Crudo Means Raw, sin refinar: “sandungueo con contenido lirical o reguetón consciente”
Todos tienen que comer (2016) fue el segundo álbum de Crudo Means Raw y el primero de Fernando Bustamante como MC, lo sacó después de haber publicado uno llamado Voyage: El pasaje (2013), un CD completamente instrumental que, según cuenta, muchos amigos le recomendaron no sacar porque nadie lo iba a comprar ni apreciar por la ausencia de letras, pero él tenía ese capricho, “sacar algo instrumental”...
En ese, Voyage (2013), su primer trabajo prensado, Crudo compiló los mejores instrumentales que había hecho hasta la fecha, y hoy, cinco años después, cuenta que ese álbum ha sido como una bola de nieve, cada vez se populariza más: “Es como de esos álbumes que empiezan siendo pequeños y van creciendo, pero por obvias razones, es un álbum instrumental y es difícil que alguien llegue a considerarlo comercial, la industria siente que no puede sacarle provecho a un álbum así, pero es como mi álbum de culto”.
Cuando él comenzó en la música, el reguetón estaba pegando muy duro en Medellín, Daddy Yankee con El Latigazo sonaba por toda la ciudad, y aunque a Crudo el reguetón siempre le ha parecido ‘chévere’, en ese momento quería hacer cosas que para entonces le parecían más interesantes, como el rap, algo que se quedó con él, al parecer, para toda la vida: “yo puedo estar sacando reguetones pero todos los días estoy haciendo pistas de rap, creo que es lo que haré el resto de mi vida, ojalá en el 2055 siga haciendo beats de rap”.
Él inició como todos, como muchos, freestyleando en la calle, y lo hizo con mucha gente que ahora es ‘grande’, reconocida, Ultrajala, Reykon, Mandrágora Hip Hop... J Balvin publicó recientemente una memoria acerca de su experiencia con Crudo: “Yo empecé con este hermano, teníamos un grupo de rap, nos fuimos a tocar puertas a USA, cantábamos en discotecas en Miami y hasta nos bajaban a gritos (risas) pero no nos rendimos y acá estamos”.
Cuando todo aquello pasaba, cuando Crudo empezó en la música, el auge era el reguetón, y como lo menciona él mismo el género aún no tenía mucha identidad, pero la suya era el rap y así publicó su primer disco, uno que recopilaba 34 pistas y con el que empezó a construir el camino que recorre hoy. Desde ese entonces vive de la música ya sea vendiendo pistas o vendiendo ideas, letras, CDs, “Desde mis inicios he vivido de la música, no a niveles muy lucrativos pero sí me ha dado para comer. Organizando fiestas, toques, haciendo pistas… Y también desde el día número uno ha sido muy lucrativo a nivel espiritual, lo más importante ha sido eso, desde que estoy con la música me he sentido muy abundante espiritualmente y me parece que eso ha sido lo mejor de la onda”.
Dmoe es DJ tornamesista, coleccionista de vinilos, productor y beatmaker de la ciudad de Medellín, inició en la escena hip hop como B-boy y paralelamente en el mundo del grafitti, ha trabajado con Crudo y lo conoce como Fernando Bustamante, Fercho, Amalgama… ahora conocido como Crudo Means Raw, "un artista con una gran capacidad de crear y brindar a su público contenidos musicales serios que van más allá de una propuesta sonora tradicional. Un panorama rítmico diverso, cargado de melodías atmosféricas que hacen que sea una propuesta espacial dentro lo especial".
Tras la publicación de Voyage (2013) se rumoraba que Crudo nada más hacía pistas y que no sabía rapear, y como la gasolina y las ganas de Crudo van -en parte- con esa idea de “voltearle la torta a la gente”, asumió como un reto su primer disco como MC. Así vio la luz dos años atrás Todos tienen que comer (2016).
Crudo es impredecible, si hay algo que nadie espera que haga, él se propone hacerlo real, por eso su segundo disco dio de qué hablar e incluso convocó en Bogotá a más de 1.000 personas para el lanzamiento en mayo de 2017 (en el Downtown Majestic), fecha que él recuerda con especial cariño: “yo a Bogotá le tengo un amor y un aprecio incalculable porque me ha dado un montón de confianza y seguridad”.
Han pasado dos años desde aquel lanzamiento, y ya hay en marcha un nuevo trabajo, uno que está basado en sencillos y que incluye La mitad de la mitad junto a Mabiland y 'No Copio', su estreno más reciente.
