'¿Y dónde es el partido?' fútbol y conflicto, nueva serie documental
Esta es la serie documental de Señal Colombia para la época mundialista.
Inspirados en todas esas historias que se tejen en las comunidades afectadas por el conflicto armado a través del fútbol, un grupo de realizadores en coproducción con Señal Colombia lanzan este 5 de junio la serie documental ¿Y dónde es el partido?.
Dos piedras puestas con simetría que hacen de arco, un terreno polvoriento o de piedra, una pelota inflada o a medio inflar, de trapo o de cuero, y todo un encuentro de alegría, sudor, estrategia, goles y adrenalina.
La anterior será una escena recurrente de ¿Y dónde es el partido?, una serie documental que recorrerá lugares como Corcito en Arauca, Atshintujkua en la Sierra Nevada de Santa Marta, El Tambo en Cauca, Vallecito en el sur de Bolívar, La India en Santander, Bocas del YÍ en Vaupés, Buenaventura y Bogotá para contarnos una historia de resistencia y lucha contra el conflicto armado en nuestro país a través de un partido de fútbol.
Serán en total ocho los capítulos que reflejarán en un recorrido por estas zonas del país, la ausencia que dejó el conflicto armado y los espacios de integración que ayudaron a los habitantes que quedaron, a reconstruirse como comunidad.
Para César Romero, pereirano que ha venido trabajando de la mano con las víctimas como parte del Centro Nacional de Memoria Histórica, y director de la serie documental, esta es una invitación a que toda esta pasión que desborda el fútbol -principalmente en época mundialista, se pueda canalizar para ser más conscientes y mostrar un fútbol que habla de la historia del país y que narra esas historias regionales a veces tan llenas de tristeza y otras tantas tan llenas de esperanza.
“Entre charla y charla, y tras haber tenido la experiencia de haber recorrido varias regiones permeadas por el conflicto armado, entre el investigador y periodista Harold García y yo, encontramos el fútbol como una excusa para contar esas historias de resistencia de las comunidades víctimas y sobrevivientes, precisamente porque el fútbol es ese deporte que se juega en todos los rincones del país, sin importar raza, sexo, color, o descendencia… y porque es necesario que continuemos hablando y narrando las historias del conflicto de nuestro país”.
Una vez con la idea sobre la mesa, César junto a Harold, iniciaron todo el proceso de pre-producción tocando puertas para la financiación del mismo, y es así como luego de dos año de haberse planteado el proyecto llegan al mercado de coproducción de Señal Colombia, en donde a partir del 5 y hasta el 15 de junio, de martes a viernes con repetición del 18 al 27 de junio a las 8:30 p.m. por Señal Colombia, se emitirá la serie.
El equipo de realización es un esquipo joven, en su mayoría proveniente de Pereira, ciudad que a lo largo del tiempo ha venido siendo identificado con el lenguaje audiovisual y el género documental.
Las historias de conflicto
Algunas narraciones que superan la ficción, y que podremos ver en la serie documental, son las que los realizadores nos presentan a continuación, historias que surgen del encuentro alrededor de un balón en un contexto de guerra:
En Corocito (Arauca) la guerra llegó vestida de infamia la noche del 8 de febrero de 2003. Los paramilitares del Bloque Vencedores de Arauca, al mando de alias el ‘Cantante’ y ‘Cero Tres’, se tomaron el pueblo y –amenazando, golpeando sembrando miedo- desplazaron a la comunidad dejando a su paso 12 personas asesinadas, entre los que se encontraban, en su mayoría, integrantes del equipo de fútbol de Corocito. “La idea era clara: fragmentar la comunidad y acabar con lo que más nos unía”, dicen muchos de los sobrevivientes que retornaron de nuevo a sus tierras.
Algo parecido sucedió con 12 jóvenes en Punta del Este, Buenaventura. Una masacre que enlutó a la comunidad el 19 de abril de 2005. Los muchachos fueron engañados para jugar un partido de fútbol, por el que le pagarían 200 mil pesos a cada uno, pero donde en vez de encontrar un balón para patear y divertirse, hallaron la muerte.
Situación diferente no vivieron los indígenas de Bocas de Yí, en Vaupés. Su comunidad era un lugar de paso constante por parte de la guerrilla de las Farc. Así aprovecharon su poder violento para reclutar a los jóvenes de la zona, lo que, de paso, generó que se creara el estigma de que esa comunidad indígena era afín al grupo armado. Las huellas que han marcado muchas, si no todas, las historias de la guerra en Colombia.