Juegos Nacionales: El apoyo incondicional a Santander
La frase corresponde a uno de los grandes entrenadores que ha tenido la Premier League de Inglaterra, William “Bill” Shankly. Se dice que el verdadero hincha es el que está en las malas, cuando las victorias no se dan, y sigue apoyando a pesar de los resultados adversos.
Se disputaba la tercera jornada del baloncesto masculino de los Juegos Nacionales. Valle vs Santander se enfrentaban en el coliseo Bernardo Caraballo y rápidamente el equipo del occidente colombiano tomó las riendas del juego y llegó a ponerse, al final del primer cuarto del partido, 20 puntos arriba del conjunto santandereano.
La situación no era favorable en absoluto para Santander pues había perdido sus primeros 2 partidos. De hecho Valle defendió su diferencia durante todo el resto del juego. Sin embargo, en las tribunas hubo aliento incondicional. Uno muy particular.
Leonardo Gómez es un santandereano que lleva viviendo 11 años en Cartagena. Es artista y músico. Cuando supo de la realización de los Juegos en la ciudad amurallada, no dudó un segundo en venir a alentar a su departamento, y junto a su hija Isabella acudieron a la cita.
Valle alcanzó en algún momento a ‘canastear’ a Santander, y sacarle 30 puntos de diferencia. Sin embargo Leonardo e Isabella gritaban más fuerte: “para mi siempre ha sido darle buena energía al equipo; los jugadores, sé que lo están dando todo pero el clima está muy fuerte”, dice.
Leonardo continúa: “Estamos aquí dándole ciento por ciento. Tenemos un jugador del Valle que nos tiene la canasta llena (risas) pero tenemos fichas. Vamos poco a poco, grandes cosas se vienen para Santander en el deporte”.
Termina el partido. Marcador final: Valle 68 Santander 51 y rápidamente Leonardo toma a su hija Isabella de la mano y bajan de inmediato a la cancha. El paso siguiente era tomarse fotos con ellos, quienes aún derrotados, accedieron.
El entrenador del equipo, Jordan Barrios, sorprendido, dice: “es muy raro que las personas se acerquen a felicitarte cuando pierdes; encontrar a una niña con su papá y que te pidan una foto, también con los muchachos, le sube el ánimo a uno como entrenador”.
Leonardo le contó su historia. Desde cuando jugaba baloncesto siendo pequeño hasta de cuál colegio se graduó. Barrios escuchaba atento, olvidó por un momento que su equipo había encajado su tercera derrota consecutiva: “uno cuando pierde sale frustrado, pensando en qué se equivocó; esa clase de actitudes de las personas que se nos acercan y más cuando uno pierde es bonito”.
Padre e hija esperaron pacientemente a que los jugadores salieran del camerino para las fotos. Cuando la agenda lo permita, Leonardo e Isabella volverán a alguno de los escenarios de los Juegos Nacionales a apoyar a su departamento independientemente del resultado. Shankly estaría orgulloso, seguramente.