Una breve guía para hablar tan arrecho como los santandereanos, mano
Hablamos con el creador de 'Dígalo con Acento Santandereano', el proyecto digital que rescata las palabras de esta tierra amante de la tártara, la pepitoria y la carne oreada.
Dicen que los santandereanos hablamos feo, que nuestro acento se escucha como si estuviéramos peleando y que nada nos suena sutil, tierno. Tal vez tengan razón y, ¿quieren saber algo? ¡Nos encanta!
Cada vez que un amigo de otra tierra se quiere referir a nuestro acento, no faltan las frases “ole mano” o “qué joda tan arrecha”, que siendo honestos, solemos utilizar mucho. Pero hoy quiero compartirles que nuestro dialecto es mucho más exagerado y exótico que estas palabras.
Nicolás Gigino es un joven comunicador social nacido en San Gil y tremendamente orgulloso de estas tierras bravas. Hace cerca dos años, inició un proyecto que se convirtió en su gran pasión. Se trata de Dígalo con Acento Santandereano, un espacio que a través de las redes sociales nos enseña a muchos paisanos a sentirnos identificados con nuestra santandereanidad.
“Lo que busco con este proyecto es que retomemos aquellas palabras que tal vez se han perdido con el tiempo, hacer que sean nuestras de nuevo y no nos den vergüenza. Creo que la motivación principal de esta página de Facebook es rescatar nuestra tradición oral y que no muera, pues forma parte de lo que somos”, asegura Nicolás.
Y es que repertorio es lo que tenemos, sino, préstele atención a estas palabras, que son pocas para juzgar la riqueza de nuestro dialecto:
Dígalo con Acento Santandereano ya cuenta con más de 29.000 ‘me gusta’ en Facebook y a través de él interactúan cada día cientos de personas que se ven retratados en cada frase, o que recuerdan con nostalgia sus épocas de infancia y la forma en la que sus abuelos, o mejor “nonos”, los reprendían, amaban y enseñaban a interpretar el mundo.
“Es muy agradable y romántico ver que lo que uno hace llega a otros países, que nos encontremos todos para compartir nuestra esencia santandereana. Creo que de alguna forma nos estamos reinventando, ya que nos estamos empoderando de nuestro acento y también vamos superando esa pena que tal vez sentíamos porque nos dijeran que hablamos como campesinos. Cada vez somos más los que queremos hablar con el acento ‘trancao’ como el de nuestros padres”, agrega.
Así que si es santandereano y lo molestan en el trabajo por la forma en la que habla, no se deje. Mejor nutra su léxico con nuestras palabras, refuerce su acento con más fuerza y siéntase orgulloso de ser santandereano. Después de todo, si algo hemos aprendido en esta tierra, es que el orgullo no nos lo quita nadie.