Estereotipos, falta de oportunidades y presión emocional: las preocupaciones de ser joven en Colombia
Según el último censo realizado en 2018 por El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia hay 12.672.198 jóvenes, es decir, el 25% de la población del país. Según esta entidad, joven es cualquier persona que tenga entre 14 y 28 años, pero sin duda esta palabra significa más que un rango de edad. Hay una serie de aspectos sociales, culturales y demográficos que construyen el ser joven en un país como este.
Actualmente, el internet se ha convertido en una herramienta vital para la población joven del mundo. En 2020, en Colombia, el 79,1% de las personas entre 15 y 24 años era dueña de un celular y de este porcentaje, solo el 8% no tenía un smartphone. Esto muestra que la hiperconectividad ha marcado profundamente a toda una generación que ha encontrado en el internet una forma de expresar y compartir sus ideas, pensamientos y formas de enfrentar al mundo.
Una mirada rápida a las redes sociales nos muestra que esta población expresa una desazón y desconfianza generalizadas. Durante la pandemia, el DANE preguntó a la ciudadanía si consideraba que la situación está mejor o peor que en el 2019. El 68% de los encuestados de entre 10 y 24 años afirmó que todo estaba peor y pocos sentían que las cosas vayan a mejorar.
Pero estas preocupaciones no sólo están relacionadas con la crisis sanitaria, sino que existe una sensación de no futuro que es alarmante. El informe Juventudes Colombianas Preocupaciones, Intereses y Creencias, publicado por el Observatorio Javeriano de la Juventud de la Universidad Javeriana, dice que las principales preocupaciones que tienen los jóvenes son la educación, el empleo y la política.
Al momento en el que se hizo el censo, se constató que el 38,84% de los hombres y 40,63% de las mujeres jóvenes se encontraban estudiando. Pero según el Sistema de Matrícula (Simat) del Ministerio de Educación, durante la pandemia, 102.880 jóvenes se retiraron, lo que significó una deserción del 1,1%. Y se teme que la cifra sea mayor, porque según la Encuesta Pulso Social realizada por el Dane en 23 ciudades capitales del país, el 4.5% de los hogares consultados señaló que sus hijos tuvieron que dejar los estudios por temas de conectividad, crisis económica y la marcada diferencia entre los colegios públicos y privados.
El informe de la Javeriana concluyó que la educación, junto con la familia, son las mayores preocupaciones de la juventud porque son los espacios formativos. Pero estos no son los únicos espacios que se han visto interrumpidos por la pandemia, actualmente el desempleo en los jóvenes es del 23,10% y el número de desocupados, que no estudian ni trabajan, es de 5,2 millones. Además, la brecha de género es alarmante ya que la tasa de desocupación de las mujeres es del 30,1% y de los hombres es del 17,9%, lo que significa una diferencia de 12,2 puntos porcentuales.
Respecto a la política hay un panorama muy interesante. Por un lado, en las últimas elecciones presidenciales se evidencio que los jóvenes del país no votan masivamente. El 43,8% de la población de entre 18 y 25 años no sufragó y las razones principales fueron no inscribir la cédula (38,3%) y desinterés (32,6%).
Pero que los jóvenes no participen en los comicios no significa que estén desinteresados respecto a la política. El informe Juventudes Colombianas Preocupaciones, Intereses y Creencias, plantea que más bien es lo contrario, solo que esta participación se da en otros escenarios como las marchas, los colectivos, las asambleas estudiantiles y el mundo digital. Las nuevas generaciones se han tomado muy en serio que Colombia sea un país con democracia participativa y están desafiando las viejas nociones de que hacer política o ejercer la democracia es equivalente a simplemente depositar un papel en una urna y elegir un representante.
A pesar del malestar, la desazón y las malas cifras, sí hay una juventud activa que se está moviendo y planteando debates y acciones relevantes. La brecha digital puede dificultar el intercambio y el entendimiento entre las nuevas y las viejas generaciones, pero las herramientas que tenemos están demostrando una inquietud y unas ganas muy fuertes de cambiar la realidad en la que vivimos.
Para entender más qué significa ser joven en Colombia y cuáles son las mayores dificultades que enfrentan, abrimos nuestras redes para escuchar a nuestra audiencia joven y juntos construir una respuesta a estas complicadas preguntas.
Natalia Yuvelis Morales
20 años, líder ambiental del Magdalena Medio y estudiante en Tecnología en Manejo de Recursos Ambientales
Ser joven en realidad es algo muy curioso en este país, donde no se alcanza a percibir la vida como joven. Ya no hay tiempo y las responsabilidades te persiguen. Ser joven aquí significa ser valiente y perseverante, significa luchar cada día por combatir el abandono, la desesperanza, la estigmatización, la corrupción, el miedo y la falta de oportunidades. Ser joven también significa romper estereotipos o casillas sociales que no hacen más sino acabar con los sueños y las ganas de salir adelante. Ser joven también es sinónimo de resistencia, porque si bien hay arqueros dispuestos a tumbarte, tú mismo también puedes ser uno de esos arqueros. Ser joven muchas veces significa no saber qué hacer y en el no saber que hacer uno corre y corre, hasta que se estrella y se da cuenta que no hay una manera de hacerlo. Todo está en empezar y en aceptar que la sabiduría no la da los años que se viven, sino cada estrellonazo. Eso es ser joven para mí.
