Colombia rayada
Recorrimos las calles de Cali, Pereira, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla y Bogotá buscando las historias detrás del arte urbano. Los artistas nos dan su mirada de país...
“Los grafitis manchan las paredes de verdades, es el arte perseguido y sus intimidades”
La Noche- Alcolirykoz
Los muros de Latinoamérica y Colombia hablan. Allí se han escrito con pinturas y formas parte de nuestras historias. Cada intervención que el color y las rayas han hecho, marca muchas veces, y también transforma, zonas marginadas de nuestras ciudades. Pero más allá de vestir las calles oscuras y grises de Colombia, los grafitis llevan detrás y desde su conceptualización, la ilusión de agitar pensamientos, esos mismos que motivaron al artista a plasmar en un texto público sus ideas, su visión del mundo y de la sociedad a la que pertenecemos.
Si las paredes pudieran hablar contarían todo lo que ven y escuchan de nosotros, porque son testigos airosos de lo que ocurre y también se quiere esconder. Por fortuna, los muros en Colombia han decidido hablar, eso gracias a cientos de valientes que han cambiado poco a poco con su arte, la forma en que se percibe el arte callejero y a sus creadores. Ellos han salido a las calles a transformar los espacios que nos pertenecen a todos, los han llenado de colores, sellos, formas y firmas, pero sobre todo de sentido, de historias y verdades.
El arte urbano se instaló con su objeto contracultural para manifestarse contra de lo que molesta, lo que hace daño, para ir en contra de las injusticias y manifestar inconformidades. Hoy por hoy todos somos testigos de esos gritos que cada vez suenan más fuerte.
Por eso hicimos un recorrido por Cali, Barranquilla, Pereira, Bucaramanga, Medellín y Bogotá buscando a los personajes detrás de las historias de nuestras ciudades, algunos desde la clandestinidad han hecho el ruido suficiente y nos contaron sus historias con el grafiti...
'Toxicómano Callejero'
Bogotá (Cundinamarca)
Llegué al grafiti por el punk, de ver carátulas de los discos donde aparecían grafitis y cosas por el estilo. Empecé a pintar cuando a la salida de los conciertos me devolvía a mi casa caminando, vagando un poco y mirando qué se hacía. El grafiti normalmente está más ligado al hip hop, pero siempre me he desarrollado con el punk como influencia.
La primera rayada
Recuerdo que en mis primeros grafitis me tomaba unos 'chorros' para los nervios, pero al final ni se entendía. Por ahí en el 2001 - 2002 salí con mi primer stencil grande, de un pliego, para pintarlo en el puente de la Universidad Nacional con 45 y no habíamos caído en cuenta ni de cómo se debían cargar las herramientas; nos subimos a un colectivo y apestaba a aerosol, la gente se quejaba y después de eso empecé a cogerle el tiro a estas cosas, empecé a amar la calle.
Su Grafiti favorito
Con todo esto del plebiscito y de la votación del 'Sí' y el 'No', me enteré que algunos militares estaban a favor del 'Si'. Vi una entrevista del General Alberto Mejía, Comandante del Ejército de Colombia con Claudia Gurisatti y me pareció genial porque la vieja estaba todo el tiempo atacándolo y el man se le zafó muy bien. No soy seguidor de las fuerzas ni de los uniformes pero me pareció que el tipo tenía muy claro cómo iba el asunto.
Me quedó rondando un poco la cabeza con el asunto, estuve pensado que no todo el mundo por estar en un bando es bueno o malo, hay gente buena y gente mala en todo lado. Ganó el 'No' y fue una sorpresa para todo el mundo, así que empecé a pensar en el tipo de cosas diferentes que puede proyectar una persona, ese pensamiento cazaba bien con la imagen de este solado que en vez de portar un M16, que es el arma de El Ejército, tuviera una cámara de esas grandotas y estuviera disparando otro tipo de cosas.
Es un mensaje un poco poético y simbólico, que no es tampoco lo que más hacemos; pero me parece que también le llega a todo tipo de personas , y nuestro ánimo sí es que la cosa se difunda.
Mural ubicado cerca al Colegio Manuela Beltrán
'Barraza'
Barranquilla (Costa Caribe)
Hago grafiti en la ciudad de Barranquilla porque es muy virgen, tiene muchos espacios que pueden intervenirse. Uno al estar en el espacio público hace arte para todo el mundo, transmite y comunica por medio del arte. Esté dirigido a algo o a alguien, el grafiti comunica. En mi caso, yo trabajo con gente de la calle y me gusta dirigir mi arte hacia ellos. Mi obra es social, mi temática es trabajar con los carretilleros de acá de la ciudad, yo lo que hago es dignificar el trabajo y la labor que ellos hacen.
