Por siempre, Caro
El 29 de marzo del 2021, muchos colombianos dijimos “todo está muy triste”. Falleció a sus 71 años Antonio Caro, el autor de obras como: “Aquí no cabe el arte”, “Todo está muy Caro” o “El Imperialismo es un Tigre de Papel”, mensajes contundentes creados por el artista que desde finales de los años sesenta presentó ideas que revolucionaron el arte en Colombia.
A pesar de ser un día triste por la pérdida del maestro del arte conceptual en nuestro país, quienes en algún momento compartieron con él o se acercaron a su obra, recuerdan a este artista que siempre andaba con un lápiz y una libreta, que vestía de jean, zapatillas y una mochila. Aquel que se caracterizó por su espíritu libre, crítico y a su vez la sencillez, calidez humana y gozo que tuvo por la vida.
Antonio Caro era zurdo, era siempre el primero en llegar a las inauguraciones, se consideraba un come libros, para él el arte podían ser “unas buenas muletas” que lo llevó a muchos lugares y que lo hizo cumplir su apuesta, hacerse fuerte en Colombia y lo logró.
Publicó libros como Antes de Cuiabá y El Lobo, este último editado por Cisneros Fontanals Art Foundation que recoge 15 anécdotas acerca del Taller de Creatividad, que dictaba desde 1990.
En el año 2014, en una entrevista que dio al portal Esferapública, Antonio Caro dijo: “sé que no sé dónde está la creatividad, sé que no se unta, sé que depende de cada persona. Tengo una especulación muy bonita de que la creatividad ha sido el motor del desarrollo de la humanidad. Que se haya torcido no es culpa de la creatividad, pero si no hubiera creatividad no estaríamos sentados y no estaría ese juguete de la grabadora registrando. Es un concepto muy amplio, o muy básico, el de la creatividad pero en el taller, por fortuna, han salido de casualidad axiomas. Uno muy bonito es el siguiente: el arte necesita de la creatividad pero la creatividad no necesita del arte”.
Como Caro, nos pusimos las gafas, para preguntarle a expertos en arte y publicidad, ¿Qué representa para Colombia el legado que deja?, ¿cómo era trabajar con él?, ¿cómo influenció la manera de hacer publicidad en Colombia?
Esto nos contaron:
María Wills, directora de la unidad de arte del Banco de la República:
Antonio Caro es indudablemente uno de los artistas centrales del arte colombiano. Probablemente le daría risa porque él mismo trataba de luchar en contra de cualquier planteamiento hegemónico de definiciones de lo que debe ser el arte y lo que no, y de una manera absolutamente irónica, cínica y jocosa, inclusive se burlaba de las etiquetas del arte.
Por ejemplo, la cuestión del arte conceptual, él decía: “voy a adoptar la etiqueta porque tal vez me sirva”; pero lo interesante de su obra también fueron las actitudes con las cuales desafió al poder, sus obras tan absolutamente simbólicas que se volvieron un ícono de esta realidad estética, popular, vernácula, mezclada con las imposiciones de la publicidad en un país subdesarrollado como Colombia. Nos hará mucha falta pero deja una obra poderosa que ha influenciado y seguirá influenciando generaciones.
Creo que fue uno de los artistas que inspiraron la curaduría que trabajamos con Carmen María Jaramillo y Silvia Suarez denominada "El arte de la desobediencia". Fue increíble trabajar con él, siempre con un interés por cuestionar pero también por el logro de las cosas de una manera absolutamente sencilla.
La complejidad del arte contemporáneo ha hecho que sea cada vez más complejo producir esas exposiciones y él siempre con la mejor disposición, con su lápiz, con su papel, con su noción del trabajo y la disciplina en la creación, llegaba todos los días al montaje a producir una versión o réplica de “El Imperialismo es un Tigre de Papel”.
Fue maravilloso poder conocerlo, cuando me preguntas cuál música le gustaba, diría yo que toda la música, le encantaba bailar, era una de las personas que veías alegre y bailando en cualquiera de las celebraciones del medio artístico.
Una anécdota:
Cuando trabajamos para su exposición en Madrid que se iba a llevar a cabo en un mercado público donde vendían comida, precisamente seleccionado por considerarse un lugar anti establishment, recuerdo el pudor. Aunque él ya había mostrado en la vitrina de Lugar a Dudas en Cali, su colección de camisetas, el pudor que le causaba y como la picardía -porque él era un pícaro-, haber llevado en un guacal con todo el aura de una obra de arte, su colección de camisetas, que llegaron con todo el protocolo de una obra de arte, y finalmente era una pieza de su colección, camisetas usadas, en mal estado muchas de ellas.
Juan David Correa, editor y escritor:
Todos creíamos que Antonio no tenía edad, un hombre que íbamos a ver frecuentemente en las calles. Creo que su generosidad, su risa, rebeldía, su intransigencia, sus desatinos, sus desaciertos nos van a acompañar siempre. Si algo hace un artista es hacer cosas que no sabe por qué las hace pero que perduran en el tiempo.
Creo que Antonio fue muy consciente de lo que hizo pero no sabía que iba a durar tanto tiempo y se iba a meter en nuestras cabezas. Hoy todo está muy triste para la cultura en Colombia.
Se ha ido un ser excepcional, un tipo maravilloso, una muy buena persona, descomplicado y aunque no sabía lo que eran los editores, pues así se lo dijo en una entrevista a Lucas Ospina cuando yo dirigía Arcadia. Desde aquí, desde el lugar del editor, el escritor y del periodista lo único que quiero es que su obra y su belleza, rebeldía y su incomodidad sigan entre nosotros.
