Guía para entender la presencia de la minga indígena en Bogotá
Los grupos indígenas colombianos están distribuidos en todo el territorio nacional, con especial concentración en el área amazónica y su piedemonte, las llanuras de la Orinoquia, las cordilleras central y occidental y La Guajira.
Según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) en el país hay 102 pueblos indígenas, de los cuales 18 se encuentran en peligro de desaparecer. Esta minga en particular viene del Suroccidente del país, un territorio muy agitado en las últimas décadas y donde, en los últimos meses, se ha recrudecido la violencia. Lo que se sucede en estos días en Bogotá no es menor, y para entrar en contexto, algunos elementos:
¿Qué es una minga?
Para la RAE el significado de la palabra “minga” no excede más de dos líneas: “Reunión de amigos y vecinos para hacer algún trabajo gratuito en común. Sin embargo, es necesario remitirse al significado quechua de la palabra para entender a fondo su significado”.
La palabra minga se deriva del quechua Minka, que hace alusión a una antigua tradición de trabajo en comunidad o colectivo con fines sociales. Según el folleto “Minga social y comunitaria por la defensa de la vida, el territorio, la democracia y la paz”, la minga es el símbolo del trabajo solidario de los pueblos tanto indígenas como campesinos, que en las comunidades afrocolombianas tiene otros nombres, pero que significa el trabajar, el compartir, el ayudar, el avanzar desde ellos mismos.
“Es una Minga de los indígenas con los campesinos, con los afrocolombianos, con los sindicatos, con los estudiantes, con los sin vivienda, con los luchadores por derechos humanos”. Martha Peralta Epieyú, Presidenta Nacional del Movimiento Mais, explica en sus redes sociales que el significado se deriva del conocimiento que tenían los aborígenes sobre el trabajo compartido para el bien común. Es el encuentro donde circula la palabra, se piensa y se construye el buen vivir.
¿Dónde nace la Minga en Colombia?
En Colombia esta práctica tiene su génesis en el suroccidente del país, de la mano de comunidades indígenas como los Nasa, Pijaos y los Yanacona. Una región compuesta en su gran mayoría por indígenas, afrocolombianos y campesinos, en la parte rural fundamentalmente y de pobladores urbanos sumidos en la pobreza.
Según se explica en el folleto anteriormente nombrado, el suroccidente colombiano “es una de las regiones más golpeadas en Colombia por la violencia y por el ataque a las comunidades y sus territorios. El modelo minero energético, que acaba con la biodiversidad e irrespeta nuestra propiedad comunitaria, utiliza y nutre la existencia de actores armados, para acabarnos y/o expulsarnos de la tierra en la que vivimos y de la cual somos parte”.
El recorrido hasta Bogotá
El pasado jueves 15 de octubre la Minga del Suroccidente partió desde Cali con rumbo a Bogotá, después de que en dos reuniones con representantes del Gobierno (la Ministra del Interior, Alicia Arango y el Alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina) no se llegara a ningún acuerdo.
Las paradas fueron en Armenia, Ibagué, Fusagasugá y Soacha; el pasado 18 de octubre llegaron a la capital, exactamente al Palacio de los Deportes, donde más de siete mil indígenas, organizaciones campesinas, colectividades negras y movimientos estudiantiles, se congregaron para preparar la marcha del lunes 19 de octubre hacía la Plaza de Bolívar, con la finalidad de buscar la atención del Presidente Iván Duque y poder entablar un diálogo que ha sido negado por el mandatario del Gobierno actual.
¿Qué pide la minga?
