60 canciones de un minuto para licuar cerebros
La belleza de la música es que esta no necesita reglas para existir. Todo convenio, toda norma impuesta por unos solapados académicos en un arcaico conservatorio se puede romper porque el sonido es libre. No necesita prisiones estéticas, ni seudo eruditos dictaminando qué es válido y qué no. Es cuestión de coger un instrumento y ser libre.
Así como una sinfonía de una hora con tres movimientos, una orquesta y un coro pueden ser sublimemente hermosos, también lo pueden ser 60 segundos de pura intensidad, distorsión y gritos. Y de hecho, no necesitan ser hermosos, solo necesitan ser, solo necesitan gritar.
Mientras unos tercos insisten en solo buscar el virtuosismo, otros dementes solo buscan la emoción de crear. Crear algo horrible, pero al fin y al cabo crear. Y con esa abominación desafiar, cuestionar, ofender y romper toda norma ¿Acaso de eso no es de lo que se trata el rock?
Al fin y al cabo qué importa el rock, porque entre la distorsión y la velocidad está la pasión y esa pasión ha dejado una serie de culturas muy intensas y creativas a lo largo de los años. Punk, grindcore, crust, D–beat, noise core, son algunos de los sonidos que corren por la venas de varios cerebros inquietos que saben que con un minuto se puede crear todo un universo.
De todas formas, si la vida se puede acabar en un segundo, porque no bailarse con una sonrisa y lanzando puños una canción que dura 60. La velocidad es pura adrenalina, puro desahogo de la furia y una forma de fastidiar a absolutamente todo y a todos.
Por eso armamos esta lista que recopila 60 bandas de distintos países y épocas que tienen en común tocar rápido. Desde los pioneros como Repulsión, Napalm Death o Brutal Truth, pasando por representante más contemporáneos como Wormrot, Looking For an Answer o InsectWarfare, e incluso repasando la incorrección y el deseo de destruirlo todo expreado por bandas como Anal Cunt o Unholly Grave, esta hora está llena de una intensa curadoria llena de sorpresas.
La locura psicodélica de Melt Banana, el deslumbrante estilo de The Locus, la brutalidad de Chulo, el color de Los Maricas, la apuesta política de Minor Threat. Aquí hay de todo un poco para quienes se atrevan a dejarse sorprender. La única condición es que se reproduzca muy duro.
Algunas canciones duran poco menos de un minuto, otras poco más, pero juntas arman 60 minutos de pura diversión.
Disfruten del delirio.