Surfeando hasta Tokyo
La elección del surf como uno de los nuevos deportes olímpicos a practicarse en Tokyo 2020 fue más que acertada, si de atraer al público joven se trata. Colombia ya está comenzando su camino para participar en el país del sol naciente, y tiene con qué.
Recordemos que el Comité Olímpico Internacional aprobó la llegada de 5 nuevas disciplinas deportivas a los JJOO que se disputarán en territorio nipón: béisbol/sóftbol, escalada deportiva, kárate, skateboard y surf. Este último de gran aceptación en nuestro país y practicado profesionalmente en el exterior por compatriotas como Simón Salazar, de gran suceso.
La idea es que el surf olímpico incluya en competencia a 20 hombres y 20 mujeres en la modalidad de tabla corta (shortboard). Sin embargo, para llegar a los Olímpicos necesariamente debe arrancar un proceso serio y riguroso, por lo menos para el caso colombiano. Y se está haciendo. El próximo 25 y 26 de marzo se hará en Playa De las Velas, en Cartagena, la II parada nacional de este deporte que ya tuvo su primera salida en San Bernardo del Viento, Córdoba, con interesantes resultados.
Simón Salazar, surfista colombiano. Foto tomada de surfinglatino.com
Para fortuna de los surfistas, estas paradas nacionales se hacen en concordancia con el calendario internacional del ALAS Latin Tour (ALAS, es una Asociación latinoamericana de surfistas profesionales fundada en 2001) y que también sirven como preparatorio para los próximos juegos de Mar y Playa a realizarse en Tumaco, Nariño, en el mes de mayo.
El surf colombiano vivió un capítulo muy especial a finales de 2016. Carlos Marmol logró para el país la primera medalla en toda la historia del ciclo olímpico de este deporte, en el marco de los Juegos Bolivarianos de Playa en Iquique-Chile. Acertada decisión del Comité Olímpico Colombiano de incluir, por primera vez en la historia, la disciplina del surf entre la delegación a participar de unos juegos bolivarianos de playa.
El camino para Tokyo 2020 es largo. Las sensaciones, sin embargo, son buenas. Hay organización y seriedad; también ilusión por el sueño de llegar a unos olímpicos. Existe un proceso de desarrollo deportivo andando. También existe un semillero de surfistas en el pacífico colombiano. Es decir, el sueño de surfear en Tokyo nunca ha estado tan cerca.