Lápices jóvenes rayan en el cómic y el fanzine de Medellín
La movida del cómic y el fanzine en Medellín ha ido tomando mucha fuerza en las últimas décadas. Ya sea en publicaciones auto editadas, haciendo parte de antologías editoriales, o incluso desde las redes sociales o espacios en blogs, año tras año hay creadoras y creadores que van dejando en dibujos de todas las estéticas posibles sus vivencias y pensamientos.
Desde los relatos más íntimos, pasando por el retrato de la realidad más desprevenida (pero no por ello carente de una gracia particular), hasta las sátiras más disparatadas, las narrativas de estos creadores paisas, todas exploradas desde la independencia, van evolucionando conforme pasan los tiempos. Esto, en gran medida, debido a que llegan a esta movida comiquera y fanzinera nuevas mentes creadoras.
En este mes dedicado a la juventud, quisimos explorar tres de estas plumas (en texto y dibujo) jóvenes, para conocer un poco más de aquello que los ha inspirado y los ha traído a este punto de su creación y su vida.
Dianita Versus
Su nombre de pila es Diana Varón Sierra, tiene 26 años y dice que llegó a hacer fanzines de forma accidental, ilustrando y luego haciendo cómics cortos de sus amigos. Alguien una vez le propuso hacer un fanzine en compañía y ahí comenzó la aventura.
Su fuerte narrativo es su propia realidad: “a veces me gusta contar cosas que me pasan porque son divertidas, otras veces me gusta criticar ciertas cosas, y otras veces solo es la necesidad de sacar algún sentimiento que tenga atorado. Creo que en general es esa necesidad de expresar lo que no puedo con palabras, y con suerte eso le llegue y le sirva a alguien más, así sea para sacarle una sonrisa a alguien, o hacerlo reflexionar”.
Aunque lo suyo es el arte digital, siempre inicia en el papel, experimentando con texturas, grafito y colores. De ahí, se va a digital, siendo una combinación de ambos mundos.
Como su obra es una forma de contarse a sí misma, dice que sus dibujos cambian conforme ella ha cambiado. El arte la ha llevado a reflexionarse, cómo se siente con ella y con el mundo que la rodea. Parte de ello tiene que ver con sus planes como creadora, que buscan retomar trabajos que había dejado inconclusos en el pasado, pero que ahora quiere dejar salir.
Diana, que también busca sacar esa energía creadora en las manualidades y la porcelana, dice que el dibujo es tan fundamental en sus días, al punto de, en sus palabras, “no poder imaginarme mi vida sin dibujar”.
Nube
Así se ha bautizado Laura Henao desde que comenzó a crear. Ella afirma que comenzó a hacer historietas sin saber que lo eran, mientras dibujaba las películas que le gustaban cuando era niña. Comenzó a dibujar personajes, capítulos y escenarios para series animadas que se imaginaba. Pero fue cuando llegó a la universidad que conoció el mundo del fanzine y comenzó a crear de lleno.
Ilustra principalmente en análogo, usando acuarelas en principio, “pero en los últimos tiempos trato de dibujar con lo que sea que tenga a la mano y eso me ha gustado mucho más, porque cada material me ofrece posibilidades e ideas distintas”. Para ella, “cada idea pide de mí una línea a su medida y una materialidad distinta”.
Sus historias ilustradas hablan de otros mundos, y del encuentro con ellos: “Casi todos mis dibujos contienen guardianes espirituales, tótems o talismanes de protección, mundos de la infancia, baile, rituales, y la vida de las plantas (y, en general, la vida en todo)”. De todo lo que ha ilustrado, hay un personaje que es especial, se llama DEP, “creo que ese fue el momento en que entendí con mayor claridad el poder material de las ideas, y la forma en la que los dibujos pueden manifestarse y cambiar algo en el mundo (o, al menos, en mi mundo)”.
Tiene un recorrido ya amplio en la creación de fanzines y, en sus palabras, todo este camino andado la ha llevado “a reconocerme, principalmente. A encontrarme con otrxs. A hacer amigxs por fuera de mi burbuja. A entender nuevas formas de resolver problemas o situaciones que parecen imposibles en el plano material. Y luego, a viajar, a poder vivir de lo que hago, a explorar símbolos de mi cultura y territorio”
Hoy, además de ilustrar, es profesora y está aprendiendo mucho sobre plantas medicinales. Sus planes son publicar libros en los que va trabajando pacientemente. También, combinar el dibujo y las plantas, y generar muchos espacios de conversación, donde eso que le apasiona será fundamental. Y tiene mucho sentido, porque para ella, “dibujar es una forma cuidadosa y atenta de mirar (hacia adentro o hacia afuera). Porque en el dibujo todo es posible.”
Alejolio
Alejandro Díaz es el más joven de esta terna de creadores. Tiene 24 años. Su impulso para crear vino de muy adentro, “como un método para sacar emociones a través de la ilustración, casi como un escudo, donde la idea era expresar todo lo que yo no decía con palabras, en imágenes, en ilustraciones”.
Luego, al conocer el fanzine, encontró otra manera de darle forma a eso que quería expresar, “el fanzine me ayuda no solo a comercializar sino también a entender que hay muchas personas que se identifican con lo que yo siento a través de una publicación como lo es el fanzine, donde yo puedo poner y expresar literalmente lo que yo quiera, y aun así se vuelve un objeto poderoso y significativo para quien lo consigue y lo consume, que descubrir eso para mí fue increíble”.
Ilustra en digital, pero con el deseo de evocar el papel y el lápiz a como dé lugar: “en mi trabajo trato siempre que haya una textura que evoque lo análogo, la textura del lápiz sobre el papel, del pincel, el rayón de color, me gusta dar ese feeling de análogo (a pesar de que es digital) porque siento que evoca ese mismo sentimiento y esa misma sensación de cuando rayaba el papel con el lápiz cuando era niño”.
Su primer fanzine fue “Si fuera cactus”, y habla de un niño que se imagina su vida si él fuera un cactus. Para él, esta fue una experiencia transformadora, “fue el primer fanzine que hice en mi vida, en un taller de fanzines al que fui solo y en el que, no solo aprendí demasiado acerca del tema, sino que también conocí personas demasiado increíbles y demasiado tesas. El año pasado salió en una versión impresa en risografía y eso cambió también la forma de apreciar el fanzine un poco más”.
Dibujar es su manera más personal de expresar aquello que siente y vive. De hecho, algo propio será la materia prima de su próximo fanzine, que dice se llevará su tiempo. Igual, todo es un asunto de fluir, de una manera muy propia. O, en sus palabras, “el dibujo siempre será una manera de expresión tan increíble y tan humana que todo el mundo debería dibujar así no sea su profesión”.