María Paz Gaviria, gerente de Plataformas Culturales y Comerciales de la Cámara de Comercio de Bogotá:
Su trabajo artístico está fuertemente referenciado por las problemáticas sociopolíticas y culturales que refleja a través de la palabra, el gesto, una forma poco convencional de comunicación y que manera repetitiva logra proporcionar el valor a su significado.
Su ironía, crítica y humor marcó el desarrollo del arte contemporáneo en nuestro país, pero también permeaba su presencia siempre performática, de venias irreverentes, de abrazos que dejaban una alegría contagiosa. Asiduo consumidor de muestras y conversatorio, participó en tantos proyectos de nuestro programa ARTBO, el último, un performance durante ARTBO Temporada el año pasado, “Jabón, bendito jabón”.
En un acto cerraba esa unión entre la gente y el acto artístico, fue un sábado en la mañana que tomó mis manos, las enjabonó para sentir ese contacto humano y sentí por última vez esa alegría contagiosa de sus abrazos.
Steven Guberek, director de SGR Galería en Bogotá:
Su obra representa en nuestro país la validación de la estética popular dentro de las prácticas artísticas contemporáneas. Es el verdadero artista pop colombiano. Su mayor aporte ha sido la legitimidad que desde el arte se le ha dado a los lenguajes gráficos autóctonos y populares y su internacionalización, siendo uno de los más reconocidos artistas conceptuales contemporáneos de la actualidad en Latinoamérica.
La influencia de Antonio Caro en Cali
Museo La Tertulia
Antonio Caro fue uno de los artistas más cercanos al Museo La Tertulia. En nuestras salas su obra se ha exhibido en exposiciones individuales y colectivas desde los años 80 y forma parte de nuestra colección con piezas tan importantes para la historia del arte colombiano como “Aquí No Cabe El Arte2 (2000), “Coca-Cola Colombia” (1997) y 2Todo Está Muy Caro” (1978).
En 2002 en la Sala Maritza Uribe de Urdinola, tuvimos una retrospectiva de su obra titulada: “En Cali Todo Está Muy Caro” y, en la exposición “Reserva Abierta” del 2018 contamos con su presencia, tanto con piezas en la sala como con un mural pintado por él mismo.
En Cali hoy, mañana y siempre, todo está muy Caro.
Pavel Andrés Vernaza, historiador de arte:
Las primeras exposiciones internacionales que vio Antonio Caro, las vivió en Cali en los festivales de arte. Algo que fue un punto disparador para su carrera también. Hay obras fundamentales en la historia del arte colombiano y en su legado como: “Aquí no cabe el arte” que tiene mucha influencia en Cali, porque es una obra que recoge nombres de personas asesinadas en las revueltas de los 70.
Muchos de esos nombres fueron de estudiantes asesinados por parte del Estado o la policía y que finalmente el único que les da ese lugar de memoria fue Antonio. Esa obra se convirtió en un documento histórico para Cali porque nos cuenta un momento muy agitado, de choques, de luchas estudiantiles y una obra que se convierte en un objeto histórico que habla sobre la ciudad de Cali en gran parte.
La influencia de Caro en la publicidad
“Veo la publicidad como un hecho cultural, un fenómeno totalmente indicado, ligado y parte constitutiva de nuestra cultura, eso es lo poco que puedo decir. Pueden haber muchos análisis económicos, políticos, etc, la publicidad es un hecho cultural”. Así lo expresó Antonio Caro, en el conversatorio virtual de la exposición "Proyectar deseos", con el Museo Nacional de Colombia.
Lobsang Salguero Barrera, docente, podcaster y publicista desde hace más de 20 años opina que desde la publicidad hay varias cosas para entender lo que él nos deja:
Él pasó por el negocio de la publicidad, lo que llamaba el maestro Nicholls “el servicio militar de la literatura”, y allí aprendió cómo los mensajes cuando se enfocan y se afinan, son efectivos. Pero también que las marcas son expresiones sociales y que las marcas son la manera como las empresas se conectan con la comunidad.
Utilizó todo este arsenal de información, más una visión aguda, en una época en la que él tenía a su disposición toda la rebeldía de lo que estaba sucediendo en Latinoamérica y en Colombia específicamente, y con esa mirada aguda, mezcló el sentido de rebeldía que todavía existe en nuestro país ante el determinismo de las fuerzas comerciales. Con ese enfoque publicitario nos dio obras maestras como la de Colombia hecha con parte de la tipografía de Coca – Cola o retomar el Jabón Rey que es un producto icónico colombiano, eso que ahora los publicistas llamamos con mucho abolengo el love mark, las marcas amadas.
El se dio a la tarea de decir no solo que “Todo está muy caro”, sino que la tipografía tiene un valor subversivo, un valor poderoso en la comunicación publicitaria. La tipografía no es una forma, es una herramienta que cuenta historias, una herramienta que desde lo visual y su construcción metafórica dice más de lo que dice y ese doble sentido, esa construcción mucho más amplia de lo que nos imaginábamos fue la que nos dejó.
Nos dijo que la tipografía está para que hagan revolución, no en vano lo llamaron muchas veces un “guerrillero visual'', porque lo que hacía con pequeñas herramientas, era darle fuerza al mensaje y tratar de derrumbar el status quo desde abajo.
Evidentemente es precursor del arte pop, como también lo hicieron sus contemporáneos donde tomó elementos de la cultura popular, de la literatura popular, de la visión social de las marcas y los elevó a la altura del arte.
Foto: Archivo El Colombiano