Chévere Pensar en Voz Alta: Elecciones regionales en Bucaramanga
En Chévere Pensar en Voz Alta estamos haciendo una serie de programas por diferentes ciudades de Colombia de cara a las elecciones regionales del domingo 27 de octubre. El objetivo: hablar de los problemas, necesidades y retos desde el sentir de la gente. Es por esto que, más que candidatos, estaremos conversando con personas que desde iniciativas y proyectos han estado ejerciendo su ciudadanía para transformar positivamente la realidad.
Desafortunadamente no podemos estar por todo Colombia, ni abarcar todas las problemáticas de los lugares que visitaremos, pero esta es una invitación abierta a que, lejos de banderas, cada persona busque mirar qué es lo mejor para su ciudad. En Radiónica, ya sea por redes sociales, teléfono o presencial en los eventos, esperamos que nos ayuden a alimentar un diálogo en tiempos donde se escucha poco.
Bienvenidos a este especial, sigan el recorrido de Chévere Pensar en Voz Alta y, mejor aún, repliquen la dinámica con sus comunidades para que nuestros destinos sean elegidos por ustedes.
Pueden leer y escuchar aquí otros capítulos de este especial:
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BUCARAMANGA: Inmigración y movilidad
La tercera parada de Chévere Pensar en Voz Alta, en este recorrido con vista a las elecciones regionales del 27 de octubre, fue en la ciudad de Bucaramanga. Ahí, nuestra corresponsal de Radiónica, Laura Contreras, identificó dos aspectos como centrales a tratar en la llamada “ciudad de los parques”: inmigración y movilidad.
La Alianza Francesa de Bucaramanga nos abrió las puertas para que pudiéramos conversar sobre estas dos temáticas que, sin duda, están en la mente de los ciudadanos. Por un lado, existe la percepción de que no hay una política pública clara para asumir la llegada masiva de venezolanos a la ciudad. Esto, con el tiempo, ha ido desatando una serie de actos de discriminación hacia los inmigrantes que preocupa a algunos sectores de la sociedad. Por el otro, la movilidad en el área metropolitana de Bucaramanga cada vez parece complicarse más por la falta de vías, el aumento del mototaxismo, el crecimiento del parque automotor y la disminución de pasajeros en el Metrolínea.
Para la conversación invitamos a Freddy Quiroga, coordinador del programa para la Protección Civil y Ayuda Humanitaria del Comité Internacional de la Cruz Roja, quien ha trabajado directamente con la problemática de la inmigración venezolana. Y a Francisco Martínez, experto en movilidad con veinte años de experiencia en Sistemas de Transporte Masivo operados con buses y BRTS (Bus Rapid Transit), y quien ha estado muy activo en varios procesos de la ciudad en este sentido.
A continuación complementamos con algunos datos lo conversado durante el programa, que pueden escuchar completo al final del artículo.
Inmigración
“Gamines y ladrones que por lo general son venezolanos van para el piso, al igual que quien los acoja ya que quien los acoge está de acuerdo con la delincuencia. Dicha limpieza se hará por petición de la misma ciudadanía”. Estas fueron algunas de las palabras de uno de los cinco panfletos que empezaron a circular a principios de agosto de este año en el barrio San Alonso. Aunque este estaba firmado por el grupo ilegal Águilas Negras, algunos días después las autoridades identificaron a las personas que, al parecer, serían las responsables de estas amenazas y dijeron que pronto habrá resultados al respecto.
Bucaramanga ha recibido una gran cantidad de venezolanos y la respuesta social a esta situación ha pasado por varias etapas. En comparación con el año anterior, la población del país vecino que manifiesta haber sufrido un tipo de discriminación se incrementó, pasando del 23% al 45%, llegando incluso a ser excluida por compatriotas que migraron con anterioridad.
Frente a esto hay que entender un poco la situación de la que están llegando los venezolanos. Un estudio del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Unab) confirmó que la primera causa de abandono del vecino país es el hambre con el 63%. El 60% de la población estaba trabajando pero ganaba menos de tres dólares mensuales, lo que es completamente insuficiente para acceder a la canasta básica, explica una de las investigadoras.
Para llegar a Colombia, el 47% de los migrantes entrevistados llegó caminando a la ciudad porque los ahorros con los que entraron al país eran de menos de cien mil pesos. El 10% viajó sin dinero. Asimismo el 75% de los migrantes pagó una cuota para pasar por las trochas en la frontera.
Una vez en el país, la citada investigación explica que el 60% están vinculados a actividades informales, principalmente en ventas ambulantes. Con el tiempo el porcentaje de explotación laboral también ha ido aumentando: trabajar más horas por menos salario, pagos sujetos a amenazas de deportación o pago en especie, alimentación y/o hospedaje hicieron que, si en 2017 el promedio de los encuestados ganaba $500 mil pesos, en la actualidad esté en $300 mil al mes.
Es importante destacar que solo el 15% de los venezolanos que residen en el Área Metropolitana tienen claro que quieren establecerse de manera definitiva aquí. Por el contrario, el 51% de ellos tiene la intención de mudarse a otra ciudad o país, e incluso el 80% manifestó que, de mejorar las condiciones en su país, quisieran volver a Venezuela. Las nuevas oleadas de inmigración están principalmente compuestas por jóvenes.
