Ocho bandas musicales raras, muy raras
Lo hermoso de la música es que no tiene reglas. Por más que las academias impongan parámetros o por más que algunos aburridos se atrevan a dictaminar que es válido y qué no; la música solo necesita de sí misma para existir. A veces la disonancias, los errores, los juegos, las torpezas o las ganas de joder la vida, es lo único que se necesita para crear canciones alucinantes.
La basta historia universal tiene varios ejemplos de grupos que simplemente les dio por jugar para crear música rara, con conceptos a veces ridículos, pero divertidos, que nos obligan a cuestionar nuestras nociones sobre lo estético.
Algunas de estas bandas trabajan desde el virtuosismo y un conocimiento muy profundo de la técnica, la sonoridad, la producción y los instrumentos; otras desde el instinto, pero a todas las une las ganas de crear.
Para esos oídos curiosos, hicimos está lista de bandas raras, con canciones raras e historias aún más raras que sus sonidos.
Mugre
Este dúo es una de las mejores bandas que se han creado entre las grietas de los andenes bogotanos. Los Hermanos Bonil forman este experimento sonoro, hecho con instrumentos ensamblados por ellos mismos, quienes además cantan en lenguas inventadas y tienen como bandera la experimentación en todas sus formas.
The Residents
La historia de esta banda es tan curiosa como su música. Desde 1970 este grupo ha creado piezas experimentales que incluyen canciones, videos y performance en vivo, pero nadie sabe quienes son sus integrantes. Desde el anonimato, The Residents ha contribuído enormemente a la cultura del siglo XX, siendo influencia para cualquier cerebro frito. Además ¿alguna vez vieron esos cortos extraños que daban en Mtv? Pues The Residents se los inventaron.
Daniel Johnston
Una leyenda del underground ochentero, un músico honesto, empírico y atormentado por su cerebro. Daniel Johnston dejó todo por seguir su sueño de hacer música y en su estudio casero creó varias de las piezas más extrañas, ruidosas y hermosas del siglo XX. Lamentablemente padeció bipolaridad y eso marcó su vida, su carrera y su forma de relacionarse con el mundo. Daniel Johnston luchó contra muchos demonios, pero dejó un legado innegable.
The Shaggs
Dorothy, Betty, Helen y Rachel Wiggin son cuatro hermanas de Fremont, New Hampshire, que fueron obligadas por su padre Austin a formar una banda. Esto pasó a finales de los 60, cuando el hombre convencido de que sus hijas iban a ser famosas, las sacó del colegio y las forzó a aprender a tocar instrumentos y a tocar todas las semanas en un bar de la ciudad. Pero ellas nunca quisieron seguir ese sueño, a pesar de eso, Austin pagó por la grabación de un disco llamado Philosophy of the World, que está muy mal grabado y suena horrible, pero es un álbum de culto que incluso fue reeditado por el sello Rounder Records.
Grindmother
Esta es una banda de grindcore, rápida, agresiva, intensa encabezada por una abuela. La señora canadiense que ya tiene más de 70 años, se juntó en 2016 con su hijo para crear peculiar y extrema banda que ha sido furor en el bajo mundo del ruido e incluso ha dado varios conciertos por Norteamérica y Europa.
Hatebeak
Si una abuela les parece una vocalista peculiar para una banda de metal, esperen a escuchar a este trío de death metal, que tiene como vocalista es un loro llamado Waldo, cuyo parloteo es unido a unas guitarras muy distorsionadas y ruidosas. Sin bien Hatebeak nunca ha tocado en vivo, para evitar que Waldo se estrese, sí tienen varios álbumes de estudio al aire.
Okilly Dokilly
Esta es una banda de metal experimental tributo a Ned Flanders. Y eso es todo lo que se necesita decir al respecto.
The Body
Saturación, bajos densos y un voz que parece un chillido agónico configuran el sonido de este dúo que a veces se define con la versión más densa y pesada del doom metal, pero son más que eso, porque su estilo es indescifrable, caótico, angustiante y brillante.