'Barbitch', un periplo de resiliencia trans y autoconocimiento
“Para encontrarse primero hay que perderse” es la gran premisa que podría definir la base de la estructura tradicional de las narrativas de ficción; sin embargo, la realidad puede ir mucho más allá de los planteamientos del camino del héroe que, si bien establece un formato de recorrido para un encuentro o realización, esta misma, como bien dicen, puede superar y, tal vez, ser mucho más cruel que la ficción.
Precisamente esta idea de pérdida, esta búsqueda que tiene sus obstáculos y arcos dramáticos, redondea el deseo de encuentro y de pertenecer del personaje de la Barbie, una diva trans caleña que en su búsqueda de sentirse acogida, admirada y apreciada busca en Barcelona las oportunidades y libertades que esta gran capital del mundo “promete”.
“Conocí a Barbie en el 2013. No habíamos charlado más de quince minutos cuando ya había encarado a dos hombres que la observaban con extrañeza en la calle. '¿Nunca has visto a una marica?'. En ese instante, no solo me cautivó su coraje e imponente presencia, sino que supe de inmediato que quería contar su historia.”, comentó Diego Fernando Cruz, director del largometraje que se estrena el 27 de junio.
Barbitch es un documental muy íntimo que cuenta la historia de la diva Barbie, una mujer amante de los tatuajes y de la sirenita Ariel, una chica que se autodenomina como gitana, que va de un lugar a otro experimentando y viviendo todo lo que los espacios a los que llega le pueden ofrecer; sin embargo, es una historia de búsqueda, de realización, es un retrato de la resiliencia y empoderamiento de una mujer que supera sus propias expectativas, la discriminación y las desilusiones con el fin de encontrar su lugar.
Por otro lado, bajo la mirada del director Diego Fernando Cruz, es una película en el que dos personas se acompañan y se unen en un camino en el que desean responder preguntas y superar hechos que la vida misma les ha interpuesto.
"En ese momento de mi vida yo también estaba como de un lado para otro, y creo que las amistades también surgen por afinidades, de alguna manera yo me vi en ella como en esta búsqueda de que tal vez en Colombia no es el camino, vámonos para otro lado a buscar la vida, entonces me llamaba mucho la atención esa errancia que ella estaba atravesando, y en medio de esa búsqueda en la que ambos nos encontrábamos fue que decidí llegar hasta Barcelona...
Yo empecé a grabar este documental solo y con mi cámara, yo creo que eso genera una cercanía con el personaje porque no es un equipo detrás; un sonidista o un camarógrafo, sino que éramos nosotros dos solos acompañándonos y la cámara de por medio, entonces casi que éramos dos amigos caminando, creo que eso permitió que se diera la cercanía que tiene el documental".
El director nos comentó cómo fue le proceso de grabación de la película, pues fueron cinco años de seguimiento, pero los periodos de grabación fueron los justos y precisos; no obstante, en medio de todo, siempre surgieron retos y confrontaciones éticas a las que ambos tuvieron que enfrentarse en este recorrido.
"Fueron cinco años, pero mira que finalmente la grabación se fue dando solo por momentos, no fueron los cinco años completos, por ejemplo, una parte fue en Cali cuando se hizo la cirugía, luego una parte en Medellín cuando era modelo webcam, luego ella se va y por un tiempo me distancié de ella, pero cuando me entero de que finalmente había conseguido irse para España, ahí decido yo viajar también, fueron esos momentos a lo largo de cinco años, yo creo que se fueron por ahí cinco o seis grabaciones, pero, pues de varios días acompañándola, es decir, en Cali cinco días con ella, en Medellín fue una semana de grabación y en Barcelona fueron como 20 días andando con ella, buscando casa.
Yo llego a Barcelona, ya habían pasado tres años sin saber de ella y ella había cambiado mucho, ya no era la diva transexual caleña que la invitaban a fiestas, sino que era una persona que está casi que en la marginalidad.
Yo llego allá y me encuentro con una persona que está sin casa, ahí entraron unas cuestiones éticas porque, es decir, como que te grabé todo el día y al final yo me voy y te dejo igual con tus problemas, ahí descubro que ya Barbie no era un personaje, sino que es mi amiga. Al final del día yo le preguntaba ¿qué vas a hacer? ¿Dónde vas a dormir? Entonces empezaron a surgir estas cuestiones más éticas, siento yo, como de confrontación, como 'jueputa ¿qué voy a hacer con Barbie?' No la puedo dejar ahí tirada.
Finalmente, lo que podía hacer por ella era ofrecerle una compañía, yo no tenía la posibilidad de darle un hogar, yo le propuse que la iba a acompañar en este periplo mientras iba buscando casa, también fui aconsejándola como amigo".
En medio de este viaje, Diego, luego de finalizar el documental y verlo junto a Barbie comprendió muchas cosas sobre las expectativas que ella había tenido con su viaje y el momento en el que se encuentra ahora, esto nos comentó.
"Barcelona es conocida como una capital que LGBTIQ+ friendly y como que ella pensaba que iba a llegar allá y que las puertas se le iban a abrir; es algo que de pronto todos pensamos, que afuera el pasto es más verde, entonces, pues ella llega allá y ya deja de ser este personaje en Cali que de alguna manera lo celebraban, sino que como que allá hay mucha comunidad trans, mucha gente inmigrante entonces es difícil llegar a abrirse un camino como el que ella pensaba y termina de alguna manera en la prostitución. Entonces creo que es un choque con la realidad, lo que ella vivía allá.
Tuvimos la oportunidad de verlo ahorita hace poco y creo que fue como un espejo, ella se vio reflejada en la pantalla, vio muchas cosas que la confrontaron y, a la vez, la hicieron reflexionar de su lugar, de si realmente quiere quedarse en España, como que ya al verlo le chocó y pensó 'pucha llegué acá hace ya tantos años y sigo igual ¿qué ha cambiado en mí entonces?'. Definitivamente fue un choque verse en el mismo punto todavía y pensar si finalmente su lugar está es al lado de su familia, ahorita está como pensando qué va a hacer, como que no quiere seguir de alguna manera andando sin ton ni son y entendió que a veces el lugar de uno es al lado de los suyos."
El documental es una fiel muestra de cómo el mundo presume de ser tolerante, que tiene la capacidad de abrirle espacios a todos y todas; sin embargo, en la práctica se queda corto porque aún hay un fuerte rechazo y discriminación contra la comunidad LGBTIQ+, la vida de la Barbie es una exploración de cómo las ilusiones y expectativas pueden transformarse cuando los discursos de tolerancia y aceptación se quedan en una especie de nube fantasiosa y que la lucha por el respeto, la tolerancia y aceptación debe seguir tomando cada vez más fuerza.