Desde diciembre del año pasado, los venezolanos que necesitaban ayuda humanitaria y psicológica empezaron a ser atendidos en las oficinas del programa de Centro de Atención Solidaria y de Apoyo (CASA), ubicadas en el intercambiador vial de la Avenida Quebradaseca en Bucaramanga. La experiencia ha demostrado que la mayoría buscan ayuda psicológica. A mediados de este año los cerca de 300 venezolanos que diariamente acudían al Instituto de Salud de Bucaramanga (ISABU) para solicitar citas médicas contaron de nuevo con los servicios, tras varios días de suspensión por una deuda que la secretaría de salud de Santander tiene con el ISABU.
El año pasado recibieron atención de la Cruz Roja alrededor de 520 mil migrantes, y tan solo en los dos primeros meses de este año la Seccional Santander logró la asistencia humanitaria a 1.221 personas, reflejadas en 2.922 acciones. Sin embargo, para nuestro invitado Freddy Quiroga hace falta la consolidación de una política pública, no solo asistencial sino que permita evitar posibles daños colaterales que se puedan dar a nivel social.
Movilidad
Como se mencionaba al comienzo de este artículo, en el área metropolitana de Bucaramanga, además de la falta de vías, se incrementó el mototaxismo, creció el parque automotor y el promedio diario de pasajeros del Metrolínea descendió. Esto es una fórmula que sólo augura caos en la ciudad.
Con respecto a lo anterior, uno de los temas más recurrentes en la campaña electoral en Bucaramanga es el estado de la malla vial. Casi todos los candidatos han hecho propuestas al respecto, e incluso han dado algunas cifras del costo que significaría arreglarla, dando un estimado de 900.000 millones de pesos. Sin embargo, Colombiacheck, un proyecto que reúne a más de 100 periodistas asociados en Colombia para promover el periodismo de investigación desde la comprobación de hechos y datos, indagó el origen de esta cifra y, aunque algunos candidatos la justificaron con respecto a proyecciones pasadas, realmente no es tan clara como lo quieren hacer creer.
El periódico Vanguardia consultó con la Secretaria de Infraestructura de Bucaramanga, Fany Arias, y encontró que, si bien hay estudios sobre el estado de la malla vial en la Administración Municipal, no existe un documento que indique y especifique una cifra exacta de lo que vale repararla. Una respuesta similar dio el Grupo de Geomática de la UIS, donde aseguraron que ellos no tienen un estudio reciente sobre este tema por lo que tampoco pueden dar una cifra estimada.
Al parecer los estudios en los que se basa la mencionada cifra tienen alrededor de diez años, momento desde el cual se han hecho algunas obras, mientras otras vías han tenido su deterioro normal. Fuera de esto, pese a que hay fórmulas que permiten identificar un estimado, habría que tener en cuenta que hay varios tipo de pavimento, diferentes modalidades de contratación o que la profundidad de la intervención varía, lo que hace sospechar que los datos que se están dando carecen de sustento.
Lo que es una realidad es que casi la mitad de la gente no está satisfecha con las vías y, según Bucaramanga Cómo Vamos, un proyecto que busca evaluar los cambios en la calidad de vida en las ciudades del área metropolitana de Bucaramanga, el 44% dice estar tomándose más tiempo en los desplazamientos que el año pasado.
Ahora, más allá de esto, hay una realidad que manifestó nuestro invitado Francisco Martínez: “En la malla vial hay un vehículo por cada dos habitantes”, algo que es inviable en cuestiones de movilidad. Y además, aunque el Conpes del año 2005 estableció como meta un promedio diario de 150.000 validaciones del Metrolínea, y hace cuatro años se movilizaban en promedio diario 114 mil pasajeros, hoy la cifra no pasa de 93 mil. Una tendencia que no se está logrando revertir, a tal punto que puede entrar en riesgo la viabilidad financiera del sistema.
A esto hay que agregarle que el sistema integrado de transporte de Bucaramanga es sumamente costoso, pues un tiquete cuesta $2.450, incluso más que en una ciudad del tamaño de Bogotá. Esto ha potencializado los transportes privados, los de las motocicletas y los carros particulares: en el año 2015 la gente que se movilizaba en transporte privado era el 32% y en el 2018 la cifra llegó al 37%. Lo propio pasó en Piedecuesta, Floridablanca y Girón.
Lo positivo, como explicó durante el programa nuestro invitado Francisco Martínez, es que han aumentado los desplazamientos a pie y en bicicleta en el área metropolitana. Estos son los medios de transporte de menor impacto ambiental, además de bajos costos y de mayores beneficios para la salud. Por lo tanto, para avanzar hacia una movilidad sostenible resulta imprescindible pensar en ciudades diseñadas con este fin, como también lo afirma un informe de Bucaramanga Cómo Vamos.
Por su parte, algunas de las personas asistentes manifestaron las siguientes inquietudes o comentarios:
- Se debe hacer un esfuerzo por ponerse en los zapatos de los venezolanos y no caer en actos de discriminación.
- La ciudadanía debe tomar iniciativas frente a problemas como los de la inmigración y no solo esperar a que el Estado haga.
- Debe haber una preocupación por los bumangueses por informarse mejor.
- Hay una mejoría en las condiciones para movilizarse en bicicleta.
- Hay rutas de hace treinta años con nuevos edificios, por lo que se debe trabajar en la malla vial.
- Algunos trazados de la cicloruta están afectando la movilidad.
- Hay problemas de seguridad que hay que enfrentar.
- Hay que apostarle a la cultura ciudadana, pues para el peatón sigue siendo una ciudad peligrosa.
- Hay muchos carros con una sola persona, lo que es un acto de egoísmo que dificulta la movilidad.
Escuchen el programa completo a continuación y no se pierdan #CheverePensarEnVozALTA de lunes a jueves desde las 7 PM: