La bicicleta fue postulada para ser reconocida como patrimonio inmaterial de Bogotá
Actualmente en Bogotá se realizan más 880.000 viajes diarios en bicicleta. Así lo estima el Distrito y explica que esta es una cifra que va en ascenso gracias la implementación de una red de ciclorrutas que cuenta con 593 kilómetros y de cicloparqueaderos que tienen más de 50.000 cupos.
Pero más allá de las iniciativas distritales, basta con hablar con los amantes del ciclismo en la capital del país para darse cuenta la pasión con la que descubren nuevos tramos en su cotidianidad, entrenan para subir a Patios o mejorar sus tiempos y reservan sus domingos para recorrer la ciudad en bicicleta.
Por este motivo y para reconocer un complejo sistema cultural de alto valor patrimonial asociado al uso y disfrute de la bicicleta como medio de transporte, el Consejo Distrital de Patrimonio Cultural aprobó la postulación de 'La cultura bogotana de los usos y disfrutes de la bicicleta', para ser incluida en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial del ámbito distrital.
Esto, con el fin de reconocer un contexto diverso como el bogotano a través de la bicicleta que involucra economías populares, estructuras organizativas y comunitarias y formas diferenciadas de habitar el territorio y construir la memoria colectiva de la ciudad. De esta forma, desde el 2020, el IDPC, en articulación con la Secretaría Distrital de Movilidad y Secretaría Distrital de la Mujer se ha gestionado el reconocimiento de la Cultura bogotana de los usos y disfrutes de la bicicleta desde un trabajo participativo con la ciudadanía, actores institucionales y comunitarios, y colectivos de ciclistas.
En el marco del proceso de postulación, se aboga por una perspectiva integral de caracterización de este sistema cultural a nivel distrital compuesto por cuatro principales líneas temáticas.“En primer lugar, las economías populares, saberes locales y estructuras productivas, que hace referencia a los usos relacionados al trabajo con y sobre la bicicleta, que activan economías locales a nivel barrial, la configuración de oficios de alto valor cultural, y ecosistemas de valor a nivel urbano”, menciona el distrito.
También, resalta las estructuras organizativas y comunitarias, la emergencia de colectivos, colectivas, organizaciones que abogan por el derecho a una ciudad menos desigual y desarrollan procesos de apropiación del espacio público.
Por su lado, destaca, los usos y procesos políticos por parte de las mujeres ciclistas, que han logrado resignificar, descubrir y habitar el espacio público desde el activismo feminista y resistiendo a las violencias basadas en género. Por último, menciona, los campos de recreación, deporte y bienestar asociados al uso de la bicicleta que se reflejan en espacios como la ciclovía dominical, el ciclismo y la emergencia de deportes como el BMX, Dirty Jump y el Stunt.
Este aval representa un reconocimiento al aporte de la cultura de la bicicleta, que cada vez convoca con mayor fuerza experiencias vitales, identitarias y colectivas en la ciudad.