Festival Estéreo Picnic 2023: lo bueno y lo malo de estos cuatro días
Terminó otra edición del Estéreo Picnic y todavía estamos procesando todo lo que vivimos durante estos cuatro días de música, los primeros cuatro en la historia del festival. Nos da gusto ver cómo cada año el festival crece, el público se conecta más con los artistas y se va forjando una cultura festivalera especial que hace único al Estéreo Picnic.
El balance general de este año es positivo, pero cada edición es distinta y todo tiene su parte buena y su parte mala. Eso es normal, nada es perfecto y por eso queremos resaltar lo positivo que tuvo esta edición del FEP, pero también las cosas que no funcionaron. No con el ánimo de quitarle importancia a la gran edición que vivimos, sino con el fin de tomar nota de lo que se puede seguir mejorando.
Construimos estas observaciones a partir de nuestra experiencia y de los comentarios de nuestros oyentes porque el Estéreo Picnic es de todas, todos y todes, y la idea es seguir uniendo esfuerzos para que cada año tenga más fuerza.
Lo bueno
El cartel
Como todos los años, Estéreo Picnic juntó grandes nombres nacionales y extranjeros que forman un abanico muy diverso de sonidos, en los que se junta la vieja y la nueva escuela. Aquí encontramos los nombres más relevantes del presente unidos a los que sentaron las bases. Vemos los artistas emergentes que crean el futuro de la música, junto a los clásicos inmortales y viajamos por todo el mundo con el sonido. Aunque por desgracia hubo cancelaciones como la de Blink-182 que dolieron un montón, aunque eso no opacó la enorme calidad de este festival.
La gente madrugó
Es muy bello ver que el festival se llene desde temprano porque eso se traduce en más apoyo para los teloneros que tienen la dura tarea de abrir estas tarimas que pueden ser muy intimidantes, pero con el calor de la gente se toca con más cariño y ganas.
El apoyo constante a las bandas nacionales
Durante los cuatro días las bandas locales tocaron frente a un público entregado que cantaba y bailaba todas las canciones. Incluso en momentos en los que en la tarimas grandes estaban tocando las cabezas del cartel, siempre hubo mucho público para los artistas del país y nos alegra mucho ver tanto amor para los sonidos colombianos.
Buen sonido y grandes apuestas en tarima
Una de las cosas que más nos emociona de este festival es que los artistas preparan los mejores shows posibles. Tanto extranjeros como locales se esfuerzan por dar presentaciones memorables y todos los conciertos que vimos no solo tuvieron grandes puestas en escena sino buen sonido, lo que agradecemos enormemente.
Los mensajes del Estéreo Picnic
Si por algo se caracteriza el festival es por crear una atmósfera distinta y apartada de lo común y corriente. Desde consignas como “Aquí y ahora”, hasta “Un mundo distinto” en los spots más instagrameables, hasta presentaciones de artistas que reforzaron la importancia de bailar juntos. El FEP 2023 se caracterizó por regalarnos premisas y mensajes que seguramente serán un motor para lo que queda del año.
La presencia de Oasis y de Échele Cabeza
Oasis es un proyecto que se creó para garantizar espacios seguros, libres de acoso y en los que la fiesta no se salga de control: ese fue un punto enorme a favor del festival este año con la inclusión de la Red Comunitaria Trans que le daba además una perspectiva de género al espacio... por lo que que seguramente en siguientes ediciones podrá ser más grande y ojalá con más carpas distribuidas en todo el espacio.
Además la presencia siempre necesaria de Échele Cabeza sirvió para seguir poniendo sobre la mesa la importancia de ver el consumo de drogas y alcohol con lupa. Así, con el servicio de análisis de sustancias, unas carpas de recuperación para malviajes y un equipo siempre dispuesto a ayudar sin juicio ni moralismos, Échele Cabeza se merece todos los aplausos. Y si hablamos del mínimo vital de agua: ¡qué buena iniciativa para no deshidratarnos ni quebrarnos con agua a $ 10.000!
