Juegos Nacionales: María Alejandra Caicedo y una historia repetida
Lleva 13 años entrenando. Hace 4, en los juegos disputados en Chocó fue cuarta, y había terminado sin medalla. En ese entonces había dicho ‘no más’. Sin embargo su entorno familiar la convenció: “Yo ya estaba retirada. Hasta este año me dio la locura de volver”.
Compitió por la división de los 76kg. Eran apenas 4 participantes y terminó en la última posición sin sumar punto alguno. En la segunda ronda de combates de tres en total, ya quería tirar la toalla y no quería terminar la competencia. Frustración.
“Venía muy mentalizada para el oro pero me desconcentré. Faltó dar un poquito más de mi”. Con ese rigor María Alejandra hizo su balance final, para retirarse de la Lucha Libre y dedicarse de lleno a su profesión, Licenciada en Educación Física.
Su padre, Jaime Caicedo, había venido desde San Juan del Cesar para verla combatir. Todo fue por petición de la propia Maria Alejandra, pues se sentía con confianza en que este año la suerte iba a estar de su lado. ¿Qué pasó? Don Jaime opina al respecto: “Cuando vienen estas Justas (Juegos Nacionales) se traumatiza, se frena mucho, le tiene pánico y se siente cohibida”.
El año para ella había sido bueno. Ganó todas las competencias que disputó. Tuvo una buena preparación –con concentración incluida- en Venezuela durante un mes. Tenía incluso una invitación para un torneo en México pero por compromisos laborales no había podido ir. Las sensaciones eran las mejores; sin embargo el objetivo final no se cumplió.
La Lucha libre para ella terminó. Ahora regresará a su pasión: la docencia. Maneja cursos preescolares, niños de 2 a 5 años a quienes seguramente les dirá que lo dio todo, una vez más.