En Bogotá las paredes vuelven a sudar punk
El pasado 4 de Marzo, el Auditorio Lumiere le abrió las puertas al Punk. Diógenes, Los Suziox y Triple X fueron los encargados de presentarse en la segunda edición de El Virus Se Propaga en donde hasta las paredes sudaron.
Desde las 4 de la tarde, la carrera 14 entre calles 85 y 86 recibió cientos de crestas, parches de tela, pantalones entubados y chaquetas con taches hechas a mano que anunciaban la llegada de una tarde llena de sonidos estridentes, energía desbordada y resistencia socio-cultural.
Desde un principio fue evidente que el sitio no tenía suficiente espacio para albergar la gran cantidad de gente que hasta se tuvo que turnar para ver las bandas. Lo que puso en evidencia que a pesar de la buena gestión de algunos lugares para conciertos, aún hacen falta espacios de capacidad media que puedan recibir espectáculos de diversos géneros musicales.
Hacia las 4:30 de la tarde, el escenario del Auditorio Lumiere prendió sus equipos para que Diógenes comenzara una descarga de Punk-Hardcore perfecta para calentar el ambiente y establecer los lugares para poguear o para ver las bandas con más tranquilidad. Presentando su más reciente álbum Historias Capitalinas, la agrupación bogotana hizo un recorrido por diferentes historias que caracterizan la vida en las calles en Bogotá: la inseguridad urbana, la hostilidad de la noche, la violencia en el fútbol y hasta el mal uso de la tecnología, son algunas de las denuncias sociales que empapan la propuesta de Diógenes, letras que son completadas por una base rítmica clásica del punk latino desde los años 80; llena de distorsión, voces rasgadas, baterías enérgicas y bajos punzantes perfectos para que el auditorio, a reventar, pogueara.
Luego de esta descarga de realidad capitalina, fue el turno para una de las bandas más importantes de la escena del Punk en Medellín que con más de 15 años de existencia ha dejado un legado importante en la ideología del D.I.Y. (Do It Yourself/Hazlo Tu Mismo): Los Suziox.
Con un toque de 20 canciones, entre las que se destacaron clásicos como Armas Silenciosas, Perfección o Dios Tv, la agrupación antioqueña le regaló a Bogotá uno de los mejores conciertos de punk que se han visto en la ciudad.
La increíble entrega de Andrés Ocampo, vocalista de Los Suziox, es sin duda uno los diferenciales que logra conectar a los asistentes con la realidad de los jóvenes colombianos. Y es que, a pesar de su origen antioqueño, Los Suziox es una de las pocas agrupaciones que logra transmitir vivencias generales de todo un país en sus letras.
Para destacar, el amor del público bogotano por una banda de Medellín, lo que demuestra que en los últimos años se ha eliminado esa brecha social que existió desde la década de los 80, cuando los públicos del punk y el metal de las diferentes ciudades del país solían tener diferencias y sólo consumían las bandas de su región.
Asimismo, esto demuestra cómo hemos aprendido a identificarnos y a convivir en la diferencia, respetando al otro sin importar de dónde viene o cómo se ve. A pesar de que hubo más asistentes de lo que el sitio podía soportar, no se armó ningún pleito, al contrario, se respetó el orden de llegada, con conciencia de lo público, lo justo y de los alcances de la libertad.
Luego llegó el turno para que Triple X tronara los amplificadores. Con un sonido más cercano al Rockabilly, al Surf y al Garage, estos bogotanos no bajaron el nivel y lograron cerrar la tarde con mucha energía y un pogo que nunca paró. La suciedad y el carácter directo de sus letras, se acompañaron de ritmos más fiesteros y de celebración punkera, sin dejar a un lado el reclamo a las injusticias sociales y políticas.
¡El Punk no ha muerto! Quien piense lo contrario debería seguirle la pista a este circuito que cada vez convoca más público y bandas nuevas que se reúnen alrededor de un género musical y de causas sociales que buscan generar cambio y revolución.
Inconformidad y resistencia frente a lo establecido -al poder y la sociedad- es parte de lo que reúne a cientos de amantes de los sonidos pesados. ¡Larga vida al Punk!