Pereira, la ciudad que dejó el miedo artístico
Empieza la recta final del 44 Salón Nacional de Artistas que desde el 16 de septiembre ha venido convocando a los espectadores a darse una pasada por las diferentes creaciones artísticas de los más de 100 artistas convocados para esta versión, realizada por primera vez en una ciudad intermedia como Pereira.
“El 44 Salón nos permitió a los artistas locales hablar con mayor propiedad en torno a la propuesta curatorial que abordó el tema del territorio. Durante todos estos días de exposición la ciudad pudo ver que hay artistas propios que pueden dialogar con propuestas artísticas del mismo nivel que otros artistas nacionales e internacionales, pues muchas veces el arte local es subvalorado. Hoy Estamos dejando de ser regionalistas y preguntándonos cosas más globales, pensando que las gramáticas y los lenguajes sean muy diversos”, nos dijo Fredy Clavijo, uno de los expositores pereiranos de las versión 44 del SNA AÚN, al preguntarle lo qué le deja a él y a la ciudad la realización de esta versión.
Con instalaciones in sito, video, fotografía y una mezcla de diversos materiales que incluyen desechos, terrones de tierra y más, la puesta en escena del grupo de artistas anfitriones del 44 SNA, invitó a reflexionar al espectador sobre la ruina, el paisaje, la ironía, el ocio y la naturaleza como principio y fin de la creación artística.
Los expositores nos hablaron de lo que piensan sobre la movida artística que se da hoy en la ciudad de Pereira, sobre todo luego de atravesar por el momento épico de haber sido ciudad anfitriona de uno de los eventos de arte más importantes del país como lo es el Salón Nacional de Artistas. En Pereira el Salón se pensó, se construyó, revivió un espacio que en años anteriores fue testigo de tertulias culturales y políticas de la alta sociedad en Pereira, como el Club Rialto, y se dejó ser.
“Yo pienso que los artistas siempre nos estamos preguntando por los mismos temas; la muerte, el amor, la guerra, la paz… pero lo que cambia son los lenguajes, o por lo menos los lenguajes que en una ciudad como Pereira no se habían tocado. Las narrativas han cambiado, el minimalismo y lo contemporáneo está llamando al artista local. El arte debe cuestionar, pensarse, ser irónico, y para mí es este el momento para hacerlo. Eso fue lo que mostramos en el Salón”, expresó Ricardo Muñoz, artista local del SNA.
Para la reconocida artista conceptual, Adriana Arenas, el Salón fue el momento preciso para demostrar la gran gestión cultural con la que cuenta hoy en día la ciudad de Pereira, y la capacidad de sus salas de exposición. “No era fácil lograr que Pereira fuera sede del Salón, pero cumplimos con todos los requisitos que nos pedía el Ministerio y eso hay que valorarlo”. Para ella este es un gran momento para el arte contemporáneo que se crea en la ciudad; los artistas están trabajando constantemente en sus creaciones, se está pensando en el territorio y con el trabajo de cada uno se está interrogando por el antepasado apropiándose de un espacio y un momento.
Por su parte Andrés Felipe Gallo, uno de los expositores más jóvenes del Salón, piensa que en los artistas locales se mantiene vivo el interés por cuestionar la realidad desde diferentes puntos de vista, desde los lugares inestables o que están a punto de transformase. Para él la experimentación artística con carácter destructivo se convierte en todo un proceso circular del que se ha impregnado para ir realizando su obra: “Mi interés ha sido encontrar espacio en ruinas en la ciudad y recoger los elementos que dieran cuenta de esos espacios. Afrontar la ruina es asumirla como fin, pero también como principio”.
A su vez, Gustavo Toro, cuyo trabajo cuestiona el hábitat como prosperidad y riesgo al mismo tiempo tomando como ejemplo a una comunidad que vive a la orilla del río, agrega que el artista de hoy en Pereira se está preocupando por las experiencias y las realidades que pueden ir desde el ámbito ambiental hasta el ámbito político. “Es imposible desligarse de la realidad y yo creo que los artistas buscamos en esas referencias anecdóticas o de investigación poder contar lo que ocurre en la vida cotidiana a través de diferentes lenguajes, buscando dejar reflexiones o interrogaciones”.
Les presentamos a continuación algunas de las obras que se exponen en la versión 44 del SNA AÚN... Si están en Risaralda, pueden pasar hasta el 14 de noviembre por Pereira.
“Siguen siendo las aguas las que hacen la ciudad”
Gustavo Toro: primer piso del Club Rialto
Su obra ubicada en el lado izquierdo del primer piso del Club Rialto está inspirada en un viaje al Ecuador exactamente en la ciudad de Babahoyo, capital de la provincia de Los Ríos, donde el artista reflexionó acerca del espacio y las personas que viven de cara a los afluentes considerados como fuente de prosperidad al tiempo en que se convierten en su peligro más eminente. Su obra refleja la tensión en el entorno debido a las dinámicas naturales que alteran y modifican el paisaje.
“La oreja hueca de la montaña y tres cuentos denigrantemente cortos”
Ricardo Muñoz: primer piso Club Rialto
Al lado derecho de la entrada en el primer piso del antiguo Club Rialto, un cubículo oscuro, una banca larga y dos pantallas al frente. En su obra, explora un lenguaje gráfico con imágenes psicodélicas, mundos imaginarios, cinismo y punk, mezclando medios artísticos como la fotografía, el dibujo y la pintura que llegan a través de video finalmente al espectador.
“Naturaleza de la irrupción”
Fredy Clavijo: segundo piso Club Rialto
Sus piezas, ubicadas al lado izquierdo del segundo piso del Club. Una bola gigante hecha con cientos de retazos de caucho, el mismo material que usan los areneros para sacar material del Río Otún y atrás paisajes de ocio en piscina y paseo de olla en el río. Con el mismo material, el caucho, el artista quiere evocar estas y demás actividades que contrarrestan y a la vez unen las diferentes clases sociales. La misma bola de caucho aparece luego sumergida en el agua de piscina del Club Campestre.
“Universal Voting App”
Adriana Arenas: segundo piso Club Rialto
Su instalación está ubicada en un rincón al lado izquierdo del segundo piso del Club. Refinado, impecable y de época, el estilo de su obra evoca a las instalaciones de lo que fue el Club Rialto en los años 60, con el fin de que el espectador confronte sus entendimientos prefabricados sobre política y cultura. A su vez la obra cuenta con un sistema de aplicación el cual podría cambiar las democracias del mundo con datos almacenados en diferentes servidores del mundo.
“Acupuntura Urbana”
Andrés Felipe Gallo: sótano del Museo de Arte de Pereira
Escombros de estructuras perdidas a lo largo de varios años fueron recolectados por el artista hasta formar una gran montaña que simula la topografía del Parque de Los Nevados. Con sus manos recogió los fragmentos de lo que alguna vez fue estructura en la ciudad fue para volverlos a convertir. La ruina como final y como principio.
“Río escultor de piedras”
Colectivo Otún: Caseta comunal del Barrio Zea
A la rivera del Río Otún entre calle 16 y 17; Martín Abad, Álvaro Hoyos y Mauricio Rivera, los artistas. Una caseta comunal, las estrofas del bambuco “Pereira” del compositor Luis Carlos González y al fondo una ventana rectangular con mirada al río. Es fresco. Es redescubrir a la naturaleza siendo río, un río que emerge limpio y en su camino se transforma, convirtiéndose en creador, en escultor.