Tiburones: los reyes del océano están desapareciendo
Hace pocos días, conversaba con un grupo de amigos sobre las palabras que usarían para describir la palabra ‘tiburón’. Quedé asombrada al observar que la mayoría de conceptos con los que relacionaban a estas especies marinas, en su mayoría, eran negativos.
Conversando con el biólogo marino Andrés Felipe Acosta Chaparro sobre esta percepción que se tiene sobre los selaquimorfos, me explicaba que “son animales fascinantes pero incomprendidos debido a la imagen que hizo Hollywood: la de animales que buscan atacar, despedazar. Y resulta que no es así, son dóciles y tienen un misticismo que la gente no llega a conocer”.
Películas como Jaw (1975), Mar abierto (2003), Terror a 47 metros (2017) o Alerta en lo profundo (1999), son algunos de los títulos que se han encargado durante décadas de presentar al mundo una faceta poco inusual en los tiburones. “El contacto que tienen los tiburones con bañistas es básicamente nulo. En las playas turísticas de Colombia no hay tiburones, y en las aguas donde se practica el surfeo tampoco se encuentran fácilmente ya que estas aguas no son del agrado de estos animales”, afirma Andrés.
De acuerdo al un reciente informe entregado por la International Shark Attack File, durante el año 2021 se presentaron 73 ataques de tiburón alrededor del mundo, de los cuales 9 fueron fatales.
Ahora bien, es importante resaltar que aunque los tiburones no son una especie depredadora de humanos ni representan un alto riesgo para la población, están desapareciendo. La cantidad de individuos que habita los océanos se ha reducido en un 71% en el mundo. Cifra que enciende las alarmas debido a la gran importancia que tiene el tiburón dentro de la cadena trófica y el control que tiene de regular la población de otras especies que se encuentran por debajo de él.
Según un estudio de National Geographic, cada año son pescados 100 millones de tiburones en el mundo debido a la sobrepesca, el tráfico y la caza ilegal. Su carne y sus aletas son los productos más comercializados. “Capturan a los tiburones, cortan las aletas, y desechan el resto del cuerpo al mar, esto, para ahorrarse espacio y poder capturar más y más individuos, y por otro lado porque para ellos, el resto de la carne no tiene un valor significativo”, nos cuenta Andrés.
De las más de 465 especies de tiburones que existen en el mundo, Colombia alberga 76 de ellas y por lo menos 10 se encuentran en peligro de amenaza según el Libro Rojo de peces marinos, que desarrolla MinAmbiente e Invemar. El tiburón nodriza (Ginglymostoma cirratum), el tiburón aleti blanco (Triaenodon Obesus), el tiburón martillo (Sphyrna lewini), son algunas de las especies que se ven afectadas por la caza ilegal de sus individuos.
“En el Santuario de Fauna y Flora de Malpelo a veces sucede que hay flotas principalmente extranjeras que llegan a hacer pesca ilegal y en eso pueden capturar cientos y cientos de tiburones, que aunque a veces se hacen decomisos y salen a la luz pública, en otras ocasiones no”.
Actualmente en Colombia la pesca de tiburón está prohibida, sin embargo, no siempre fue así. Desde 1990, la pesca artesanal de tiburones había sido regulada mediante distintas resoluciones hasta que el 25 de octubre de 2019, el Ministerio de Agricultura publicó la Resolución 350, donde autorizaba la pesca artesanal de 125 toneladas de tiburón y 5,2 toneladas de aletas de tiburón en el mar Caribe en 2020.
En palabras de Andrés Acosta, “el problema en cuanto a ese porcentaje de pesca que estaba avalado para algunas especies mediante la pesca incidental, era que en ese ejercicio de pescar determinadas especies, otros individuos no permitidos caían en estas redes, algo terrible para la biodiversidad del país”.
Resolución que causó rechazo, polémica y decepción por parte de grupos ambientalistas y civiles del país. No obstante, a un año de su publicación, el presidente Iván Duque, comunicó a través de sus redes sociales, la prohibición de cualquier forma de pesca de tiburón, sea artesanal o industrial.
Se estima que el 15% del total anual de capturas no están declaradas y, por ende, no son reguladas. Según un informe publicado por la revista E-life, en las próximas décadas más de un tercio de las especies de tiburones en el mundo tendrán un riesgo alto de extinción.
La pérdida potencial de los tiburones es terrible, pues las especies más grandes de los mares y océanos cumplen un papel importante dentro de los ecosistemas y la ausencia de ellas repercute en el resto de la cadena trófica. La pérdida de los grandes depredadores significa la disminución de la biodiversidad de los ecosistemas, tanto marinos como terrestres.