Así se rescata la memoria fílmica en Santander
Ubicada en el Centro Cultural del Oriente en Bucaramanga, la Cineteca Pública de Santander trabaja por el patrimonio fílmico de la región.
Una gran línea de tiempo da muestra de la huella imborrable del cine por la historia de Santander. Apellidos de grandes familias de Bucaramanga, creación de teatros y salas de cine, además de realizadores amateurs y profesionales aparecen en esta lista de sucesos que recopila algunas de las experiencias más representativas del cine realizado en esta zona del país.
Esta infografía es lo primero que salta a la vista en la Cineteca Pública de Santander, una fundación que surgió hace ocho años con la intención de recuperar el patrimonio fílmico realizado en el departamento. Más que películas, este trabajo representa la memoria cultural de una región que, aunque muchos desconozcan, ha plasmado sus costumbres e historia a través de cortometrajes, películas, videos caseros y piezas promocionales.
Lisbeth Torres Acosta es quien lidera el proyecto. Cinéfila empedernida y amante de la cultura, ha emprendido este viaje en el que ha tenido que realizar un sinnúmero de peripecias para encontrar, develar y archivar material audiovisual y que da fe de la arquitectura, biodiversidad y costumbres de Bucaramanga y otros municipios de la región.
“Desde el punto de vista académico no existía un espacio de este tipo, antes de este trabajo en el país se creía que Santander no tenía cine. Desde 2009 iniciamos formalmente este proceso y contamos con el apoyo de coleccionistas, fotógrafos, cineastas profesionales y gestores culturales, para poder recopilar todo esto. Hemos llegado a los teatros que se van demoliendo para pedir que nos dejen ver qué material hay. Un día tuve que decir que yo trabajé en una película de ‘cine rojo’ para que los obreros me facilitaran el acceso a la sala”, cuenta la directora de este espacio.
La Cineteca de Santander se ha convertido en un insumo vital para comprender la historia del departamento. Precisamente, su producto más representativo titulado “100 años, 100 minutos” funciona como un viaje en el tiempo donde se puede observar desde el traje típico de la mujer sangileña de antaño, hasta las tensiones políticas de la época e incluso, el paso de grandes empresas como Ecopetrol por la economía regional.
Este archivo fílmico, que hoy ya cuenta con 1200 elementos audiovisuales, representa a la vez cultura e historia viva. “El cine es el material más idóneo que nos permite atravesar el tiempo. De esa manera también estamos construyendo la historia y eso es lo hermoso de esta cineteca, porque invita a conocer nuestra historia no solo como consulta, sino como entretenimiento”, sostiene Lisbeth.
En comparación con otras regiones del país como Bogotá o Cali, la tradición cinematográfica de Santander es más bien escasa. Por esta razón, el material empírico realizado por las familias santandereanas es vital para construir una base de este tipo.
Fomentando la cultura del cine en Santander
Pero más que una mirada al pasado, la Cineteca Pública de Santander tiene como meta el fomento del cine en nuevas generaciones. A través de muestras audiovisuales, poco a poco se ha venido despertando un mayor interés por el séptimo arte en la región. Cine para niños, proyecciones queer, talento regional y hasta ciclos de cine porno, han sido realizados desde esta entidad con la intención de generar un debate frente al cine que consumimos.
“Nos encanta que ver cómo diferentes públicos se acercan a nosotros y se empoderan de este trabajo, son cada vez más los que participan, que se apropien de esto. A través de lo que se ve aquí podemos descubrirnos como región y construir esa definición que tenemos como santandereanos y pienso que la gente lo está empezando a entender”, afirma la directora del proyecto.
El acceso a la Cineteca es completamente gratuito y los diferentes ciclos y talleres pueden ser consultados a través de sus redes sociales. “No es gratuito que existan realizadores como Iván Gaona o Ciro Guerra, que crecieron en esta tierra y están sacando producciones de gran calidad. Queremos ver más talentos así y que se formen de la mano nuestra historia en el cine, para eso son estos espacios”, concluye Lisbeth.