"Petit mal", una oda a las emociones
Para hablar de Petit Mal, tenemos que conocer Porto Solo, el universo de Leo Rodríguez, un colectivo artístico, una banda musical y una república descentralizada, un lugar creado para él y sus amigos en el que las identidades se mezclan y en el que no importa realmente de dónde vienen porque todos pertenecen a este lugar.
El álbum contiene 13 cortes entre canciones y transiciones, hiladas de tal manera que deba ser escuchado en orden y sin pausas. La producción conserva un estilo musical de fácil escucha que navega en sonidos convencionales, pop, indie, rock alternativo y, a su vez, propone estéticas diferentes a las convencionales con aportes experimentales y efectistas.
Nos introducimos en el viaje sonoro con "To love (fleeting & lasting)", como si ingresáramos a esta república planteada por sus creadores, entre voces, risas, aplausos y toda una bienvenida festiva a lo que será la propuesta musical que nos espera.
"Stay" fue el primer sencillo lanzado en septiembre de 2020, es el primer encuentro musical que tenemos con este álbum. Conversamos con Leonardo cuando se promovía su lanzamiento y nos contaba que era el primer sencillo en el que habían trabajado como grupo. “Volví a Colombia (vivo en Francia) y me ‘mudé’ un tiempo a Santa Marta con el fin de grabar ese álbum que todavía no hemos lanzado. Toda la experiencia fue nueva para mí: había grabado un par de temas en baja calidad por mero placer, pero nunca había hecho un esfuerzo mayor para ello. ‘Me di cuenta’ que todas esas canciones existían ‘en el aire’; que si de repente me moría, no quedaría nada de ellas, y eso me llevó hasta allá. Si les doy cuerpo no les debo nada. Tampoco tenía intenciones de tocar en vivo; siempre lo había hecho ‘a lo punk’; donde fuera, y porque sí. Pero al hacerlo un par de veces frente a un público que estaba ahí para vernos, la gente respondió tan bien a ’Stay’ cada vez que la tocamos que le encontré el placer a esa parte también. Es posible que esa sea la canción que nos tomó más tiempo en grabar y terminar. Todos teníamos que integrarnos, hacer aportes y concesiones”.
Esta introducción a los ritmos de Porto solo, representa un viaje a los nuevos sonidos indie nacientes en la capital del Magdalena, pero que provienen de cualquier rincón del planeta. “Lo que más recuerdo de esa canción es la línea de bajo porque, como ya dije, antes la tocábamos más o menos improvisada, como un bosquejo. Cuando nos tocó por fin sentarnos en el estudio y vernos las caras; todos teníamos ideas de lo que queríamos en cada parte. Fácilmente hay un aporte de cada persona en ella… Incluso un cambio tonal que salió por accidente. Esa es ‘el monstruo de Frankenstein’ de las lineas de bajo”.
"La Retoma" nos eleva con su calidez rítmica y la melancolía presente en las letras y el tono de interpretación y para continuar el hilo narrativo de la canción que comienza a mencionar Brasil dentro de su mapa de historias enlazadas, le sigue "Transition", una pausa que invita a escuchar una locución femenina en portugués.
Lauren Mareschal, voz femenina de la agrupación irrumpe delicadamente con la interpretación de Always better when it rains, un tema pop triste y esperanzador al mismo tiempo, que nos lleva a través del recuerdo de un amor que ya ha pasado, con el deseo de regresar a aquello que se ha vivido. Llena de sonidos versátiles, influencia clara de los setenta pero con ritmos contemporáneos, avanzamos a Petit mal, una intersección que nuevamente nos brinda una pausa musical pero que es finalmente la que otorga el título del álbum.
Petit Mal o crisis de ausencia, (epilepsia menor), es el nombre que se le da a las convulsiones que se presentan como episodios cortos en los que se altera la conciencia, mal que padecía Leo Rodríguez y que sirvió como pretexto para dar forma a la narrativa de un álbum musical tan introspectivo como empático para quien lo escucha.
