La ilusión sigue intacta
Terminaron la 9na y 10ma fecha de las eliminatorias al mundial de Rusia 2018 y el balance para la selección Colombia no es malo: sumar 4 de 6 puntos posibles en esta doble confrontación permite a la tricolor seguir con vida y en puestos de clasificación
Ha sido cruel el mes de octubre para varios. Argentina quedó en zona de repechaje, Perú quedó al margen de la disputa y el Bicampeón de América, Chile, cayó dolorosamente en Quito y aunque ganó el clásico del pacífico ante los peruanos, aún no convence.
Colombia sobrevivió. Lo hizo en dos escenarios complejos: victoria en el Defensores del Chaco ante Paraguay y empate ante el líder de la eliminatoria, Uruguay. Sobre el papel duele, sí, ceder puntos en condición de local. Sin embargo, sumar y mantenerse en zona de clasificación aún sin James Rodríguez el diferente, el que marca diferencia, es algo notable. O si no pregúntenle a Argentina cómo le ha ido sin Messi: de 9 puntos en juego apenas 2 sumados.
No todo fue positivo. Jugadores como Carlos Bacca están en el ojo del huracán por su desempeño. Víctima de la ausencia de una fluidez de juego ofensivo, en la que no hay proyección de los laterales, ni ‘jugones’ que lo pongan mano a mano con los arqueros rivales, el delantero del Milán salió mal librado y pasa malas horas en la tricolor.
El maestro Tabárez, DT de Uruguay, lo había anticipado en la rueda de prensa previa al partido: “La eliminatoria es para sumar puntos y ganar, no para jugar lindo”. Nada más cierto en el caso colombiano: ante Paraguay los cafeteros sumaron de a 3 sin ser vistosos, y ante Uruguay en Barranquilla ocurrió todo lo contrario.
Los dos goles recibidos en Barranquilla fueron producto de errores individuales y ahí la ‘celeste’, poseedora de uno de los mejores ataques del mundo, no perdonó. Era el juego más atractivo de la fecha 10 y, por ende, el más parejo. Resultado más justo, imposible.
La actuación de Yerri Mina fue de lo más destacado de Colombia ante Paraguay y Uruguay. Fue su consolidación en el once titular. Poco tiempo le queda en Palmeiras, tiene un potencial enorme. Abel Aguilar tuvo un buen regreso a la selección y junto a Sánchez y el trabajo colectivo de Wilmar Barrios, la ausencia de Daniel Torres pasó desapercibida.
El juego: ¿una identidad perdida?
Una selección en recambio generacional como la de Colombia requiere de muchos trabajos tácticos y de repetición para mecanizar una idea, propuesta o identidad de juego. Ejecutar esos procesos en una eliminatoria como la sudamericana son difíciles de asimilar, sobre todo en tan poco tiempo.
Colombia no ha perdido ni ha recuperado identidad futbolística. Ha tenido que acudir a la practicidad, a vivir el día a día y a plantear cada partido a la vez. Con un atenuante: sin James ni Dani Torres, aunque la idea sea la misma, cuesta ser llevada a cabo aún por sus compañeros de selección.
Cuesta trabajo saber cómo Pekerman logra mantener la concentración de sus jugadores en una idea futbolística con tanto hermetismo de por medio. Y si lo trasladamos a periodos de tiempo en los cuales los jugadores están en sus clubes, más difícil aún. Llamadas telefónicas, envío de videos, whatsapp, ejercicios y planes de trabajo físicos deberían formar parte de una estrategia integral para darle unidad al juego y llevarlo a cabo. Ahorrar tiempo.
Se aproximan retos notables en el horizonte: El 10 de noviembre Chile vendrá a Barranquilla y el 15 Colombia visita a la Selección Argentina en San Juan, la cual vendrá de jugar en Belohorizonte contra la poderosa Brasil. Llegará herida o crecida. Da igual. Colombia sufrirá si no se prepara bien y si Pekerman no elige adecuadamente el plantel y la idea ante el equipo de Bauza.
Ojalá James esté a punto físicamente para ese doblete. Ojalá Falcao también, que sea una motivación para Bacca tener algo de competencia. Que Cuadrado para ese entonces haya dejado atrás sus problemas familiares que lo marginaron de la acción en la Juve y juegue cada que pueda. Que Teo Gutiérrez nos dé una mano y que la legión de jugadores mexicanos más la base de Atl. Nacional sigan por la senda de buenos partidos. Colombia sigue viva, y mientras eso ocurra, la ilusión sigue intacta.