“El callejón de las almas perdidas” de Guillermo del Toro es un homenaje cerebral al cine negro (Reseña sin spoilers)
Tras un complicado estreno en Estados Unidos hacia finales del año pasado, el 27 de enero llega a las salas de cine de nuestro país la onceava película de este célebre cineasta, la cual por un lado es una adaptación y por otro, resulta siendo la segunda versión a la pantalla grande luego de la cinta de 1947, dirigida por Edmund Goulding y protagonizada por el actor Tyrone Power.
Si bien esta nueva producción recaudó tan solo 14 millones de dólares frente a un presupuesto de 60, esto no resulta ser es un indicador para afirmar que se trata de una mala obra. Por el contrario, nuevamente la calidad de Del Toro reluce con una nueva faceta dentro de su variada carrera.
Una historia en la que los monstruos se manifiestan de otras formas
Nightmare Alley (2022) nos cuenta la historia de una suerte de fugitivo llamado Stanton Carlisle, quien luego de cometer un acto que lo hace cargar con una culpa incalculable, termina encontrando otra oportunidad en su vida al unirse como trabajador de un Geek Show (o carnaval viajero de los Estados Unidos), donde se exhiben diferentes clases de espectáculos y personajes tanto raros como extraordinarios. El hombre de goma, la mujer eléctrica, la dama clarividente, el caballero más fuerte del mundo y el monstruo aterrador, son solamente algunas de las extrañas atracciones de este evento, las cuales poseen un trasfondo en el que simplemente son seres humanos con pasados lobregos.
Stan, quien empieza como un carguero, se transforma en otra atracción del show al aprender habilidades de clarividencia, desde la mera perspicacia de analizar a los demás, con todos sus miedos y temores a partir del aspecto físico, hasta la complejidad de poderes paranormales que no es conveniente usar a profundidad. Estas cualidades adquiridas se suman a su pasado tormentoso, decidido a usarlas en favor de estafar a los más inocentes y arrancar un nuevo camino en busca de nuevas oportunidades, lejos de ese excéntrico circo en el que sólo terminan los más desgraciados.
Su nueva ruta la emprende junto a otra chica de la feria llamada Molly, ellos desarrollan un idílico y a la vez turbulento romance, que los conducirá hacia la creación de un nuevo negocio, mucho más fastuoso, en el que continuarán haciendo engaños. Sin embargo, la aparición de otros interesados en sus habilidades dejará en evidencia que para bribón existe otro aún más sagaz, donde al final toda la culpa y los fraudes florecerán a través de los errores de su protagonista principal.
Es importante destacar que las actuaciones de la película son extraordinarias, incorporando un elenco muy especial que incluye a Bradley Cooper, Cate Blanchet, Rooney Mara, Toni Collete y Willem Dafoe, sin dejar de lado obviamente a Ron Perlman (recurrente en las producciones de Del Toro) y la aparición especial de Tyrone Power, hija del actor protagónico de la película de 1947.
Reinventando un clásico del Noir
Mirando de forma consecuente la filmografía de Guillermo del Toro, desde que fue estrenada La cumbre escarlata (2015) y La forma del agua (2017), su estilo ha venido cambiando en ciertos aspectos, pero sin dejar de lado ese tono oscuro y onírico que siempre lo ha caracterizado. En ese orden de ideas, Nightmare Alley (2022) viene siendo una de sus creaciones más diferentes, donde se siente con más libertades para llevar a cabo una producción mucho más cerebral y con menos fantasía.
Según él, esta película viene con una carga emocional fuerte y bastante personal, por lo cual es posible que por un buen tiempo lo veamos explorando otras profundidades del ser, ya que nunca abandonará el esplendor visual de los monstruos como sus personajes preferidos. Simplemente, aquí hizo una película del cine negro a su estilo y de paso inyectándole una buena dosis de suspenso psicológico, esta no solamente referencia al libro y la primera adaptación, sino tambipen a grandes clásicos del género como El halcón maltés (1941), El cartero llama dos veces (1946) o El tercer hombre (1949).
Muchas veces el resultado de las películas obedece a lo que está sucediendo en una determinada época, por lo cual esta importante cinta se aleja del ensueño y plantea reflexiones sobre esa extraña oscuridad que está viviendo el ser humano por estos días.