Pierre de Coubertin, el padre de los Juegos Olímpicos modernos
Por: Sebastián González
La historia de los Juegos Olímpicos se ha contado de diversas maneras. Desde su inicio en la Antigua Grecia, hasta la última presentación en París 2024, las olimpiadas mantienen viva la esperanza de gloria y el espíritu deportivo que tanto ha representado a la humanidad durante siglos.
Sin embargo, las historias detrás de los Juegos Olímpicos tienen un personaje que, a pesar de sus esfuerzos, fue poco recordado durante la última edición. Pierre de Coubertin fue el parisino que propuso retomar las olimpiadas que iniciaron en Atenas hace cientos de años.
Charles Pierre Fredy nació el 1 de enero de 1863 en París, Francia. Conocido mundialmente como el padre de los Juegos Olímpicos modernos, se destacó por su visión, pasión y dedicación a la educación física y al deporte como medio de desarrollo personal y social, dejando una huella imborrable en la historia.
Fue un reformador apasionado que creía en la capacidad del deporte para fomentar la paz y la unidad entre las naciones. A través de su trabajo, el movimiento olímpico renació, adaptándose a los tiempos modernos y convirtiéndose en uno de los eventos más importantes a nivel global.
Sin embargo, no todo fue color de rosa. La sociedad de la época, encabezada por Pierre, se negaba a realizar las olimpiadas en conjunto con hombres y mujeres, siendo este un punto fundamental para la creación de la olimpiada como la conocemos hoy en día.
La lenta, pero firme inclusión de las mujeres en los Juegos Olímpicos
Para hablar de las mujeres en los deportes Olímpicos tenemos que remontarnos a la antigua Grecia, cuando los Juegos eran un dominio exclusivo de los hombres. En esta época a las mujeres no solo se les prohibía competir, sino que ni siquiera podían asistir como espectadoras. Sin embargo, existían los Juegos Hereos, dedicados a la diosa Hera, en los que las mujeres podían participar, aunque estos eventos eran completamente separados de los Juegos Olímpicos.
Cuando Pierre de Coubertin organizó los primeros Juegos Olímpicos modernos en Atenas en 1896, las mujeres quedaron completamente excluidas. Coubertin, fiel a las actitudes de su época, sostenía que el deporte debía ser una actividad reservada para los hombres, lo que relegó a las mujeres a un segundo plano. Él afirmaba que una pequeña olimpiada femenina al lado de la gran olimpiada masculina era poco interesante, antiestética, e incorrecta, esto último refiriéndose a incluir hombres y mujeres en un mismo evento olímpico.
La primera grieta en esta barrera se produjo en los Juegos Olímpicos de París en 1900, cuando 22 mujeres participaron por primera vez. Compitieron en deportes como tenis, vela, croquet, equitación y golf. Aunque esta participación fue limitada, representó un hito significativo, ya que marcó el inicio de la lucha por una mayor inclusión en los Juegos.
A medida que avanzaba el siglo XX, la participación femenina en los Juegos Olímpicos fue creciendo de manera gradual. Sin embargo, las mujeres seguían enfrentando restricciones en términos de los eventos en los que podían competir y las distancias que podían recorrer en pruebas de resistencia.
En los Juegos Olímpicos de 1928, en Ámsterdam, se permitió a las mujeres competir en atletismo por primera vez, aunque solo en cinco eventos. La carrera de 800 metros, en particular, fue tan controvertida que se eliminó del programa femenino hasta 1960, debido a preocupaciones sobre la resistencia física de las mujeres.
Los Juegos de Londres 2012 marcaron un gran avance con la inclusión de mujeres en todos los deportes y delegaciones. Finalmente, en Tokio 2020, se logró una paridad casi perfecta en la participación de hombres y mujeres, subrayando el compromiso del Comité Olímpico Internacional (COI) con la igualdad de género.
Fue así como en París 2024 el mundo pudo disfrutar de unas olimpiadas completamente equitativas por primera vez en su historia. 5.250 mujeres compitieron en la ciudad de la luz, en búsqueda de la gloria olímpica.
Coubertine y la creación de los Paralímpicos
Así mismo, Coubertin no imaginaba una olimpiada en donde las personas con discapacidad estuvieran incluidas. Pero, para infortunio de este parisino, la idea de incluir a personas con discapacidad se gestó inmediatamente después de su muerte.
Esta idea nació cuando en 1938 el doctor Ludwig Guttmann creó los Juegos Internacionales de Stoke Mandeville, este evento fue ideado por y para veteranos de guerra británicos que sufrían lesiones en la columna vertebral.
Con el tiempo, estos juegos se expandieron para incluir a atletas de otros países y en 1960 se realizaron por primera vez como los Juegos Paralímpicos, coincidiendo con los Juegos Olímpicos en Roma. Desde entonces, los Juegos Paralímpicos han crecido en tamaño y prestigio, convirtiéndose en un evento global que se celebra cada cuatro años, inmediatamente después de los Juegos Olímpicos.
Es así como el padre de los Juegos Olímpicos modernos fue olvidado con el pasar de los años. Pierre de Coubertine, fallece un 2 de septiembre de 1937 en Suiza, dejando un legado importante en el deporte, pero también en el inicio de la conversación sobre la inclusión de las mujeres y los paradeportistas en las olimpiadas.