Después de la guerra
¿Estamos nosotros de este lado preparados para recibir y convivir con quienes siempre hemos visto en el marco de la guerra como ‘enemigos’?
Después de la firma del Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de la paz estable y duradera llevada a cabo en La Habana, Cuba y luego de iniciado el proceso de dejación de las armas por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, se dio inicio al desplazamiento de las FARC-EP con su armamento individual a las Zonas Veredales transitorias de Normalización que tienen como objetivo garantizar el Cese al fuego y la Dejación de las armas e iniciar la preparación para la reincorporación de las FARC a la vida civil y su tránsito a la legalidad. Son 26 zonas veredales que contienen varios campamentos y equivalen a menos del 0,1% de las más de 30 mil veredas que tiene el país.
Pues bien, el pasado viernes 7 de abril un grupo de jóvenes estudiantes universitarios provenientes de diferentes instituciones educativas de la ciudad de Bogotá y liderados por Rafael Alejandro Mendoza (foto principal), perteneciente al Comité de Paz del Consejo Estudiantil de la Universidad de Los Andes, viajaron a San José de Oriente, corregimiento del municipio de La Paz, a 40 minutos de Valledupar en el departamento del Cesar a un encuentro con los guerrilleros en proceso de reincorporación.
¿El objetivo?
En compañía de Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, 18 estudiantes de diferentes programas de La Universidad Nacional, Los Andes, Distrital, Rosario, Piloto, Libre y La Salle de Bogotá, realizaron un acercamiento a 60 guerrilleros del Frente 19 y 41 de las Farc que hoy por hoy se encuentran en la Zona Veredal de San José de Oriente, a la que ellos, los más de 200 guerrilleros que la habitan, han nombrado Simón Trinidad.
Allí, en una zona aún en proceso de construcción, las Farc cuentan con un espacio abierto a la población civil en donde se realizan eventos no sólo culturales sino académicos. Antes de esta visita proveniente de Bogotá, realizaron un encuentro en torno a la celebración del Día Internacional de la mujer, la cual fue rememorada y comentada con entusiasmo por parte de los guerrilleros, pues sus acercamientos con la población civil tienen un gran valor para ellos. Son espacios en donde tienen la oportunidad de mostrarle a quienes siempre los han visto en medio de un contexto de guerra, las personas que hay detrás de las fuerzas armadas, esas que hoy, después de mucha sangre de lado y lado, han decidido dar inicio a un proceso de paz que ilusiona, porque para ellos, las armas han dejado de ser una opción y lo están demostrando con hechos.
Más allá de las intenciones académicas y de las actividades que el grupo de estudiantes tenían preparadas para socializar con las Farc, el encuentro se fue tornando en un espacio de compartir, de escuchar y ser escuchado.
El evento, para el cual se generaron varios grupos cada uno con una cuota de guerrilleros, estudiantes de Bogotá y estudiantes de la Universidad Popular del Cesar, tenía como objetivo la construcción de una línea de tiempo en la que cada participante aportaba desde sus experiencias, momentos que hubieran marcado un antes y un después en sus vidas; un evento recurrente en varias de las historias de vida de quienes hacían parte, fue el que vivió Colombia durante el Plebiscito del 2 de octubre de 2016.
Gladys Narvaez, guerrillera, confesó entre lágrimas haber perdido a su padre aquel día a causa de los efectos del triunfo del ‘No’: “él tenía tantas ganas de que la guerra terminara para volver a verme que ese día murió”.
Sin duda esta guerra nos ha afectado a todos. Alejandro Mendoza, estudiante de Derecho de la Universidad de los Andes, confesó haber perdido a su abuelo: "mi abuelo fue asesinado por la guerrilla cuando yo tenía 11 meses y yo de pequeño a lo que más le tenía miedo era a ellos”. Pero él, a pesar de ser una víctima directa de este largo conflicto, ha liderado procesos con el fin de articular, promover, ejecutar y organizar actividades e iniciativas que propendan por la discusión crítica y la construcción de paz y no sólo al interior de la universidad a la que pertenece, pues viajó al Cesar con el objetivo de conocer el otro lado de la guerra y tener un acercamiento con quienes en algún momento le hicieron daño a su familia, haciéndolo bajo el contexto actual en el marco de un acuerdo de Paz que ya está en marcha, que es una realidad, nuestra realidad: “Poderlos conocer fue una cosa muy especial, ver los matices que hay detrás de cada ser humano fue fundamental, de ellos hacia nosotros y de nosotros hacia ellos. Por eso es importante seguir teniendo este tipo de ejercicios, creo que eso nos permite que así no compartamos su visión de país, sí podemos entender que hay que dejar los discursos del odio a un lado y, a partir de ahí, construir un país sin más violencia".
