¿Cómo funciona un sello musical independiente?
Hablamos con la gente de un nuevo proyecto de Medellín llamado The Burros Discos. "Sólo buscamos poner a sonar a los outsiders, a los que bailan diferente, a los que cantan mirando a la pared".
No es cierto que hoy en día los músicos sean islas que hacen todo por sí mismos y que no necesitan a nadie porque ¡tarán!: usan Internet.
Tener una banda y sacarla adelante ha significado siempre trabajo en equipo, ser parte activa de una escena -dirían algunos-, de una comunidad de amigos, de colaboradores, y de personas que trabajan para que la música pueda escucharse en un escenario y por todos los medios disponibles.
Hoy en día, tal vez esos medios han cambiado, pero no la escencia de hacer las cosas. Lo mismo sucede con los sellos discográficos.
Aún antes de que los "cuatro grandes" perdieran su importancia, tanto para bandas conocidas como para la gran mayoría de independientes, existían discográficas también independientes, más pequeñas y especializadas, que, igual que ahora, trabajaban alineadas con los músicos.
Basta recordar ejemplos muy conocidos en el mundo como Megaforce Records, quienes lanzaron a Metallica, a Epitaph, nacido del seno de Bad Religion, o en Colombia a Tropical Punk Records -extinto sello de 'neo punk' bogotano- y a Zombie Hits, quienes tenían a Los compadres recerdos y a Mugre. Aunque aquí muchos fueron proyectos temporales, idealistas o caprichos personales, cumplieron su objetivo de apoyar alternativas a su manera.
Actualmente, con el auge de la música independiente en Colombia, gracias a la explosión musical que estamos viviendo y, en parte, a Internet, la vida útil de los sellos se ha alargado y también su relevancia. Por ejemplo, hay varios que están dando de qué hablar en las ciudades colombianas como La coneja ciega, fundada por Las 1280 Almas, así como Polen, Palenque, La Distrotofónica o Flotador Records de Max Ledher, que van en busca de todos los géneros, apoyando a las agrupaciones con conocimiento, experiencia y respeto.
Quienes conforman estos proyectos comparten con las bandas un verdadero amor por la música que poco tiene que ver con el éxito económico. Trabajan codo a codo con ellas, entre iguales, y entienden qué significa ser un músico independiente en Colombia.
The Burros Records, de Medellín, es uno de estos esfuerzos, que aunque apenas está comenzando, tiene el impulso necesario y las ideas claras. Hace poco organizaron un concierto con La Mini-TK del Miedo en Medellín.
A propósito del lanzamiento de su primera compilación Burrocracia, el próximo 5 de diciembre, hablamos con su gente sobre cómo funciona el sello y qué es lo que hace exactamente un proyecto como el suyo en el país.
"Trabajamos con seres humanos, gente que necesita apoyo, que crean en ellos,
en sus proyectos y eso lo brindamos precisamente porque nos sentimos humanos
por muy burros que seamos".
¿Cómo se monta un sello independiente?
Con amor. Bueno, en parte es cierto, el amor por la música nos mueve y sobre todo la necesidad, ya que vemos necesario crear espacios en donde se dé la posibilidad para mostrar otras cosas que merecen un lugar en un país como el nuestro. Colombia es un país tropical y es difícil para los artistas darse a conocer. Existe una tendencia reina de lo que debe o no escucharse que en parte es por tradición y por lo convencional; que aunque respetable, contribuye para acallar otros sonidos, otra música, que igualmente puede ser parte de nuestra cultura; todo está conectado. Por ejemplo, existe (o existió) “el rock de mi pueblo”, una idea de hace más de una década con la que se exploraron sonidos autóctonos, se movió mucho por un tiempo, hasta que se tornó monótono, debido al excesivo uso y la poca exploración de las estructuras. Es como, por poner un ejemplo, el rock que hasta ahora escucha el colombiano, es uno de costumbre, poco lanzando y muy impulsado. Es decir, en muchos casos, sobre todo en aquellos que tienen que ver con ‘medio oficiales’ el rock no aporta mucho, no porque no haya, sino porque no lo dejan.
Pero hay quienes dicen que “el rock ha muerto"
Sabemos que hay quienes piensan eso. Nosotros a estos ‘conocedores’ les decimos que el rock sigue ahí, como una forma de ser, como una manifestación, como búsqueda y exploración. El rock cambia, muta y transmuta, abre mentes y asienta personalidades, libera y manifiesta, el rock para The Burros “es el fuego robado”. Lo que ha muerto en muchos es esas ganas de crear espacios donde el fuego arda, un Sello musical es esa manifestación, es ese espacio, son esas ganas. En este sentido, un sello se monta teniendo un panorama claro de lo que se quiere, este es el nuestro y así se montó, creyéndonos nuestro cuento y haciéndolo posible. Eso desde el espíritu, ya luego vienen otras cosas, un equipo de trabajo, una curaduría musical, un estudio donde grabar, una producción de conciertos y búsqueda constante.
¿Qué ofrece hoy en día un sello independiente?