"Petit Mal está conectado por mi experiencia con la depresión y la epilepsia, que no se pone en evidencia como un relato explícito, sino sonoramente (por medio de pausas, detalles melódicos y cacofonías musicales) y a través de pequeños guiños narrativos aquí y allá", expresó Leo al darle significado a su obra, añadiendo que “las letras están escritas en forma de relato, son anécdotas o diálogos desde la perspectiva de un individuo atrapado en circunstancias particulares. Puede ser el oyente, puede ser cualquier extraño con quien se conversa por azar. Las historias son comunes para muchos: amor, dolor, el deseo de ser feliz o simplemente querer morir”.
Si continuamos este recorrido por el álbum de Porto Solo, nos encontramos con "Broken man blues", una narración oscura que presenta, a manera de despedida, una conversación sobre el suicidio y la depresión. “Con este disco intento ‘normalizar’ un dialogo sobre ciertos ‘problemas psicológicos’ que aún son tabú. Desde mi salida de Colombia, he encontrado más personas con problemas de depresión, bipolaridad e historiales de intentos de suicidio y automutilación, y me molesta que les cueste hablar de eso; como si estuvieran avergonzados de lidiar con condiciones tan serias. Desde una perspectiva más personal, pero la veo como una forma de ‘dar ejemplo'. Es una forma vaga de explicar lo que he sentido y querido decir cuando me siento más cerca del otro lado (hablar desde la melancolía y no desde la tragedia). Es también, de cierta forma, un monumento a la valentía que toma cambiar el todo por la nada", le contó Leo Rodríguez a su productor y amigo Virgilio Rodríguez del sello EM Records.
"Bright eyes (new morning)" es una versión acústica de menos de un minuto que antecede a "Bright eyes (the chase)" retomando la carga de emociones que caracteriza el álbum. Introspectivo con la compañía de los riffs de la guitarra pasamos a Stanislav, una canción que analiza las discusiones consigo mismo, cuestiona, valida, da un espacio para evaluar razones al habitar un cuerpo o lugar, y que va siguiendo al ritmo de una propuesta rockera alternativa. En la misma línea, le sigue "Anhelos" tema concebido en español y que nos presenta esperanzadores cuestionamientos de una despedida, todo lo antecede y procede a un adiós, sin que sea necesariamente a otra persona, podría ser, incluso, una despedida de un lugar, de una versión de uno mismo, o de todas las versiones que quedan en el pasado durante el crecimiento.
Y con la misma sensación que produce la melancolía del exilio, llegamos a "Destierro" donde pareciéramos introducirnos en un viaje interoceánico, no solo porque la canción interpretada por Lauren y Leo nos hable sobre un adiós a Portugal, sino porque en una mezcla de sonidos folclóricos del viejo continente se van diluyendo la versátil guitarra que durante el recorrido sonoro se nos ha presentado a lo largo del álbum. Cierra un outro, que finaliza la dinámica de dar respiros entre las canciones.
La portada del disco muestra al dictador de la República de Porto Solo, el personaje que narra todas las historias que se cuentan en cada canción. Representa al artista (o al oyente) como la persona que gobierna su vida, que enfrenta sus propios problemas y sus propias soluciones.
"EM Records fue un buen puerto de llegada y el desarrollo del disco, porque permitió materializar las expectativas del artista. Para EM Records, Petit Mal de Porto Solo, es uno de los proyectos en los que más se ha invertido tiempo y desarrollo conceptual, desde lo musical lo gráfico y lo imperceptible", cuenta Virgilio Rodríguez.
"Suena pretencioso, pero este álbum podría llegar a tener un alto alcance, ya que nace desde un punto de introspección que a la vez es bastante común y con el que puede identificarse un número inmenso de personas. El amor y la tristeza son lugares muy visitados. Técnicamente está muy bien elaborado, musicalmente resulta agradable y conceptualmente es una construcción magnífica. El resultado es muy cercano a lo que Leo quería plasmar en su debut como artista. Estamos cumpliendo el sueño de alguien que ya no nos acompaña de forma material. Tal vez no trascienda como producto, pero si esperamos que suceda como obra artística", agrega Virgilio.
La producción musical del álbum Petit Mal se realizó a través de Leo Rodríguez y Virgilio Rodríguez. Los arreglos por cuenta de Jhoy Suárez. Participaron como músicos principales y voces Leo Rodríguez, Jhoy Suárez, Lauren Mareschal, Daniel Fernández y Virgilio Rodríguez. La grabación, mezcla y mastering estuvo a cargo de Virgilio Rodríguez.