La minga ha recogido las inconformidades de varios sectores que sienten que han sido invisibilizados y discriminados por el Gobierno desde hace varias décadas. Si bien muchas de las peticiones están relacionadas directamente con los territorios indígenas, afros y campesinos, buena parte de estas son transversales al día a día de todas y todos los colombianos. Por ejemplo el derecho a la vida, la implementación de los Acuerdos de paz y la protecciones del medio ambiente
En general las peticiones de la minga se pueden resumir de forma muy sencilla en cuatro puntos principales:
Vida: El 2020 ha sido uno de los años más violentos de la historia reciente del país, con más de 50 masacres registradas en lo que va del año, 445 feminicidios reportados hasta septiembre por el Observatorio Feminicidios Colombia y un incremento del 85 % en el asesinato de líderes sociales, según el observatorio de la MOE, la situación es cada vez más preocupante. Sobre todo para las personas que viven en los territorios controlados por los grupos armados al margen de la ley.
Por eso, la minga amparada en el artículo 11 de la Constitución Política de Colombia que dice que “el derecho a la vida es inviolable”, exige que se respete la vida y se tomen acciones concretas para frenar esta ola de violencia. Por eso piden que desde el Gobierno se reconozca la presencia de los grupos armados ilegales que operan en los territorios y se actúe para desmontarlos.
Pero también se está pidiendo una forma distinta de desmontar dichos grupos, porque se considera que llenar los territorios de soldados no ha funcionado ya que, según la minga, la fuerza pública “ve a la población un enemigo interno”, por lo cual se sugiere una reforma a la doctrina militar, enfocada en la construcción de la paz y no en el combate.
Territorio: Uno de los ejes de la eterna guerra de Colombia es el uso de la tierra. Según el Instituto Agustín Codazzi, Colombia vive una crisis respecto al uso del suelo ya que el área potencial del suelo destinado a la agricultura es del 19,3 % y solo se usa el 4,7 %. Mientras que la ganadería debería usar el 13,3 %, pero ocupa el 30 %. Por eso desde la minga se está pidiendo una reforma agraria integral, pensada en el beneficio de la población campesina.
Según el DANE el 48,3 % de los bosques están en los territorios indígenas. Para algunos sectores esto es un problema porque consideran esta tierra improductiva y basan sus argumentos en que no dan ningún aporte al PIB. Pero estos resguardos son vitales para evitar la deforestación y combatir el calentamiento global ya que, según un estudio de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica) y la Iniciativa para los Derechos y los Recursos (RRI, por sus siglas en inglés), los pueblos indígenas protegen el 50 % del territorio del planeta.
Según el IDEAM, el problema de la deforestación en Colombia es cada vez más preocupante porque en 2020 se reportó un incremento del 83 %. Por eso la minga exige que se cambien las políticas extractivistas del país y se piense en la conservación del medio ambiente como en una inversión a futuro.
[Foto por: Colprensa]
Democracia: En este punto más que exigir más participación democrática, la minga está pidiendo que se respeten las garantías democráticas y la constitución. Uno de los principales puntos de este tema es que garantice el derecho a la protesta social que está estipulado en el artículo 37 de la Constitución que dice que: “toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente” y en el artículo 56 que dice que “se garantiza el derecho de huelga”.
A parte la minga está pidiendo que se no se modifique la consulta previa, la cual es definida por la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario como: “El derecho fundamental que tienen los pueblos indígenas y los demás grupos étnicos cuando se toman medidas (legislativas y administrativas) o cuando se vayan a realizar proyectos, obras o actividades dentro de sus territorios, buscando de esta manera proteger su integridad cultural, social y económica y garantizar el derecho a la participación”.
Aquí también se pide el respeto por las decisiones del ejecutivo respecto a los pueblos indígenas, afros y campesinos, que no se desmonten las cortes y en general se hace un llamado a la ciudadanía a tomar una posición política respecto a su cotidianidad.
Paz: Históricamente las comunidades afro, indígenas y campesinas han sido las más afectadas por el conflicto colombiano. Por eso una de las banderas de lucha más grandes que trae la minga es la implementación del Acuerdo de Paz firmado con la FARC y que se retomen los diálogos de paz con el ELN.
Adicionalmente se está pidiendo que se respeten los procesos de diálogos humanitarios y pactos de paz regionales y los acuerdos hechos entre el Gobierno y las organizaciones sociales.
