Sense8: un final que le hace honores a lo que representa la serie
¿Qué tan satisfechos están con el final de la serie de las Wachowski?
A los directores y hermanos Andy y Larry Wachowski el suspenso de Sin límites (1996) y la filosofía de Matrix (1999) no solo les abrieron las puertas, la crítica los aclamó y el público los amó.
Luego no todo lo que hicieron provocó reacciones similares, su versión de Meteoro (Speed Racer, la película - 2008) fue calificada como un desastre por muchos y tras convertirse en Lana y Lilly - a pesar de que sus películas seguían llamado la atención- no fracturaban franquicias, sin embaro su estética les confirió cada vez mayor personalidad y sus obras fueron cada vez más excéntricas.
Su reivindicación llegó por la pantalla chica junto a J. Michael Straczynski, con el aval de Netflix escribieron, produjeron y realizaron Sense8, y con la frente en alto recrearon a través de ocho sujetos de distintas partes del planeta su visión del mundo. Sense8 es un canto a la libertad, al respeto, a la diversidad, la empatía, la conexión y el amor, ese que no come de razas, ni colores ni géneros.
En esa serie las hermanas Wachowski hicieron lo que quisieron y las amamos una vez más, más que antes; pero como la serie costaba esta vida y otra, Netflix la canceló, y los fans reaccionamos con furia. Luego el servicio de streaming respondió a ese reclamo mundial con una noticia que nos alegró y que tuvo como resultado un episodio final de dos horas y media.
Respecto a ese episodio podemos estar tranquilos, la serie termina con una escena que le hace honores a lo que representa Sense 8, ¿acaso alguien imaginó un final distinto a una orgía mundial?...
Por la historia pueden estar tranquilos, los cabos sueltos se atan y las historias particulares fluyen, hay amor, pasión, escenas ensoñadoras y se construye a futuro. También hay algo de drama, humor, ciencia ficción, idilio, actuaciones sensibles y textos convincentes.
El episodio final despide a Sense 8 con dignidad, aboga -como lo hicieron las Wachowski desde la concepción de la serie- por la tolerancia, pero también tiene cosas que pudieron haber sido mejores: se siente una especie de relleno en cuanto a la resolución del conflicto central, se redunda muchas veces en intentos fallidos y la 'solución final' llega a ser un poco pintorezca, pensarán -quizá- ustedes en un videoclip de Lana del Rey.
Por otro lado hay personajes que pierden fuerza, en casos puntuales como el de Lito Rodriguez y Hernando, su pareja, diera la impresión de que ninguno de los dos pudo estar en el rodaje por lo que redujieron sus participaciones en la trama, incluso lo más incómodo y reprochable del episodio es el doblaje de Hernando y la inclusión de escenas innecesarias para justificar su presencia, que de hecho nunca deja de sentirse forzada.
Y hablando de historias y personajes con muchas riquezas que escasamente explotaron en el epidosio final, aparece Sun, que a pesar de que en el episodio anterior su historia queda en punta, no logran en las 2 horas y media del capítulo final concluir con éxito y delicadeza su amorío con el Detective Mun.
De este caso en particular podríamos sacar una generalidad del final de Sense8: en muchas ocasiones se siente hecho a la ligera, como espectadores podemos sentir ese afán de la producción por concluir una historia a la que le llegó su final de forma repentina y obligada. Los errores -sin dudarlo nunca- se deben a eso, y de hecho el tener un episodio final fue por un periodio de tiempo un imposible, sin embargo, la historia concluye bien y no decepciona, desenlaces como los de Wolfgang y el matrimonio de Kala, sumado al conmovedor y esperanzador final de Nomi Marks y Amanita, su novia, son de un idilio sentimental que nos dejan llenos de júbilo por el porvenir, donde no sabemos si Capheus fue o no presidente de Nairobi.
En conclusión, un final digno que pudo haber sido mucho mejor. Momento emotivo con Depeche Mode en la banda sonora. Y créditos especiales para fans de la serie.