Es evidente que lo que más nos dificulta el camino es la falta de oportunidades y no necesariamente solo las laborales, sino la falta de oportunidades en general. Es decir, el encerrarte y otorgarte una profesión delimitada por un estrato social, la poca empatía de la sociedad, lo que nos dicen desde niños que significa un modelo de progreso, los oídos sordos a los gritos constantes de ayuda, la poca credibilidad en nuestras ganas de emprender, liderar o crear.
María Alejandra Bonilla
26 años, psicóloga
“Trabajo para la Universidad de Cundinamarca. Creo que ser joven es tener toda la energía para estrellarse con la realidad. Es ser grandes físicamente, pero tener los miedos e inseguridades de los niños. Es vivir en constante presión porque "eres joven" y debes saber ser, saber y hacer todo rápido. Es vivir permanentemente con ansiedad, problemas sentimentales y dificultades para dormir. Es no tener tiempo para vivir y solo sobrevivir. Eso lo he sentido en mi y lo he visto en las personas con las que trabajo como psicóloga. Existe una creencia que relaciona la rapidez con la capacidad o habilidad. Si alguien no resuelve las demandas de forma inmediata se piensa que es inútil o incompetente. Esto lleva a los jóvenes a sentir mucha presión”.
Esperanza* nombre cambiado por seguridad
28 años, licenciada en música y gestora cultural en Buenaventura
Esperanza* tiene 28 años, es licenciada en música y trabaja en escenarios culturales de Buenaventura, a pesar de que se siente privilegiada por tener un trabajo estable y una carrera profesional, para ella no es nada grata la situación actual de los jóvenes en la ciudad, además de la falta de oportunidades, por la violencia y el despojo territorial.
Gracias a su trabajo, es testigo de que los jóvenes tienen muchas capacidades en escenarios artísticos, culturales, deportivos, legislativos, turísticos, portuarios; pero no hay apoyo. En materia de educación: “las principales universidades son la del Valle y la del Pacífico, ambas públicas, la segunda ha estado involucrada en asuntos de corrupción y ocupa los últimos puestos en el ranking de las mejores entidades educativas de Colombia”.
Para poder acceder a la educación superior, se debe tener el dinero o un excelente puntaje en el Icfes, esto para quienes tienen acceso a la educación media, el resto, se queda sin oportunidades.
Además de la educación, la ola de violencia es otra de las preocupaciones para los jóvenes, según Esperanza, es la peor que ha vivido hasta el momento: "a los jóvenes nos están matando. Hay asesinatos y atentados diario", resalta también que cada vez es mayor el silencio de los dirigentes en la ciudad. "Le dieron al alcalde la condecoración “Martin Luther King” y lo declararon cónsul de paz mundial. Aún sigo sin creerlo, es realmente absurdo."
Esperanza* considera que ser joven es poder salir con tranquilidad, establecer vínculos con la sociedad, tener oportunidades para mejorar, pero en Buenaventura no es así, los jóvenes viven con miedo de salir y no regresar a sus hogares, estamos “intentando no dejarnos seducir por el dinero, que necesitamos, ofrecido por grupos armados y bandas criminales, ahorrando para poder estudiar, guardándonos para no morir”.
Una forma de resumir la situación de los jóvenes en Buenaventura es con el estudio Buenaventura, un puerto sin comunidad del Centro Nacional de Memoria Histórica, en el que se llega a la conclusión que la principal causa de la guerra estructural que azota a la población es el territorio, el puerto que es tan importante para el ingreso y salida de mercancía, ese al que muchos ven solo como un punto estratégico, pero que no trabajan por las necesidades de su comunidad.
Héctor Fabio Yucuna
28 años, coordinador nacional de Juventudes Indígenas de la Amazonia Colombiana
Ser joven significa ser un árbol nuevo de resistencia que mantiene vivo los principios ancestrales de cada unos de nuestros pueblos indígenas para la pervivencia física, cultural y ancestral.
Las dificultades son muchas, en el caso de los indígenas nos encontramos con cosas como falta de educación garantizada, acceso a los medios y equipos tecnológicos, carencia en sistemas de transporte y vías de acceso, desplazamiento geográfico y el empleo como medio de fortalecimiento en nuestros territorios.
Sin embargo, hay algo que nos afecta mucho más y es la discriminación como jóvenes indígenas. La discriminacion desde los colegios, solo por mantener nuestro apellido indigena ( lo usamos como forma de supervivencia de nuestros pueblos), hasta a veces por parte de los profesores. En ocasiones también ocurre por el sector social quienes dicen que nosotros los indios somos causales de que el país no tenga pleno "desarrollo", hasta en los mismos cupos educativos, como amazónicos en las universidades, nos toca competir entre nosotros mismos para lograr uno de las pocas becas que se otorgan a los jóvenes indígenas. Hay muchas formas de discriminación, hasta en nuestras empredimientos propios y sostenibles, nadie garantiza y promueve nuestras iniciativas las iniciativas de los jóvenes indígenas.
Pero la juventud estamos para romper barreras y convertir dichas dificultades en fortalezas.
Daniel Castillo
28 años, estudiante de producción de radio y locución
El principal motivo adverso a ser joven es no tener experiencia laboral, a eso le sumamos no encontrar empleo en lo cual nos hemos educado. Todo este tema se mueve con ese engranaje con el que siempre ha funcionado un país como Colombia que es el de la “rosca” y la “payola”. Esas son las dificultades y es que todos no tenemos acceso a esas formas de manejar el poder y se pierden esas oportunidades.