Cuando el arte no tiene género y el cuerpo no tiene límites
Sin etiquetas, sin género y sin distinciones, solo pensando en el cuerpo como medio y el arte como eje transformador, este colectivo de teatro y danza experimental de Pereira, Risaralda, está cambiando la forma de hacer las cosas.
“No trabajamos por reconocimiento, lo importante acá es que cada uno esté resolviendo sus preguntas como creador y que esas mismas preguntas le resuelvan cosas en la vida a cada uno. Yo sí pienso que el arte es transformador y que es la herramienta más bella para cambiar el mundo”.
Con la necesidad de lograr un acercamiento al cuerpo desde una perspectiva distinta a lo actoral y un tanto ontológica, en el año 2006, Juana Valencia, Wilson Granada y Freddy Yate, en ese entonces estudiantes de teatro, conformaron el colectivo Cofradía Danza y Teatro Experimental que cumple precisamente en el mes de noviembre del 2017, once años de creación.
Compañía que como bien lo dice su enunciado siente y vive por el experimentar de las expresiones artísticas del cuerpo sin importar el medio por el que se realice, de allí que el performance, el video y la dramaturgia se complementen ante la puesta en escena de una obra de teatro o un proyecto de danza.
Hoy Cofradía se presenta como uno de los grupos más consolidados en la escena artística pereirana seduciendo de una forma atrevida, pero sobre todo consiente, a sus espectadores, a través de un grupo de artistas interdisciplinarios que trabajan con el cuerpo entendido como ese lugar en el que se existe presto siempre a contar no una, sino cientos de historias.
Para Juana Valencia el deber ser de la compañía es el de saber encontrarse como seres humanos y aventurarse sin miedos a otras perspectivas estéticas, premisa con la que han generado creaciones a lo largo de estos once años tanto en sala como en escenarios alternativos y no convencionales, tales como:
En el ámbito de la danza contemporánea: Corpus (2014-2015, dispositivo de danza performativa), Caída (coproducción con n’obras), Tierra (2008-2009), La Costurera de la Memoria (2008, coproducción con Danzarte) y Descenso (2007).
En teatro: ¡Ay días, chiqui! (2014-2017), el monólogo Cuerpo Adentro (2007).
En performance: Delicatessen (2014-2017), Galatea y de Conjuros y Espantamiedos (2013, colaboraciones con el maestro Dioscórides Pérez).
En video-danza y video-performance: RX-Positivo (2012-2013, en co-dirección con Verónica Moreno).
Imagen de la obra '¡Ay Días Chiqui!' / Foto de Laura Sofía Mejía
“Yo no creo en los procesos de dirección porque pareciera que hay una persona imponiendo ante otras, en Cofradía hablamos de investigación escénica en la que todos ponen o todos quitan, todos arriba o todos abajo, y eso solamente funciona en la medida en que cada uno se empodere y sea director de sí mismo, y en la medida que cada uno es director, pues es propositivo y no tiene miedo de aventurarse…
Nuestra gran preocupación es el cuerpo y hay un interés muy grande por el accionar, por el transvestirse y por cambiar de roles.
No queremos hablar más de género. Nosotros hablamos de degenero; no queremos hablar más de femenino o masculino, ni de que hay que ser así o asá. Solo somos seres humanos flexibles a los que no nos gusta encasillar, porque si seguimos legitimando el tema masculino y femenino, seguimos señalando y excluyendo. Nosotros solo queremos cambiar el mundo”.
Y es que el papel en escena de Cofradía ha venido fortaleciendo, a través del arte, la ruptura de los estigmas en torno a la comunidad LGBTI, replanteando las estructuras de género y dando paso a otras maneras de comprender la realidad, todos como seres humanos sin miedo a explorar su cuerpo.
Es por ello que por tercer año consecutivo el colectivo ha venido haciendo parte del Kuir Bog Fest (Festival de arte y cine Queer), al que llegaron bajo la curaduría de Adriana Arenas con la obra ¡Ay días, Chiqui!. El festival Internacional de Arte y cine Queer que se realiza en Bogotá como espacio para pensar, crear y participar activamente en torno a la construcción social desde la mirada queer, replanteando los paradigmas de normalidad que han definido los grandes monopolios de poder (económico, religioso, político y mediático) de acuerdo a sus intereses y para perpetuar sus privilegios.
Para esta ocasión Cofradía llega al festival con dos obras, la primera La Oración Fúnebre del Funámbulo que se presentará el 21 de noviembre en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, y la segunda es Instrucciones para Volar que se verá en el Centro de Reconciliación y Memoria Histórica y en el Septimazo el día 23 de noviembre.
Pero como el cumpleaños es bueno celebrarlo en casa, Cofradía presenta su programación durante el mes de aniversario en el que los pereiranos podrán disfrutar de las dos obras:
Martes 14 de noviembre: La Oración Fúnebre del Funámbulo, ganadora de la beca de circulación y proyección de montajes de danza folclórica y/o contemporánea, en el medio, proyecto estímulos 2017. Dirección: Wilson Granada. Lugar: teatro Don Juan María Marulanda, Museo de Arte de Pereira. Hora: 7:30 p.m. Entrada libre
Miércoles 15 de noviembre: Estreno performance Instrucciones Para Volar. Dirección: Juana Valencia. Lugar: teatro Don Juan María Marulanda, Museo de Arte de Pereira. Hora: 7:30 p.m.
Jueves 16 de noviembre: La Oración Fúnebre del Funámbulo, que será presentada en la Institución Educativa Jaime Salazar Robledo, ciudadela Tokio. Hora: 9:00 a.m.
“Creer, no desfallecer, y tomarse a las artes escénicas como un ejercicio de resistencia, eso es Cofradía”.