“Crudini es una de las personas más chimbas que he conocido, es uno de los creativos que más me ha retado y eso no siempre pasa. Yo encontré en él incomodidad y cuestionamientos, y eso fue lo que hizo que nos entendiéramos creativamente. Esta generación de músicos en Colombia no puede contarse sin mencionar a Crudo Means Raw. Y lo que viene con Esmeraldas es una demostración de que Crudo no tiene límites, de que le gusta incomodarse a sí mismo y no le molesta incomodar a los demás”, afirma Mabiland quien hace parte del nuevo trabajo de Crudo y no solo se siente afortunada de trabajar con él sino que lo considera una pieza esencial de lo que significa hacer arte sin miedo, arte que rompe esquemas, que se aleja de esa concepción rígida y severa sobre los géneros musicales y las categorías impuestas por la industria.
De Esmeraldas sabemos poco, un proyecto que según adelanta Crudo es 100 % experimental, y que más allá de ser un producto artístico es un movimiento donde hay grafiteros, videógrafos, fotógrafos y gente enamorada de la música: “El 'Esmeraldas' es una cosa con la que mucha gente se ha identificado, me he dado cuenta que uno solo no puede, uno necesita un equipo de trabajo grande, gente metida en la película como uno, ni siquiera tiene que ser gente súper talentosa o virtuosa sino gente con ganas de hacer buen arte”.
Lo que quiere Crudo es romper el molde, romper estereotipos no de forma violenta sino proponiendo, mostrando que se pueden hacer cosas diferentes y originales, su búsqueda artística es de años y si algo se evidencia en su trabajo es que puede saltar con tranquilidad de un género a otro sin traumatismos, sin dejar de ser él; un tipo honesto, directo, sin miedo, dispuesto a darlo todo en cada cosa que hace, con ganas de usar su inconformidad para hacer más arte y generar cuestionamientos a quienes escuchan lo que hace.
Su presente puede que esté dentro de todo aquello que se cataloga como reguetón, o como dice él, “algo de sandungueo con contenido lirical o reguetón consciente”, pero finalmente lo que quiere es hacer cosas que sean diferentes a todo lo demás, y de eso sí que hay en sus nuevas canciones, hay en ellas nuevas ondas sonoras, unas que ponen a bailar, pero que también se cantan y se escuchan, que comparten el mismo idioma musical que se habla y consume en la calle, sí, pero sin sacrificar las cualidades y aptitudes artísticas de quien propone. Está claro que lo que quiere Crudo es que la mayor cantidad posible de gente lo escuche, ¿qué artista no lo quiere?, él lo está logrando, y sin mánagers, sin gente pesada de la industria respaldándolo oficialmente.
“Sí están a mí alrededor y muestran mucho respeto, me llaman, y en buena onda. Pero realmente todo este proceso ha sido absolutamente libre, de hecho si me he montado en una tarima del gobierno una vez es mucho, no he ido a la Alcaldía a pedir o proponer, todo ha sido muy independiente, yo busco los recursos que me hacen un diferenciador pero que a la misma vez hablan el idioma que la gente está entendiendo, es más el hambre lo que me hace cambiar, no hay estrategias, todo ha sido colaborativo, artístico, orgánico, natural, crudo, sin refinar."
Él está dispuesto a recibir sugerencias y quiere compartir, colaborar con artistas que estén más arriba, dejarse asesorar de mánagers y “meterse en la vuelta de la industria de frente”, pero también quiere conocer y hacer amistades, quiere que ese proceso sea orgánico, nada sintético, “no quiero estar en una base de datos y que digan que soy el que sigue, que me metan plata y explote, no quiero que sea así porque si me embolato a nadie le va a importar, pero sí trato de aprender de la gente que está arriba, quiero hablar con ellos, conversar y trabajar. Obvio que sería chévere...”.
Y Crudo no es el único que quiere, la industria y el mainstream le vienen haciendo guiños, algo que a él le resulta halagadorsísimo pero que afronta con cuidado, pisando suevecito, como en terrenos movedizos,“yo y todo mi equipo estamos entrando a una dimensión de la que no tenemos nada de conocimiento. A mucha gente se le están cumpliendo los sueños y están entrando en dimensiones desconocidas y tienen miedo pero son conscientes de que siempre han querido lo que tienen en frente, la clave es actuar bien, todo eso repercute en el universo, y si uno tiene buenas intenciones y actúa de corazón, debe aprovechar y tratar de entregar un mensaje, no tirarle a la gente. Yo quiero dejar una semilla en la humanidad, hay que tener buenas intenciones.”
A Crudo Means Raw hay que seguirle la pista, esperamos Esmeraldas y él mismo ha seleccionado cinco de sus temas para que quienes no lo conocen le entren a su arte, honesto, auténtico, crudo, cargado de buena onda y originalidad.