No lo sabemos. En nuestro caso no hacemos que las bandas firmen con nosotros, solo ofrecemos primero mucha confianza, un trato de igual a igual. Ahora, para los artistas es complicado moverse, sobre todo cuando se ha promovido de manera fuerte una cultura de lo gratis en nuestro país y en el mundo en general, y aún más complicado para las bandas que tienen un sonido que no es convencional y parece que no son aptas para los grandes escenarios y festivales. En cuanto a eso, nosotros les ofrecemos grabar, hacer fechas en escenarios que aunque más pequeños buscan expandir la escena y democratizarla. En esencia es eso, poder difundir los sonidos, las experimentaciones sonoras que se están fabricando en Colombia a todas partes del globo. Es importante aclarar que las bandas no firman con nosotros en un sentido estricto, ellas son libres de grabar y moverse por su propia cuenta. No solo somos un medio, somos una herramienta.
¿Qué se necesita aparte de contactos y pasión?
Saber que se quiere, tenerla la clara, construir público, ser constantes con la realización de eventos y estar periódica y regularmente, lanzando piezas de colección.
¿Cuál es su catálogo?
El 5 de diciembre lanzaremos ese primer compilado (Burrocracia) en un concierto con la sueca Molly Nilsson. Todas las bandas que allí estarán son de nosotros, pero no son propiedad de nosotros. Un adelanto de ellos es Mueran Humanos (Alemania/Argentina), Beso Negro (México), Molly Nilsson (Suecia), Fasenuova (España), Robot Killer (Colombia), Spastico (Colombia), Neoplatonics (Colombia) Binarius Buxus (Colombia) y otras que preferimos sean una sorpresa en el compilado. De todas formas, todas se darán a conocer pronto en nuestra página web donde podrán conocer, comprar y en ocasiones descargar música de estas bandas.
"El rock que hasta ahora escucha el colombiano,
es uno de costumbre, poco lanzando (...)".
¿Cómo surge la colaboración entre ustedes y los músicos?
Por lo general se habla con las bandas porque ya hay unas relaciones cercanas con otros artistas u otros sellos, pero en los grandes eventos se manejan contratos, principalmente cuando son artistas internacionales, esto con el fin de ser organizados y comprometidos con ellos.
¿Qué no podrían hacer las bandas sin contar con ustedes?
No sabríamos, pero de lo que estamos seguros es de lo que pueden hacer con nosotros: crear y continuar alimentando la escena con sus vísceras, así como lo hacemos en conjunto con ellos. En nuestro medio musical las bandas se las han arreglado como pueden, con autogestión y generando espacios, que también es idóneo. Nosotros mismos abanderamos la autogestión.
¿Siendo de Medellín, están abiertos a otros mercados y movimientos?
Por supuesto que sí. Igual, no nos consideramos de Medellín, allí nace el sello pero esto no debería impedir ser de cualquier lugar. Además, llegará el momento en que no nos consideremos un sello colombiano. La nacionalidad son cosas de “vaya y venga”; queremos trabajar con artistas de todos los lugares, poco importa si son de allí o de allá, o si somos de aquí o de allá, lo fundamental es ser una ventana, dar la posibilidad a los artistas de mostrarse, exhibirse y esto no lo vamos a coartar con fruslerías como ser de un lugar. Trabajamos con seres humanos, gente que necesita apoyo, que crean en ellos, en sus proyectos y eso lo brindamos precisamente porque nos sentimos humanos por muy burros que seamos. En este momento, estamos trabajando con bandas como MuGre, Niño Naranja y Juan Smith, y hemos hecho fechas donde han tocado bandas de la capital, como The Radio Flyer, por ejemplo.
¿Cuál es su criterio para elegir a las bandas?
Más allá de géneros musicales, en lo que nos centramos al contactar con un artista es que éste sea original, y sino, por lo menos que sea peculiar, excéntrico, raro y que haya posibilidad de hacer un evento con otro de características similares. Da la casualidad que los músicos con estos atributos son genios son inteligentes a su modo, lo que de alguna manera los hace un poco difíciles, no por ello imposibles de tratar. No buscamos un género musical. Eso poco nos ha importado. Nos importa mucho la música del artista, el ambiente que es capaz de crear alrededor suyo y que sepa comerse el público con su personalidad. Este último item es esencial para nosotros porque también nos gusta mucho la idea de crear público y que desde éste salgan nuevos artistas; que digan: “Oh, vaya, esto se puede hacer” y que se animen a poner en escena su música y su personalidad, eso es muy interesante si pasa y creemos que pasa.
¿Qué estrategia tienen de promoción?
Ninguna. Sólo buscamos poner a sonar a los outsiders, a los que bailan diferente, a los que cantan mirando a la pared. Lo nuevo es lo viejo, lo que llaman nuevos medios son ideas viejas que han logrado alcanzar la magnitud que alguna vez se pensó sería utópico; que la información alcance a cubrir todo el mundo. Ése era el ideal. Que sea rápido también era lo ideal y lo es hoy. Nuestros métodos son los de siempre, los de cualquier sello o compañía discográfica, lo que nos limita de alguna manera es no contar con un miembro acaudalado que nos patrocine en todos nuestros proyectos, por eso vamos como vamos, sin inventarnos nada, sin pretender innovación, no vamos a decir que hacemos todo con las uñas porque no es así. Aunque hay algunos patrocinadores, contamos más con la gente, con amigos que han logrado despegar con sus proyectos y les encanta The burros. En la actualidad estamos tras el lanzamiento de un compilado, llamado Burrocracia. Lo hacemos más que todo para exhibir bandas, para demarcar un camino como sello y para crear público; como ya hemos dicho: no nos estamos inventando nada.