La primera rayada
Fue en un evento que se llamó ‘24 horas de Grafiti’ en un puente de la circunvalar en Barranquilla, 24 horas seguidas, día y noche pintando. Tengo una obsesión con la madera, con las texturas, hice una casita de madera, grande, azul. Me acordé de Snoopy y adapté esa idea.
Su Grafiti favorito
Mi mejor grafiti es el que realicé en la facultad de Bellas Artes. Veía todo el tiempo una pared blanca y empecé con una iniciativa, quería darle otro sentido. Quería que se convirtiera en una galería de arte urbano y acá me siguieron la corriente. Hace unos años vi cómo dos carretilleros se lanzaban dentro de una carretilla y competían entre ellos, me impresionó mucho e hice una interpretación personal de esa escena. Decidí hacer una serie de diseños para visibilizar a los carretilleros. Su carretilla es todo para ellos, su casa, su sustento, su medio de transporte, me parece importante representarlos. Este grafiti los dignifica.
Mural ubicado en facultad de Bellas Artes de la Universidad del Altántico
'Yu'
Bucaramanga (Santander)
Estudié pintura durante años con pintores en talleres y me dedicaba a hacer paisajes, bodegones, impresionismo, realismo, pero siempre en bastidor. Luego tuve la oportunidad de conocer a personas que pintaban en las calles por el solo hecho de llevar el arte a todos lados y eso me llamó mucho la atención, así que empecé a aplicar todo lo que conocía de pintura a la calle.
Para mí el arte es parte del ser humano, y uno no puede desligarse de algo que le nace. Siento la necesidad de hacerlo y me cuesta mucho hacerlo por dinero. La calle es una crítica a esos egos de los artistas, donde lo que haces tiene un valor económico dependiendo del reconocimiento que tengas. Aquí uno no pretende nada, al pintar en la calle he aprendido y explorado muchas cosas, simplemente quiero seguir haciéndolo porque quiero, no por fama o porque me paguen, ni nada.
El arte tiene mucho valor sólo por el hecho de hacer sentir algo a alguien, entonces yo llevo eso que me transmite a mí a la calle, poner algo que rompa con el gris que hay en todos lados.
La primera rayada
Cuando empecé a pintar en la calle venía muy influenciado por el impresionismo, así que mis primeros grafitis eran réplicas de Van Gogh, luego empecé a trabajar ese estilo pero adaptándolo para mí. Lo que más pintaba al principio también eran niños.
Su grafiti favorito
Este grafiti quiere resaltar un poco la belleza que hay en esas cosas que nadie ve, por ejemplo un hombre barbado y sucio tirado en la calle, soñando con algo. La idea es intentar expresar con un dibujo su forma de libertad. A través del arte me gusta visibilizar la belleza que hay en aquellas cosas que la sociedad no ve como algo hermoso. La suciedad también es bella.
Mural ubicado en el Centro Comercial Megamall
'Shamo'
Medellín (Antioquia)
Llego al grafitti en el 2008 gracias a unos amigos que vivían en Copacabana, Antioquia. Ellos me recomendaron entrar a este universo y me empezaron a explicar muchas cosas. Cuando lo hice, mi trabajo tuvo una buena acogida. Yo también soy tatuador y vivo de eso, en ese sentido, he encontrado no sólo un hobby, sino una forma de despejarme de los problemas y la cotidianidad. El grafiti me libera.
La primera rayada
Mi primer grafiti fue en la casa de de un amigo que vivía en la misma unidad que yo. Compramos las latas y nos metimos a la pieza y eso fue pintura para todos lados. Hicimos tantos gabaratos que hasta nos ganamos el regaño de la mamá de mi amigo porque la habitación quedó ensolvada. Luego hicimos en esa misma unidad un grafiti en la terraza, y ese sí fue clandestino, quitamos el candado a escondidas y me puse a pintar.
Su Grafiti favorito
Mis favoritos han sido los que he hecho en versus o concurso con otros grafiteros del país, porque imponen un concepto o temática y uno entra a idear el diseño y a mostrar su estilo. Uno de ellos está unicado en el Parque Biblioteca Débora Arango en Envigado. Me gusta por todo el concepto que hay detrás y lo que este emana.
