Zakk Wylde y el legado de Black Sabbath
El pasado 21 de noviembre el extraordinario músico Zakk Wylde demostró por segunda vez en Colombia, porqué es uno de los guitarristas más extraordinarios del planeta. A diferencia del concierto de 2014 con la agrupación Black Label Society, aquí se presentó con el ensamble Zakk Sabbath, que como su nombre lo indica está enfocado exclusivamente a tocar covers de Black Sabbath.
Hace tan solo unos meses este precursor se despidió oficialmente de los escenarios con el tour The End, ratificando una carrera musical por más de 40 años. A su vez frente al final de esta historia, Zakk Wylde decidió mantener la llama viva al crear dicho supergrupo; claramente porque Sabbath es una fuerte influencia en su obra, siendo además integrante de Ozzy Osbourne durante varios periodos.
El Auditorio Mayor CUN en Bogotá fue el epicentro de este encuentro que tuvo como banda de soporte a The Black Cat Bone, la cual de forma novedosa presentó a Patricio Stiglich en la guitarra líder. Su trabajo consistió en brindar una buena introducción de rock pesado en inglés, complementada por un interesante juego instrumental entre los guitarristas Stiglich y Mauricio Leguízamo.
El repertorio incluyó temas destacados de la banda como Shout It Out y Black Cat Bone, aparte de un pequeño homenaje a la memoria de Malcolm Young con Highway To Hell de AC/DC y otro cover de Funeral Bell original de Black Label Society.
Con mucha puntualidad el show de Zakk Sabbath arrancó con una introducción donde amplificaron el tema Immigrant Song de Led Zeppelin, sinónimo de toda la estética vikinga de Wylde y la gloria musical que se avecinaría. De un momento a otro salieron a escena el bajista Blasko y el baterista Joey Castillo, seguidos por este imponente guitarrista, quien de entrada expuso toda su versatilidad y virtuosismo para interpretar el instrumento.
Juntos revitalizaron potentemente grandes canciones de la talla de Snowblind, Children Of The Grave, Fairies Wear Boots y Hand Of Doom, donde con un golpe de voz cercano al de Ozzy Osbourne, el gran Zakk Wylde cantó todos estos temas, presentando un sonido mucho más agresivo y demoledor, diferente al denso y característico de la banda original.
Fue evidente que cada pieza se hizo más extensa, ya que los solos adquirieron el demencial y frenético estilo de Wylde; muchos juegos alucinantes y técnicas sorprendentemente perfectas con sus guitarras, las cuales tuvieron acercamiento directo con los asistentes en más de una oportunidad.
Sin duda todo el show se centró en este talento y sus habilidades, contando con una banda de respaldo altamente sincronizada, que fue presentada ante el público por el propio Zakk Wylde como un anunciador de una pelea de boxeo. Finalmente, se destaca que este hombre como un verdadero Guitar Hero, expulsó toda la energía en tres canciones sobresalientes de cierre: Behind The Wall Of Sleep, N.I.B. y War Pigs.
Voces unísonas por parte del público celebraron con felicidad la culminación de Black Sabbath, pero también que su música seguirá siendo inmortal.
La antorcha se extinguió un poco de forma sublime, pero es seguro que arderá con más fuerza gracias a músicos como este, quienes empuñarán el legado de Black Sabbath durante las próximas décadas.