Matando el tiempo con Matador, el pereirano que ha puesto en jaque y risa a todo un país
Cuando Julio César González escuchó por primera vez la estrofa de la canción que dice “me dicen el matador, nací en barracas. Si hablamos de matar mis palabras matan”, supo que su seudónimo debería hacer honor a ello... El caricaturista pereirano aunque cuenta que cuando lo llaman ya sólo es para hablar de la muerte, tuvo la oportunidad además, de hablarnos acerca del perfil de sus personajes, el apenado resultado del plebiscito y de su más reciente lanzamiento editorial.
Cuando recién empezaron a verse sus publicaciones en medios masivos de comunicación de su ciudad, la firma de este publicista que se convertía en caricaturista era las dos iniciales de su nombre pero sin su primer apellido: JC, como Julio César Gonzáles.
Con el tiempo (no hago referencia al periódico de tiraje nacional) Matador se convertiría en el seudónimo del pereirano que detrás de unos mamarrachos como él mismo los llama, narra de manera jocosa el acontecer diario de nuestro país, y claro, inspirado en el gran jugador de fútbol argentino de apellido Kempes y apodado “matador”, y sin duda a esa canción de Los Fabulosos Cadillacs, himno del rock latinoamericano que allá a finales de los años 80, él no paraba de cantar.
Hoy Matador, o Julio César, como lo quieran llamar, tiene dos hijos, una bicicleta, un pedazo de fomi, un propalcote de 240 gramos, un rapidógrafo .8 color negro, una taza de café en la mañana y un vaso de whisky en la tarde como materia prima para poder crear.
Este caricaturista es hoy catalogado como uno de los humoristas gráficos más leídos en Colombia. Aún así y si las caricaturas realizadas por este personaje no habían sido lo suficientemente agudas como para despertar la curiosidad de los colombianos, sobre todo de los conservadores, sí lo hizo el acontecimiento que marcó no sólo su vida y la de su familia, sino que sentó un precedente en Colombia y el mundo; el primer hombre en este país laico sometido a una eutanasia de forma legal fue su padre, el señor Ovidio González.
Durante el último año, según cuenta, Matador ha sido llamado más para dar charlas sobre la eutanasia que para hablar sobre caricatura. A pesar de eso, se atrevió a lanzar su nuevo libro “Matando el tiempo”, donde en 285 páginas (casi las mismas que los acuerdos de paz pactados en La Habana) se publican 947 caricaturas inéditas.
Matador estuvo dando una charla en el marco del Festival de Literatura de Pereira, donde habló sobre el derecho a morir dignamente, pero también fue el momento preciso para hablar sobre su libro, la forma de crear sus personajes y la situación actual del país.
¿Considera que es afortunado para un caricaturista vivir en un país como Colombia? ¿Qué pasaría con estos profesionales en un país como Suiza, por ejemplo?
Yo creo que sí es más fácil porque en Colombia en un sólo día puede pasar de todo. Lo vivimos ahorita con el plebiscito que ganó el 'No' cuando estábamos esperanzados en el 'Sí' y después “Juan pa” se gana el Nobel de Paz, y así... Este país es un chiste. Claramente en un país del primer mundo no pasarían cosas tan macondianas como en uno del tercer mundo.
¿Salió Matador aporreado luego del resultado del plebiscito cuando todas las caricaturas daban el 'Sí' por ganador?
Yo respeto mucho a las personas que votaron 'No' y son víctimas, por ejemplo yo tengo un amigo que sufrió los padecimientos de la guerrilla, sé que votó por el 'No', y eso lo respeto a carta cabal y no me afecta. Lo que no respeto es la manipulación de los miserables del Centro Democrático que indujeron al votante con mentiras y que haya gente que les copie sin querer salir de su analfabetismo.
Votar por el 'No' me pareció cinismo y una falta de escrúpulos para con las víctimas, porque es que el sólo hecho de haber sido testigo de tantas masacres y tanta sangre en tantos años, llega un momento en el que uno se sienta a pensar qué país le vamos a dejar a nuestros hijos, pero pareciera ser que nos enseñamos a la guerra.
¿Cuál es la fuerza a favor de la caricatura en un país como Colombia para generar opinión y debate entre los lectores?
Yo no pretendo ser influyente pero la caricatura es tan simple y tan chévere, que hasta los mismos uribistas la entienden. A mí me parece que la caricatura es un arma muy grande porque es muy didáctica. Hoy en día las personas leen menos porque están sumergidas en sus trabajos, o porque no tienen la cultura de leer, entonces si ven una caricatura y están mínimamente enterados pueden entender el contexto de la caricatura y por eso es tan chévere, porque tiene muñequitos y tiene humor sobre temas de actualidad.
'Matando el tiempo' es el nuevo libro de Matador ¿Qué se podrá encontrar allí que ya no haya salido en las publicaciones de los medios?
Hay muchas caricaturas inéditas que nunca vieron la luz en un periódico y yo creo que uno termina convirtiéndose en un cronista gráfico del acontecer diario colombiano, entonces alguien que quiera conocer la historia de este loco pueblo en los últimos años puede tener el libro y la puede entender. En el libro hay caricaturas desde el segundo periodo de Uribe, está el ex procurador, hay caricaturas de mi papá, hay de todo ahí.
Hace más de un año ocurrió todo lo que ya sabemos con su señor padre, en ese momento la prensa colombiana titulaba seriamente lo que estaba por ocurrir y casi que de inmediato usted ya tenía a su papá convertido en caricatura... ¿Cómo es sacar algo tan íntimo y convertirlo en un “mamarracho” para el mundo entero?
Yo creo que todo es cuestión de enfoque. Yo alguna vez leía una frase que decía que el dolor es real, el cáncer es real, pero ya el drama usted se lo pone según lo quiera. Mi papá era un hombre muy ecléctico, muy libre pensador y él sabía a lo que se enfrentaba y obviamente lo enfrentó desde el buen sentido del humor… y a mí me parece que aunque la muerte es trágica muchas cosas que acompañan la muerte son cómicas porque la risa hace catarsis en un momento tan duro, como ocurre por ejemplo en un velorio, entonces fue la manera en la que mi papá y en la que yo, quisimos vivir ese momento.
¿Qué música escucha cuando dibuja sus caricaturas?
Rock, aunque son como etapas, algunas veces resulto escuchando Manu Chao, por ejemplo, pero siempre regreso a ese rock sesentero o setentero, incluso noventero, por ejemplo Radiohead me encanta escucharlos, a los Beatles, a Queen, pero a bajo volumen los escucho porque a los ancianos ya no nos da para más.
De la farándula política del país, ¿cuál es el personaje más fácil para dibujar?
Uribe, por supuesto, y Ordoñez, pero obviamente porque yo no me inventé la caricatura de ellos, sino que ellos se hicieron caricatura. Entonces de tanto dibujarlos uno se encariña con el personaje.
…Y el más difícil?
Germás Vargas Lleras, pero pues si se vuelve presidente ahí vamos a estar dándole palo, la cuestión está en tener que dibujarlo todos los días.
¿Hay algún personaje que sea aburrido dibujar?
No, yo creo que si encontrara un personaje aburrido no lo dibujaría porque es que todos tienen su toque. A parte, yo creo que mi única neurona me sirve para dibujar y eso es una tarea diaria, y a eso hay que sumarle obviamente leer mucho y la rutina diaria establecida. Yo leo las noticias diarias y voy anotando en una libreta los posibles temas, puede incluso que no sea la noticia más importante del día pero sí la que más llame la atención por insólita, como cuando nombraron a “ricostilla” embajador, entonces ahí está todo. Colombia para mí es un chiste.