Fella: "Lo que nos unió de niños no lo puede separar la violencia de los grandes"
LosPetitFellas ¿a qué juegan?
Pane (Sebastián Panesso) y yo somos bien futboleros, pero todos en la banda encuentran afinidad con el fútbol. Cuando digo Pane y yo me refiero a que los dos jugamos. En nuestro EP Souvenir tenemos una canción que se llama El amor de mi vida, que está dedicada al fútbol. Es una canción muy pasional, digámoslo así. En la épocas del Mundial de Brasil, el fútbol nos unió no solo para tocar música sino para compartirlo, pues este deporte es un amor a la hora del té.
¿Cuál es su #AsiSiSeJuega sobre el fútbol?
Yo siempre he dicho que el fútbol que nos unió de niños no puede separarnos por la violencia de los grandes. Yo convivo con personas de muchos otros equipos, y que flojera que a todos mis amigos les gustara lo mismo, como por ejemplo la chica que a mí me gusta. Es parte de divertirse y de encontrar en el otro a alguien diferente a mí, que piensa otras cosas y que siente otras cosas que no lo hacen mejor o peor, sino diferente. La diversidad permite que yo también pueda conocer otras cosas.
El fútbol que nos unió de niños no puede ahora alejarnos por culpa de la violencia de los grandes. Antes de que nos separen colores, marcadores o copas, nos une un mismo cielo y una misma sangre, y una misma bandera y un montón de mismas historias que pueden ser mucho más importantes que la violencia ejercida porque eres diferente a mí.
¿Cuándo nace la pasión de Nicolás por el fútbol?
Yo fui criado con fútbol porque mi papa es muy fan de ese deporte, y desde muy niño me prometió que me iba a llevar a una escuela de fútbol cuando aprendiera a leer. Fue él quien me habló del equipo que amo, de su color y de su historia, y fue él quien me compró mi primer par de guayos y quien me hizo una colección de camisetas de fútbol. Fue él quien me inculcó el amor por el fútbol el cual fue correspondido por mí.
¿De qué equipo es hincha?
Soy hincha de Millonarios desde que tengo uso de memoria. Y desde que tengo uso de memoria he tenido todas las camisetas, lo acompañé mucho tiempo en el estadio y jugué en sus inferiores, hasta que conocí el rock and roll (risas), y ya como que cambió un poco eso; pero sigo siendo hincha del equipo, del color, de la historia de Millonarios.
¿Es herencia de su padre?
Claro, hay una canción de seguidores de millos que dice “esta es la herencia que me dejó mi papá”. Él me enseñó a querer a Millonarios. El me explicó todo lo que tenía que ver con el equipo, y fue él quien me llevo por primera vez al estadio a ver al equipo que le decían “El Embajador”. Para mí fue increíble verlo, teniendo apenas cinco años, porque de hecho fue la primera vez que fui a un estadio.
¿Todavía quedan recuerdos de esa primera vez en el estadio?
Tengo uno muy claro. Recuerdo que Millonarios perdió. Recuerdo que lloré como el niño que era, pero también me acuerdo que mi papá ese día me explicó que en el fútbol, como en la vida, a veces se gana y veces se pierde. Creo que ha sido una de las lecciones más bonitas que me ha regalado y me la regaló por el fútbol. Ese es mi primer recuerdo, con unas cintas que uno se ponía uno en la cabeza y media cara pintada.
Cuando va al estadio, ¿va a las zonas de las barras más grandes?
No, siempre fui con mi viejo. Ya grande he ido con mis amigos, pero vamos a oriental. Con mi papá íbamos a occidental. Siempre he creído que la fiesta que hacen en las laterales de un estadio es muy bonita, pero tengo un poco de raye con la idea de esa fiesta y ese amor se convierta en violencia en las calles.
¿Cómo fue jugar en las inferiores de Millonarios?
Me atrevo a decir que el 90 por ciento de los hombres que conozco han querido ser futbolistas alguna vez, y yo también quería. Desde muy chiquito, lo empecé a hacer y jugué un montón de tiempo, y de hecho aún me encuentro con mis amigos para jugar todas las semanas. Pero cuando tenía 11 años tuve una lesión en mi rodilla izquierda, y aunque intenté como hasta los 17 años seguir jugando en alto nivel, ya no pude. El sueño ahí se truncó