¿Estamos nosotros de este lado preparados para recibir y convivir con quienes siempre hemos visto en el marco de la guerra como ‘enemigos’? Les presentamos a continuación a Eduard Acosta y Gladys Narvaez, dos guerrilleros de la Zona Veredal de San José de Oriente en el departamento del Cesar:
Eduard Acosta
Yo ingresé a las Farc el 16 de abril de 1995. Conocí la guerrilla y me llamó la atención, tenía 14 años de edad e ingresé por gusto propio, no fue obligatorio ni nada por el estilo, uno a las Farc viene por gusto propio. Ingresé y con el paso del tiempo fui conociendo los estatutos, nuestra política, cómo tiene que ser un guerrillero y todo lo demás, así fue cómo me convencí de que el único camino para tener un cambio en la política colombiana era llegar a las Farc, y en todos estos años que llevo en la guerrilla he sabido sortear algunas situaciones, he conocido mucho, he aprendido bastante... cosas buenas, nosotros decimos que las Farc es la universidad de la vida, aquí ingresa uno sin saber leer ni escribir y aprende, aprende porque aprende, así no quiera tiene que aprender a leer y escribir, a saber tratar la población civil, saber tratarse entre guerrilleros, saber expresarse, el respeto también es algo fundamental entre nosotros, somos seres humanos y tanto hombres como mujeres tenemos que sabernos comportar frente a la población civil y frente al enemigo, que aunque seamos enemigos de clase, también nos respetamos.
¿Cómo llegaste a los acuerdos que el Gobierno Nacional y las Farc firmaron en La Habana? ¿Cómo fue el proceso de socialización a nivel interno?
Aquí uno estudia diariamente y desde que comenzaron los acuerdos, desde antes que salieran a la luz pública, acá ya veníamos estudiando los acercamientos exploratorios con el anhelo de que la cosa cuajara, de que realmente se asentara tanto las Farc como el Gobierno a solucionar los problemas sociales que existen en el país. Aquí todo documento que iba saliendo de La Habana lo íbamos estudiando, haciendo el análisis. También somos críticos y autocríticos, si no estábamos de acuerdo con algún punto o queríamos claridad, exigimos, porque somos integrantes de las Farc y si no estamos de acuerdo con algo podemos decirlo y solicitar claridad, si se está equivocado, listo, pero todos los documentos los estudiamos.
¿Estuvieron de acuerdo con los cambios, ajustes y precisiones del nuevo acuerdo final?
Le hacía falta algo a los primeros puntos y el segundo acuerdo encierra un poquito más. Y de todas maneras cuando comenzaron los diálogos se hablaba de que habían quedado algunos puntos pendientes, pero se fueron llevando poco a poco. Me parece que el acuerdo final está claro y lo que falta es la implementación. Que se cumplan.
¿Cómo describes el proceso de preparación para la reincorporación a la vida civil?
El estudio es algo permanente, hacemos el debate de noticias tanto nacionales, regionales e internacionales con su respectivo análisis y debate. Estamos en estudio diario. En este momento se están dictando unos cursos a través del SENA sobre las TICs y Agroecología. Nuestro día a día sigue siendo el mismo, cuando hay deporte hacemos deporte y así sucesivamente nuestro trabajo diario. Estamos esperando a ver qué sigue de acá en adelante.
¿Puede ingresar personal civil a las Zonas Veredales?
En este momento estamos en 3 partes, en nuestro campamento en la parte de atrás de la Zona Veredal, luego viene la Zona Veredal (ZVTN) y ahí seguido está el Punto de Recepción: todo aquel que quiera venir a conversar con nosotros puede hacerlo libremente llegando al Punto de Recepción, pero de la cerca donde comienza la ZTVC no está permitido el ingreso a la población Civil. Acá hacemos pedagogías de paz y llega mucha gente, el evento del pasado 12 de marzo fue bastante importante, llegaron aproximadamente más de 500 mujeres acompañadas de caballeros, hubo bastante actividad, deporte, danza, actos culturales. Todo aquel que quiera puede llegar.
Gladys Narvaez
Yo vivía en la Sierra Nevada de Santa Marta, un pueblo más allá de Valledupar llamado Atánquez (una de las doce comunidades que integran el Resguardo Indígena Kankuamo). Mi familia es muy pobre y yo nada más hice hasta segundo de primaria, mi papá era muy pobre para darnos estudio a 10 hermanitos. Conocí las Farc y no vi otra alternativa sino ingresar después de todas las explicaciones que nos daban de la lucha de un pueblo por una justicia social para que hubiera más bienestar para el pueblo colombiano, desde ahí ingresé a las Farc, tenía 14 años, ya hace 26 años. Desde eso estoy aquí, me siento muy contenta, me siento orgullosa de ser guerrillera de las Farc.
