El paraíso de los colibríes y más de 230 especies de aves en el Valle del Cauca
La Alejandría es uno de los pulmones con alas de Cali, nos encontrarnos allí con cientos de especies para admirar y hacer turismo responsable.
La diversidad del Valle del Cauca tiene alas, esa puede ser es la mejor forma de describir las más de 230 especies de aves que se posan en La Alejandría, un lugar ubicado a 30 minutos de Cali, entre el bosque espeso de niebla de San Antonio.
En el lugar revolotean ejemplares como las tangaras, tucanetas, guacharacas y monos, perros de monte, ardillas, armadillos y más de 50 especies de colibríes de todos los tamaños y colores que convierten al espacio en un cielo para propios y visitantes. Los caleños poco a poco se han podido percatar de este tesoro natural que se esconde detrás del casco urbano de la Sultana.
En La Alejandría, como si fuera un regalo que las aves les ofrecen a quienes las vienen a ver desde muy lejos, se logra mantener una temperatura cercana a los 17 grados, hace frío pero la niebla no es tan espesa como para impedir ver uno de los resguardos de aves más hermosos del país.
‘El paraíso de los colibríes’, como le llaman los turistas y habitantes de la zona del kilómetro 18, es en un 90 % bosque virgen de niebla, donde las especies más extrañas de flores y aves se juntan para hacer un impactante híbrido colorido natural.
Elsa Ruíz y Raúl Nieto son la pareja que le ha dado promoción a este lugar a través de la generación de senderos peatonales de más de tres kilómetros, espacio donde resembraron 200 palmas y heliconias. Por otro lado, en el año 2000, las 800 hectáreas de bosque de neblina del sector fueron declaradas reserva natural, razón por la que ‘La Alejandría’ es parte de un bosque preservado que lo enriquece más.
Al llegar a este espacio íntimo, el revolotear de los pájaros y los sonidos de las cascadas o riachuelos cercanos inauguran la experiencia. El recorrido se puede extender durante todo el día para generar sensibilización y un respiro a cualquiera que se acerque al lugar donde no es raro ver cómo los tucanes, los colibríes y demás especies en muchas ocasiones se aproximan a los hombros de los curiosos para saludar o recibir comida.
Estas personas, junto a varios niños que llegan los fines de semana obtienen un nivel de conciencia sobre el aporte de las aves al funcionamiento de los ecosistemas y de lo importante que es poder conservar un bosque natural en la zona vallecaucana y, como si fuera poco, mientras se pierden entre los senderos, se puede disfrutar de la típica cocina vallecaucana para deleitar la experiencia entre un lugar mágico que despierta todos los sentidos.
La Alejandría hace parte de la denominada Vuelta Occidente, un recorrido que propone experiencias naturales y ecoturistas para despertar el sentido de pertenencia y sensibilidad a los procesos del cuidado ambiental que cualquier persona de la Sultana puede disfrutar.
Así que, si andan en la Sultana, dense un respiro y déjense llevar por los vuelos de las aves, el sonido de ellas y los varios recorridos que los harán perderse entre la fantasía y la realidad.
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