Lo malo
Los baños
Es claro que es difícil mantener un buen aseo en los baños de un festival al que asisten miles de personas y en el que la lluvia se mezcla con el barro y deja como resultado una imagen sugestiva: la de un lodo en el que te entierras mientras caminas... pero el nivel de suciedad aquí rebosó lo inimaginable. Tanto los baños desbordados como los olores nauseabundos de principio a fin del día dejan mucho que desear, sobre todo teniendo en cuenta que en ediciones anteriores la letrinas estaban en mejor estado.
Los precios elevadísimos
Sobrevivir con poquito dinero en el Estéreo Picnic es una tarea titánica. Un plato de almuerzo puede costar en promedio $ 30.000, el parqueadero en promedio $ 60.000 y un tinto no baja de los $ 6.000. Esto, más los precios de las boletas hacen que estar en el festival y vivir la experiencia completa siga siendo algo poco accesible para todos.
Una idea de inclusión que a veces confunde
El Estéreo Picnic se reconoce por tener ideas que aluden a la inclusión y eso está muy bien, es un esfuerzo al que más festivales y espacios culturales deberían apostarle, pero, ¿qué tan real es esto más allá del discurso?
Con un baño para personas no binarias, pero con filas divididas en la categoría de hombres y mujeres o filas en los otros baños segmentadas igual, acá la pregunta es si realmente hay una pedagogía de género a quienes tienen la ardua labor de mantener el orden en el espacio o si es solo una idea que vende.
También una reflexión sobre el acceso que tienen las personas con movilidad reducida al festival deja muchas preguntas abiertas. Sí, de pronto es difícil que de entrada se adecúen todos los espacios y escenarios, pero ante preguntas de personas con movilidad reducida como Margarita, ¿no pueden los organizadores pensar en formas de mejorar la experiencia y hacerla más inclusiva? ¿Cómo es posible que la comunicación demuestra una visión tan inhumana cuando se trata de un festival que vende la idea de “un mundo distinto”?
El consumo irresponsable
Si bien la carpa de Échele cabeza cada vez es más importante y necesaria, la cultura de consumir sin medir consecuencias sigue estando muy presente y esto es un problema porque entre el frío, la lluvia, el cansancio una persona que no mide su consumo no solo puede pasarla mal, sino que realmente puede poner en riesgo su vida. Esto, sin contar el mal rato que le causan a sus parches y al resto de los asistentes.
Es hora de tomar conciencia sobre la importancia de un consumo responsable y para eso, ya existe toda una pedagogía, consejos para llevar el malviaje y varias pautas que marcan la cultura de consumo responsable.
Los problemas de información
Conocimos varias personas a las que les dijeron una cosa y pasó otra. Como personas a las que se les aseguró que iba a haber dónde guardar los cascos de las motos y resultó que ese espacio no existía. También hubo confusión respecto a los horarios, la ubicación de los escenarios y la distribución del espacio, porque si bien hay una aplicación, es poca la señal que hay en el festival. Además muchos extranjeros no pudieron usar sus tarjetas de crédito y no encontraron soluciones a ese problema.
La aparatosa salida
Entendemos que es difícil que decenas de miles de personas salgan al mismo tiempo de un lugar sin generar caos, pero hubo momentos tensos, como cuando se cerró el escenario principal y la multitud solo tuvo un espacio angosto para salir. Se podrían habilitar más salidas una vez finalizadas las presentaciones… Y respecto al trancón lo mejor es llenarse de paciencia y colaborar para que sea lo menos traumático posible.
Los robos y atracos en el festival
Según cifras de la Policía Nacional se recuperaron más de 50 celulares robados durante los cuatro días de Festival, pero hubo muchos reportes de hurtos. Incluso varios medios como El Tiempo evidenciaron que hubo casos de atracos con cuchillos, lo cual es muy grave teniendo en cuenta que la idea del FEP es crear un gran espacio seguro de gozo y euforia.
La precariedad de la carpa de prensa
En festivales como este, en los que la boleta no la puede pagar todo el mundo, la prensa cumple una labor importantísima. Esta es muchas veces la ventana a través de la cual miles de personas se conectan con el momento a momento de las presentaciones, las contingencias y en general, con las sensaciones de aquellos que tienen la fortuna de asistir.
Por eso es desafortunado que el primer día del festival, la carpa de prensa se quedara sin internet y también que por su tamaño no hubieran sillas suficientes para todos los reporteros de distintos medios y países y espacios cómodos para entrevistar a los artistas.