Los conciertos en streaming: ¿el futuro?
Vivir el pogo no es igual que verlo por streaming, el reto de los festivales y los eventos está en pensar las condiciones de las transmisiones y la producción del mismo, hay que mejorar a nivel técnico el audio y vídeo para que la experiencia sea monetizada.
Con el declive de la industria musical en años recientes han comenzado a surgir nuevos servicios que buscan usar la tecnología a favor de la industria ‘inventando’ nuevos modelos de negocio para fortalecer el sector de los espectáculos musicales.
La crisis de la venta de música en físico obligó a los artistas a girar cada vez más, a visitar lugares que nunca antes contemplaron en sus giras y/o algunos a los que simplemente habían decidido ignorar; esa crisis del sector artístico fue una ganancia para los seguidores en lugares remotos. El ‘tercer mundo’ fue siendo incluído de forma recurrente en las giras de los más grandes artistas de la escena mundial y ‘las industrias’ de otros países fueron creciendo. La de Colombia es ejemplo de esto.
A causa de esa crisis hemos presenciado, a un ritmo cada vez más acelerado, el crecimiento de la apuesta por el streaming de conciertos; los beneficios que este modelo puede generar al sector son bastante amplios, tener una audiencia ‘infinita’ es sólo uno de ellos y es quizá el más explorado ya que se da de forma natural en el mundo digital. Ya no importa qué tan lejos estés del lugar donde se realizan los shows, Londres, México, Barcelona, Tokio, Cuba, Sydney, Nueva York... gracias a este servicio hemos podido ver shows de nuestros artistas favoritos desde nuestras casas frente al computador o con el celular en la mano.
A través de Culturebox, la plataforma de streaming de la televisión nacional francesa dedicada a la cultura y el arte digital, hemos visto durante algunos años, gratuitamente, la transmisión de Sónar Barcelona (festival que además de poner a disponibilidad del mundo entero más de 50 conciertos completos, ofrece contenidos una vez terminado el evento). Más de 630 espectáculos en directo al año ofrece la plataforma, y así como éste hay muchos otros ejemplos de emisiones en streaming de eventos tanto profesionales como promocionales o publicitarios que permiten alcanzar mayor audiencia incrementando la visibilidad y la actividad en torno a las marcas (bandas, festivales, eventos) en múltiples redes sociales.
Pero, ¿es el streaming el futuro? Sin duda se ha convertido en una nueva tendencia y los artistas y los organizadores de espectáculos sabrán encontrar en este servicio más oportunidades de negocio que pérdidas si se aventuran a la exploración de un negocio basado en publicidad con el que cuentan de entrada con una audiencia cientos de veces mayor a la capacidad de los los recintos donde se realizan los espectáculos.
En una discusión alrededor del tema realizada en la pasada edición de BOmm quedaron más preguntas que respuestas. El tema incluso puede tocar sensibilidades de aquellos que no cambiarían por nada en el mundo la experiencia de un show en vivo. Pero que quede claro que nadie está diciendo que contemplar el streaming como ‘el futuro’ implique la anulación de los espectáculos en vivo, este será, desde mi punto de vista, sólo un nuevo campo del negocio de la música, y tanto artistas, como empresarios y consumidores, se verán beneficiados. Pero la monetización será el gran reto.
En Colombia hemos tenido la experiencia de ver festivales nacionales transmitidos vía streaming; por parte del sector público hemos visto transmisiones de varios de los festivales al parque organizados por IDARTES, y por lado de las ofertas privadas, vimos (no en su totalidad) la transmisión del Festival Etéreo Picnic 2017. Pero en lo que mencionaremos a continuación radica el éxito de la monetización: todos estos festivales transmitidos en Colombia han tenido una producción para televisión y no para internet. La producción de streaming de conciertos tiene otras exigencias y si el sector considera a futuro la monetización de estos contenidos, el reto estará en su calidad y la experiencia que puedan ofrecer a los usurios que son, desde ya, clientes potenciales.
Otra experiencia, ésta sí pensada para web, ha sido la del Concierto Radiónica, que durante 6 años ha transmitido vía streaming el evento más grande de la radio pública colombiana, pero la monetización no está contemplada en este sector; y sin tener la más mínima intención de mirarme al ombligo, considero que la experiencia adquirida en producción y realización de streaming de conciertos por parte de Radiónica puede ser, sin miedo a equivocarme, la más cercana del país a la realización de streaming de espectáculos a nivel profesional.
A nivel mundial tenemos aparte del gigante YouTube a Moscham, fundada en Australia en el 2007, Overture comprada posteriormente por Yahoo en 1.6 billones pasando a ser Yahoo Search Marketing, Living Indie en Reino Unido, Soundhalo (con Thom Yorke y Nigel Godrich detrás) y Go Music con aliados para su lanzamiento como Sony Music, Sony Network, Samsung, Movistar, Personal, Telcel y TVX. Todos estos y muchos otros ofrecen una combinación perfecta de producción de contenidos y tecnología, una experiencia que focalizada en la música tiene a futuro más ganancias que pérdidas. En Argentina también se puso en marcha el año pasado Pleyou, una plataforma que ofrece shows en vivo y por demanda, así como live chat con artistas, y experiencias interactivas con videos en 360 grados. Si revisan el historial de estas empresas notarán que como en todo emprendimiento, el perfeccionamiento del servicio a ofrecer no llega sin experiencia previa, aspecto que va ligado a la puesta en marcha de un modelo de negocio que comienza a expandirse por el mundo entero donde la publicidad, la distribución y la ampliación del catálogo llegan después de mucho experimentar y aprender.
El streaming puede traer muchos beneficios y no hará falta ser una de las bandas más grandes del mundo para beneficiarse de esto. El camino ya está trazado. Colombia y el crecimiento notorio de su ‘escena musical’ y la puesta en marcha por la construcción de una industria deberá ver en este modelo de negocio una herramienta y una forma de adaptarse a los grandes cambios que ha sufrido el negocio de la música en los últimos años.
El streaming no busca reemplazar la experiencia de estar en vivo en una sala de conciertos pero su objetivo en mira a la monetización deberá recrear lo mejor posible la experiencia de la música en vivo y en directo, por ello los retos técnicos son muchos, la calidad de la imagen y el sonido son sólo un aspecto de la experiencia que deberá ofrecerse a los usuarios.
Como ven hay un nuevo campo de acción y todo está por hacer...