¿En qué cambió tu vida después de ingresar a las Farc?
No cambió mucho, siempre sufrí viendo a mis papás preocupados por brindarnos bienestar a los niños y no podían con ese esfuerzo. En la guerrilla he conocido cosas muy grandes, esta organización está luchando por todo un pueblo. Han quedado muchos compañeros a lo largo y ancho de este camino buscando un cambio. Ahora vamos a ser una sociedad más y si nos dieron esta oportunidad la vamos a aprovechar para que el pueblo colombiano conozca en sí lo qué es nuestro movimiento, qué es nuestra organización. Nosotros no somos unos monstruos, no tenemos pelo, no tenemos rabo, no; nosotros somos unos seres humanos, que venimos de la clase baja es distinto. Siempre en eso se ha basado la guerra, los soldados vienen de la clase baja, los guerrilleros de la clase baja, porque ningún hijo de presidente ha ido al monte, siempre nos matamos entre hermanos y eso ha sido una equivocación. Siempre soñamos con esto, con que se diera la paz, no más guerra, son 53 años de lucha y hay muchas heridas que curar.
¿De qué te ha privado la guerra?
La guerra me privó de mi hijo: yo tuve un niño aquí dentro de la guerrilla y me tocó entregarlo, dejarlo, la guerra me privó de ser madre. En este momento lo encontré, 24 años después lo encontré y me aceptó como madre, eso es algo muy importante para mí; no me dio un infarto porque estaba recostada a un palo, lo conseguí por redes sociales, yo no sabía en dónde estaba, no recordaba en dónde lo había dejado y no me daban razón de él porque ya él era libre. Pero lo encontré, le expliqué la situación y me aceptó como madre, como lo que soy. Él en este momento no hace parte de las Farc pero está de acuerdo con esta organización porque viene de la clase baja.
¿Cómo ocurre dentro de las Farc eso de desprenderse de sus hijos?
Uno tiene derecho a tener sus hijos, pero uno como guerrillera es consciente de no poder tener el bebé porque uno tiene su fusil, su equipo, anda marchando, cambiándose de área. Yo era consciente de que aquí adentro no podía tener a mi hijo, me tocaba dejarlo en una parte, fue muy duro, es algo muy difícil, pero yo estaba consciente de la situación.
¿Qué pasó con tu familia? ¿Sostuviste comunicación durante todos estos años con ellos?
Es algo muy teso, entré a las Farc y hasta pasados los 2 años tuve comunicación con ellos. Luego perdí la comunicación hasta ahora en el proceso de Paz. Si yo llamaba a mis papás en seguida iban los paramilitares y me los mataban. Hasta ahora yo supe de mis padres, lo de mi padre fue una sorpresa cuando me dijeron que había muerto el 2 de octubre. Su sueño siempre fue verme, siempre dijo que yo fui la más guapa de la casa por haber escogido este camino y estaba mirando la televisión y quedó sentado cuando ganó el ‘No’, murió.
¿Hay machismo dentro de las Farc?
Dentro de las Farc no hay machismo. Aquí guerrilleros y guerrilleras somos todos por igual. Trabajamos todos por igual. No he visto ni sentido machismo. Los hombres son muy amables y trabajamos como un puño, como hermanos, como familia. Dentro de la sociedad, afuera, en las ciudades, sí hay bastante. Vienen muchas cosas que son nuevas para nosotros pero a todo eso nos tocará enfrentarnos y acostumbrarnos, para eso estamos. Y con la ayuda de quienes vienen a dialogar con nosotros, es mejor para aprender.
¿Qué será una novedad para ti al volver a ser parte de la sociedad? Ya me dijiste que ir a cine no lo será…
Para mí como guerrillera será una novedad ver gente comiendo en los basureros. Ver morir en los hospitales a personas esperando a que los atiendan. Para mí eso va a ser una novedad porque aquí todo es distinto.
Aunque la construcción de la Zona Veredal estaba para el día de esta visita a San José de Oriente en un 30%, los guerrilleros de las Farc se mostraron optimistas y a la espera de la implementación de un acuerdo que ya está en marcha.
La invitación es a mantenerse informados de los procesos de este proyecto nacional que nos vincula a todos y cada uno como ciudadanos en la construcción de un futuro en paz dentro y fuera de la ciudades.