a través de la cual se canaliza la pasión de centenares de jóvenes del departamento, que, como él, quieren un mejor futuro y con la danza logran llevar la rebeldía a un plano transformador.
Los jóvenes de la fundación Seres Vivientes, por medio del baile, han participado en competencias nacionales e internacionales obteniendo títulos que acreditan sus habilidades y talento.
De hecho, entre de sus logros más destacados, es ser los gestores de manera oficial, de la primera cátedra universitaria de break dance desde 2013 en la Universidad del Norte en Barranquilla. Además de crear el Living up fest, un evento que convocó durante cuatro años consecutivos a talentos nacionales e internacionales del break dance y la cultura del hip hop en sus distintas vertientes. No obstante, Danny afirma que su mayor triunfo “y el de sus Seres Vivientes, es lograr cambiar para bien las vidas de muchos jóvenes que, quizás con sus antiguas conductas, hoy estuviesen en una cárcel o ataúd”.
Y es que el break dance ha pasado de ser un evento divertido en una fiesta a convertirse en una forma de arte de la cual hay cientos de competencias por todo el mundo. Estas competiciones pueden tener muchos formatos, pero las más destacadas son las batallas individuales, de uno contra uno, y las competencias de crews o equipos.
La evolución de este movimiento no para, por el contrario, se ha adaptado a cada generación que ha crecido en medio de estas tribus urbanas. El break dance, se está popularizando de manera creciente entre los jóvenes, al punto que, en diciembre de 2020, la junta directiva del Comité Olímpico Internacional (COI) decidió añadirlo a las disciplinas que se disputarán en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024. Así pues, este baile no solo triunfa en las periferias del mundo, sino que también se está expandiendo a distintas esferas.