El teatro en Urabá, un instrumento de paz
Esta es la historia de cómo un grupo de jóvenes antioqueños decidieron luchar contra todo pronóstico por su proyecto cultural y artístico.
Cuando decidí escribir este texto tenía muy poco conocimiento sobre la región del Urabá, había pensado en visitarla pero por cuestiones de facilidad y acceso, siempre terminaba yendo hacia otros lugares del país. Después de indagar y aprender sobre su historia, su gente, su geografía y su cultura, afirmo y grito a los cuatro vientos que esta región será mi próximo destino.
Urabá, una tierra de colores y tesoros naturales, de banano y de plátano, de bullerengue y folclore colombiano, y de deportistas de talla olímpica, fue víctima del conflicto armado por más de 20 años; el miedo, la violencia y la incertidumbre fueron las protagonistas de esta época que llevó a sus habitantes a buscar por sí mismos esperanza, tranquilidad y paz.
Pero, ¿por qué esta tierra verde con gente querendona, alegre y pujante pudo haber sufrido tanto tiempo? según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), “esta ubicación geográfica favorece el tráfico de armas, insumos químicos y drogas ilícitas con Centroamérica y Panamá; un territorio estratégico porque sirve de zona de refugio y de corredor al suroeste y bajo Cauca antioqueño, el Valle del Sinú y el Nudo de Paramillo”.
Mientras buscaba sucesos importantes que hubieran dejado huella en la vida de los urabaenses durante este tiempo de guerra, me encontré con un nombre que denotaba tranquilidad en su gente y en su tierra: Pueblo Bello, me causó curiosidad y me dirigí al buscador para saber más sobre esta zona del país, pensaba encontrar información acorde a su nombre pero fue todo lo contrario, Pueblo Bello había sido una víctima más del enfrentamiento armado.
“Esta es mi linda Urabá… queremos paz no la guerra, queremos paz” es el estribillo que repite y canta con fuerza Edwin Yesid Morales, actor del grupo teatral de la Corporación Cultural Camaleón, en medio de la presentación teatral Erase una vez, Pueblo Bello, una obra que retrata y trae a la memoria de todos una masacre que generó pánico, desolación e inseguridad en los habitantes de la región urabaense la noche del 14 de enero de 1990.
La Corporación Cultural Camaleón de Urabá nació en el año 2001 en pleno pico de violencia gracias a la licenciada y maestra María Victoria Suaza en el municipio de Apartadó, éste era el punto de encuentro de muchos jóvenes que querían aportar un grano de arena al progreso y reconocimiento de su región, “Desde el arte los jóvenes empezaron a encontrar una nueva posibilidad de expresarse en medio de la violencia; los jóvenes que definitivamente no querían entrar a ese conflicto armado, vieron en el arte esa ‘Casa Segura’, ese hogar que les ayudaba y les daba seguridad, es más, gracias a esta iniciativa muchos jóvenes se salvaron de ir a la guerra” nos cuenta David Ramírez, coordinador del centro comunitario Camaleón Urabá.
A pesar de que el conflicto en Colombia se llevó gran parte de los recursos económicos del país, los jóvenes del Urabá lucharon por conseguir recursos para poder continuar con la iniciativa que había comenzado María Suaza y fue así como los jóvenes motivados por esta nueva iniciativa empezaron a buscar maneras de gestionar y generar sostenibilidad financiera y concretar un lugar estable para el proyecto.
Desde entonces, el teatro ha sido ese medio de expresión con el que los jóvenes de la región han transformado sus emociones y se han sumado a la construcción de memoria histórica del Urabá antioqueño. Hoy por hoy, el voz a voz de la comunidad les ha permitido crecer y construir paz llevando historias, sentimientos y experiencias significativas.
Diariamente en la región del Urabá se construyen estrategias de cultura con los líderes de cada institución artística y con las personas de la zona para hacer parte de la construcción de paz más allá de las palabras. Conversar es todo un Arte, es un proyecto que construye paz desde la comunidad y los líderes de la región con el ánimo de ser escuchados, el Bazar Comunitario, por su parte, es un espacio de trueque en donde los habitantes logran aprender y disfrutar del mundo del teatro, y por último, el Titiriteatro, otro proyecto que cuenta con el apoyo de diferentes grupos teatrales del país que viajan a la región del Urabá para mostrar sus piezas de arte y transmitir a los demás su historia y realidad.
Hoy, después de más de 20 años de violencia en la región antioqueña, la música, el teatro y el arte se han vuelto parte fundamental al momento de construir paz, transformando esos sentimientos de miedo, violencia e incertidumbre en esperanza, tranquilidad, y paz. Ahora, los jóvenes de esta región han realizado ese proceso de saneamiento espiritual y visibilizan el futuro con otra mirada, con ojos de paz y reconciliación.