Una nueva dosis de AlcolirykoZ con varios "Efectos Secundarios"
Tal como lo dicen los AlcolirykoZ en una de sus letras, “después de la anestesia, vienen los efectos secundarios”.
Así nació el nuevo álbum de este trío de narradores callejeros; de la terapia de choque que hay detrás de sus EP Anestesia local y otro par de canciones donde estos "Ninjazz" exorcizan demonios.
Una característica de este tercer álbum de AlcolirykoZ, es, presicisamente, un recorrido por viajes más íntimos, lleno de historias propias y cercanas que dan la impresión de ser una aventura urbana a través de sus ojos, relatada con sus voces.
Efectos secundarios, hablando en datos concretos, tiene 13 canciones (de las cuáles ya conocíamos cuatro), tres colaboraciones con artistas como Lianna y grupos como Aerophon y No Rules, y más de 45 minutos de letras audaces y ritmos que van entre la fiesta del "boom bap", hasta la melancolía del soul.
Sin embargo, un álbum que es “un parque de diversiones dentro de una sala de urgencia”, como dice Gambeta, no puede reducirse a un análisis cuantitativo.
Por eso, junto a él nos adentramos un poco más en el corazón de esta producción que sigue gritando el pregón independiente y de autogestión de los paisas de "Arapjuez".
¿Qué hay en el universo de Efectos Secundarios?
Musicalmente, cuando terminamos, la conclusión fue que tiene, en música y en estructura, las atmósferas de todo el rap que nos gustó, desde un sonido clásico, hasta cosas más recientes. Tiene muchas cosas que queríamos hacer desde hace rato, influencias y sonidos de esos que nos conquistaron cuando iniciamos en esto.
En cuanto a letras, pensamos que tiene varios viajes, como una canción que se llama Antes del meridiano, que busca hacer un viaje por la ciudad, recreando situaciones y pensamientos. Tiene un toque más personal, más anecdótico.
El disco muestra más sentimientos y visiones de mundo de ustedes como compositores, siendo más reflexivo en algunos pasajes. ¿En qué momento anímico de la banda llega el disco?
Todo llegó después de crear Anestesia local, que como está plasmado en la canción, fue un golpe que despierta al que sea. Y de ahí, las cosas fueron sucediendo solas. Empezaron a salir las canciones, que fueron, de cierta forma, saldando deudas que teníamos con nosotros mismos. Hay una canción que es muy personal, llamada “Una canción larga”, que hace tiempo la teníamos pensada, y sentimos que este era el disco para incluirla. Incluso el coro de la canción lo explica. El disco salió en parte de eso, de esas cosas que queríamos hacer, y que vimos que no estaban todavía en nuestros otros discos. No queríamos repetirnos, y fuimos buscando colores que no estaban en nuestras canciones, y lo que se parecía a algo que ya existía, lo fuimos descartando. Creo que este disco tiene algo de todos los demás discos en uno que otro lugar, pero también tiene cosas particulares, que son nuevas para nuestro repertorio. No queríamos hacer algo que ya habíamos hecho antes para sentirnos a gusto, queríamos hacer otras cosas, sin perder el toque personal de Alcolirykoz para todos los temas que aborda.
Las portadas y el arte del disco siempre se han caracterizado por acompañar, de cierta forma, el mensaje que tienen las canciones que hacen parte del álbum. En este caso, y con una portada donde ustedes están en una especie de viejo taller de juguetes, ¿cuál es el concepto visual de Efectos Secundarios?
Nosotros nos sentamos con Julián Gaviria (quien pensó la foto de la portada y el arte fotográfico en general del disco), le mostramos las canciones que iban hasta ese momento, le contamos qué pasaba por la cabeza del grupo en ese entonces, y una de las cosas más puntuales que le contamos es que hemos visto cómo algunos grupos que han subido y tenido cierto reconocimiento, han dejado que muchas cosas los moldeen, y pierden su esencia de cierta forma, y empiezan a pensar la música de una manera más estratégica, acomodándola para que encaje en un montón de círculos y de gremios. Nosotros respetamos eso, pero no lo compartimos. Nuestra música llegará hasta donde pueda ir por sí misma, sin tener que exponer o sacrificar la parte creativa del grupo. Le dejamos muy claro (a Julián) que no queríamos representar nada que no fuéramos, ni etiquetarnos bajo fenómenos que no nos representan como banda, tipo Calle 13 u otras bandas que suelen confundir con hip hop.
Nosotros, independiente de que este proyecto llegue a hacer algo “comercial”, por así decirlo, no queremos que cambie nuestra esencia, por respeto al grupo, por respeto al hip hop que hacemos, y por esa dignidad que pensamos tiene nuestra música al decir lo que queremos y pensamos en las canciones.
Le dijimos que no queríamos ser títeres, ni marionetas, ni dejarnos moldear por nada, y teníamos muy firme esta postura en el disco.
Detrás de Alcolirykos hay un montón de colaboradores, como el que acabaste de mencionar, Julián Gaviria. ¿Cuál es la importancia de las alianzas y el trabajo colaborativo para la creación de su música, sus discos y sus shows?
Es demasiado importante. Incluso, se ha convertido en una base del grupo. Hemos sostenido alianzas como la que tenemos con Askap, que es quien nos graba en su estudio Boombawa, Julián Gaviria en la parte de fotografía, y personas como por ejemplo músicos que hicieron parte de la banda en vivo, y los que ahora nos acompañan en cada concierto. Hemos creado lazos de amistad muy fuertes que han hecho que todo funcione muy bien. Es gente que ha estado dispuesta a comprometerse con el grupo y arriesgar juntos a ganar o perder, por decirlo de cierta forma. Para mí, las alianzas son una de las cosas más importantes que hemos sabido aprovechar, y que considero que es algo en lo que fallan grupos a nivel local y nacional, en que no crean un grupo de trabajo sólido, que permita sostener lo que hacen de ahí en adelante.
Desde su experiencia, ¿es posible sostener un grupo, y proyectarse desde la independencia y la autogestión? ¿Qué tan difícil es y qué requiere?
Si es posible, aunque nadie dice que es fácil, y lo más importante es sostenerlo. Como le sucede a una empresa, hay épocas de abundancia, que en nuestro caso se ven reflejadas en más conciertos y más ventas. También hay épocas en las que no entra un solo peso, pero el grupo debe seguir y responder con lo que tiene que responder. Es ahí donde se mide la disciplina de un grupo o artista, y donde es necesario tener la cabeza fría para no desesperar, por así decirlo.
Todos los grupos pasan por momentos difíciles, y nosotros los hemos pasado. Lo que más se requiere es eso, constancia, disciplina, inteligencia a la hora de tomar las decisiones, y pensar en qué puede ser lo mejor; estudiar la gente que rodea la banda (seguidores y quienes “consumen” los productos de la banda: discos, camisetas…). Desde ahí parte todo. Lo otro es no dejar de hacer música. Para mí es vital estar haciendo cosas constantemente. Acá no nos podemos dar el lujo que se dan afuera de hacer un disco cada tres años e irse de gira años enteros con un solo disco.
Acá si no haces buena música y no le estás mostrando a la gente lo que vas haciendo (no todo tiene que ser vender el disco físico, hay muchas formas de estar publicando lo que haces para que la gente lo conozca), te vas relegando, musicalmente hablando