En Bucaramanga se esquiva la violencia sobre una tabla de skate
En Radiónica nos encanta contar historias y más cuando estas involucran a jóvenes que le meten la ficha para construir un mejor país. La historia de Óscar Piñeres y su proyecto social Skate por la Vida es una de ellas.
Siempre le dijeron que lo que le gustaba era una moda que con el tiempo iba a pasar, pero no. Aun cuando quisieron convencerlo de que su pasión sería cosa de la adolescencia, Óscar Piñeres supo que montar tabla o patineta sería para siempre el amor de su vida.
La primera vez que Óscar se montó a una tabla supo que no quería hacer otra cosa sino rodar por las calles y hacer trucos. Tenía 10 años entonces y hoy, a sus 35, la emoción es la misma. “Siento que el skateboarding es algo que no se puede describir con palabras, sino que se siente. Es lo que hace que el entorno de mi vida sea bueno, la motivación para seguir adelante me lo da ese instrumento llamado patineta”, afirma.
Skate por la vida, una esperanza en medio de la violencia
Se ha caído, raspado, lesionado ligamentos, y ha pasado momentos duros para mantenerse en pie con su deporte y su tienda con la que vende productos de skate, pero el golpe más duro que le ha dado la vida ha sido ver a uno de sus amigos fallecer, asesinado en el único escenario de deporte extremo para practicar skateboarding y BMX que tiene Bucaramanga, su ciudad natal.
A su amigo lo mataron por robarle el celular en el barrio San Martín, uno de los más difíciles de la Ciudad Bonita. Pero como buen optimista, una vez superado el duelo, este santandereano vio en su deporte favorito, una oportunidad para hacer el bien. Así nació Skate por la Vida.
“Cuando pasó lo de nuestro amigo, ese escenario se volvió en un lugar oscuro para nosotros, un espacio al que le teníamos miedo, pero esto nos motivó a querer incentivar el deporte, y hacer de la patineta un instrumento de paz. Con este proceso social llamado Skate por la Vida queremos promover el skateboarding como una oportunidad para hacer el bien y sabemos que el deporte es fundamental para la vida del ser humano. Reunimos unas tablas y decidimos acercarnos a los niños de barrios vulnerables y formamos nuestra escuela gratuita. A través del skateboarding acercamos a los niños al deporte y los alejamos de ese entorno social que tal vez puede hacerles daño”.
Aunque no ha sido fácil, la motivación permanece intacta, pues sabe que cada minuto que los niños invierten montando patineta, es un minuto menos para el consumo de drogas, la delincuencia, o la violencia intrafamiliar. Cuando su tío le regaló una tabla supo lo que es la libertad en sus pies y ese legado es el que quiere para todos los niños, especialmente los más necesitados de apoyos económicos, de comprensión y de una mano amiga.
“Lo más gratificante no es que estos chicos se conviertan en profesionales en este deporte ni nada de eso, sino que sean personas que le aporten al bien. Que no hablen mal de los demás, que sueñen, que tengan objetivos, que tengan metas. Ver que podemos sacarlos de un entorno de depresión o de rabia y que se conviertan en personas buenas para la sociedad, es lo que más me hace feliz”, concluye
Historias como las de Óscar permiten entender que cada gesto cuenta, que vale la pena dedicarle la vida a eso que más apasiona y que no se necesitan grandes recursos o contactos poderosos para cambiar el mundo. Este 34 veces campeón departamental de Skateboarding solo ha necesitado de su ejemplo y ganas, para hacer del barrio San Martín y de la movida del skate en Bucaramanga, un escenario de fraternidad y vida.