“La Verdad tiene rostro rural”: las voces del conflicto en la región Centroandina
La región Centroandina, a lo largo de la historia colombiana, ha sido epicentro tanto de la resistencia campesina y del valor de la ancestralidad indígena, como del silencio que impuso la violencia en el marco del Conflicto Armado. La Comisión de la Verdad, llegó a la profundidad de sus pueblos y montañas, para escuchar las voces de sus habitantes, que hoy son promotores de paz y convivencia en un territorio donde aún la guerra se niega a desaparecer.
Fue así, en medio del proyecto Acciones vivas, que tuvo lugar la exposición “La Verdad tiene rostro rural”, una iniciativa que tiene como objetivo visibilizar a través del arte, las afectaciones del conflicto armado. “Para la Macrorregión Centroandina la ruralidad ha sido protagonista, y desde estas expresiones se busca conectar la escucha y el reconocimiento hacia el camino de la no repetición”, afirmó Alejandra Trujillo, enlace de Diálogo Social de la Macrorregión Centroandina.
Se trata de una colección compuesta por doce cuadros, cada uno hecho con diferentes tipos de tierra y pigmentos extraídos de semillas y carbón mineral, ha estado desde finales del año pasado recorriendo varios lugares del centro del país.
El artista detrás de esta creación es Ismael Manco, un campesino y pintor boyacense, quien de esta manera busca profundizar sobre los impactos del conflicto armado vivido en la ruralidad colombiana, desde los rostros y paisajes. Y junto a esto, ha ido recogiendo las lecciones del campesinado en torno a la verdad y la importancia de la no repetición del conflicto armado.
Huila, Tolima, Cundinamarca y Boyacá son algunos departamentos que han podido ver su trabajo. En el municipio de Viotá, por ejemplo, la exposición se dividió en seis estaciones, ubicadas entre el parque principal y la plaza de mercado municipal. Habitantes descendientes, por sangre o por convicción, de los gestores de resistencias y las organizaciones campesinas y agrarias de este municipio hicieron presencia en su instalación, rindiendo un homenaje a las víctimas del conflicto y a quienes han continuado con su legado en la búsqueda de la paz.
Este tipo de eventos sirvieron para expresar y reflejar sentimientos y heridas que se están tratando de sanar: “Nosotros los campesinos de Cundinamarca hemos recibido el legado de la Comisión como un paso importante para la transformación de la sociedad. Sabemos que sin verdad no habrá un futuro para nuestros hijos; no queremos que ellos vivan lo que nos tocó vivir a nosotros”, expresó Nelma Forero Sánchez, integrante de la Asociación de Usuarios Campesinos de Colombia.Con estas Acciones Vivas, se inició el proceso de preparación para la entrega del Informe Final y de su legado.
Para sumar a esta temática de la “La verdad tiene rostro rural”, la Comisión también publicó hace un tiempo cuatro crónicas regionales que recogen historias que reflejan rostros y voces de la región, compuestas en una narrativa que muestra experiencias de vida, resistencias y enfrentamientos. La idea es generar reflexiones y reconocer la gravedad del daño que ha dejado la guerra especialmente en la ruralidad.