Finalmente, una de las principales exigencias de la minga, que incluso puede determinar cuánto tiempo estará en Bogotá, es que el Presidente Iván se siente hablar con los líderes. Lo cual todavía está en veremos.
¿Y el Coronavirus?
“Hacemos un llamado a los organizadores de marchas que se vienen gestando en el sur del país, en el sentido del altísimo riesgo de contagio de COVID-19 asociado a esas aglomeraciones de personas”, manifestó en el Ministro de Salud, Fernando Ruiz.
Esta ha sido una de las mayores críticas con respecto a la movilización de la minga indígena y fue una de las razones más fuertes para que el Presidente de la República, Iván Duque, se negara a entablar un diálogo con los líderes. Sin embargo, para la llegada y permanencia de la Minga, la Alcaldía de Bogotá dispuso el Palacio de los Deportes con distintas medidas de bioseguridad: puestos de desinfección, lavado de manos y baterías sanitarias; se destinó una carpa para prestar servicios médicos, lugares para la toma de muestras de COVID-19 y zonas de aislamiento preventivo para quienes presenten síntomas asociados al coronavirus.
“Seguimos en la pandemia y eso exige de todos la mayor responsabilidad de cuidado individual y colectivo. Tanto los marchantes como la ciudadanía en general debe mantener el uso permanente de tapabocas, lavado de manos, distanciamiento, y DAR: detectar síntomas, aislarse y reportarse para evitar un riesgo de brote de coronavirus”, señaló la Alcaldesa Claudia López.
Quotes destacados para entender las diferentes posiciones de la llegada de la Minga a Bogotá
- "Colombia debe escucharse. Con todo respeto, le reitero el llamado al Gobierno Nacional y al señor Presidente para que escuche a la Minga. Cuentan con Bogotá para facilitar cualquier proceso de diálogo", Claudia López, alcaldesa de Bogotá.
- "Aunque marchen miles, siempre podremos convivir en esta gran ciudad. Por la Av. 30 NQS y la Av. El Dorado la minga respetó el normal funcionamiento del Sistema de Transporte masivo. Ellos saben que las clases populares que usan TransMilenio se movilizan para trabajar”, Luis Ernesto Gómez, secretario de Gobierno de Bogotá.
- "Nada ni nadie puede argumentar que para ser escuchado en una democracia se requiere la promoción de una aglomeración. Nuestro Gobierno es dialogante, nada justifica poner en riesgo la salud con juicios o ultimatums que no tienen asidero". Iván Duque, Presidente de la República.
- “Pedimos un debate político, no que los ministros vengan a decir cuánto presupuesto han o no dado. Pedimos un debate público por la vida, la paz, el territorio y la democracia, en el que Duque explique al país lo que está haciendo para garantizar la paz, pero parece que él le teme a conversar con los pueblos aborígenes”. Dario Tote, vocero del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), en entrevista con Infobae.
- “Nos han querido despojar de las tierras las multinacionales, tenemos problemas con las consultas previas y con las extracción en las minas, son situaciones en las que si nosotros no protestamos y no lo hacemos directo con el mandatario ya nos hubieran eliminado hace rato, entonces son muchas las razones para seguir en esta marcha” . Hermes Pete, consejero mayor del Consejo Regional Indígena (CRIC), en entrevista con El Tiempo.
- "Con o sin presidente se hará un debate en la Plaza de Bolívar (...), no es juicio político, es un diálogo, un debate", Hermes Pete en La W.
- “No hay ninguna posibilidad por ahora de una reunión en Palacio con el mandatario", dijo el Alto Comisionado para la Paz en diálogo con Noticias Caracol.
- “La minga es la dignidad de los pueblos que se levantan en contra de la tiranía y las injusticias, en contra de la política de muerte. Por la vida, la paz y el territorio. Soy porque somos”, Francia Márquez.