Mural ubicado en: Parque Biblioteca Débora Arango
'Sancho Grafiti'
Cali (Valle del cauca)
Hago graffiti por lo masivo que es. Como todos sabemos un mural puede estar ahí por un día y llegar a miles de personas. Vi esa conexión que hay entre los muros que se intervienen y las personas, sobretodos cuando qui9enes lo hacen quieren afectar positivamente y emocionalmente. Me gusta generar en la gente el recuerdo o algún impacto visual. Por otro lado está el darle vida a las calles.
Llegué al arte urbano gracias a unos compañeros del barrio con los cuales salía. Decidimos intervenir las calles simplemente por gusto. Pero poco a poco me enamoré de esa conexión y lo que conlleva este tipo de intervenciones.
La primera rayada
Mi primera intervención fue en Talanga, en el Distrito de Aguablanca. Fue una mano zombi dibujando un símbolo de reciclaje, para que fuera parte del contexto del espacio. Lo hice sobre un shut de basura con mis compañeros y más adelante creamos el colectivo Stencil Machine y salíamos a pintar.
Su Grafiti favotiro
Mi mural favorito es un indígena realizado en la Calle 5 con 4 en Cali. Es un indígena de la selva amazónica de Brasil, de la tribu Kayapó. Le tengo mucho aprecio a la tribu por la vestimenta, por sus costumbres, por eso decidí pintarlo en la culata del edificio. Fue en una pared grande y la magnitud fue un reto. Además, hay muchas personas que me dicen que cada vez que lo ven, se llenan de alegría. Les gusta pasar por ahí y verlo. El mural les irradia una buena energía y eso es gratificante para mí.
Mural ubicado en: Calle 5 con 4
'Vez'
Pereira (Risaralda)
A mí siempre me ha gustado el hip hop y en el barrio yo andaba con unos chinos cantando rap o bailando brake dance y siempre que veíamos algo en las revistas referente al tema, o algún video en televisión de estos cantantes, lo que siempre me llamaba más la atención eran esos videos en las paredes. Como a mí me gustaba dibujar empecé a ensayar algunos con aerosol. Al principio obvio no era fácil y no me quedaban tan bien. Pero los espacios, la gente, naturaleza, estar en la calle, eso es lo que lo enamora a uno del oficio.
La primera rayada
Mi primer grafiti fueron unas letras que decían HIP HOP y fue en una cuadra de mi barrio en la ciudad de Pereira. Recuerdo que fue pintado en blanco, negro y rojo. Pero esa era como una manía de rayar los espacios por donde andaba con mi grupo de amigos, inicilamente era como marcar territorio.
Su Grafiti favorito
Este es uno de mis trabajos más recientes, lo hice junto a otros grafiteros de Pereira, entre esos Ventus y Rojor que hacen parte del colectivo Khuyay. Esta es una de las más grandes intervenciones de arte urbano hechas en Pereira en la que plasmo lo que tanto me gusta: animales y aves.
Mural ubicado en: Salida hacia Armenia
'Guache'
Bogotá (Cundinamarca)
Yo vengo de la escuela del diseño gráfico y cuando estaba en la universidad empecé a acercarme a unos modos de hacer diseño e ilustración que estaban lejos del mundo comercial del diseño, de las agencias de publicidad. Me interesaba más la producción autogestionada de imágenes, entonces empecé a hacer serigrafía y ahí conocí otras posibilidades como el esténcil. Empecé a salir a pintar por ahí en el 2003, conocí a la gente de la movida más grafitera y desarrollé una propuesta más personal del arte urbano con expresiones de la calle que no tienen que ver con letras. El trabajo ha venido transformándose al muralismo.
La primera rayada
No recuerdo exactamente cuál fue, pero estaba en el colegio, en Sogamoso, Boyacá. Seguramente fue algún tag, una frase que tenía algo que ver con movidas políticas, algo así como “Fuck the police”, o una cosa por el estilo.
Su Grafiti favorito
Estoy convencido que el arte urbano es una expresión que transforma los lugares en dónde está. Habíamos hecho la producción de un festival de arte urbano en el Barrio Santa Fe por tratarse de una zona marginal, deteriorada. Luego recibí una invitación del Centro de Memoria, queríamos hacer algo diferente, que no fuera pictórico, que tuviera un sentido del material y que tuviera duración. En este mural trabajé con otros 5 artistas, tardamos mes y medio en hacerlo, juntando la cerámica y los materiales para hacer este mosaico de 12 metros de alto por 8 de ancho.
El mural es un homenaje a la vida y a la memoria de los movimientos sociales, habla de la memoria histórica como la semilla para construir una sociedad diferente. Es una versión alegórica a unas plantas de maíz que nacen de una diversidad de colores y arriba hay un mandala que representa el sol.
Ubicado en: Cento de Memoria, Paz y Reconciliación