Ecología y deporte Vs. calentamiento global: el partido del año
Con el anuncio del cambio de programación de los partidos de fútbol colombiano para horas del día y evitar de esta manera el uso de iluminación artificial, el deporte nacional se une a la cruzada de todo un país para ahorrar energía.
La crisis ambiental está lejos de irse. Es más, ha ‘tocado’ a todos directa o indirectamente. El fútbol, por ejemplo, comenzará a aportar su granito de arena programando los partidos entre las 11am y hasta las 5pm, y racionar de esta manera el uso de energía en los estadios.
Es una medida oportuna, novedosa y necesaria en tiempos aciagos en materia climática como ahora. ¿Tiene aspectos en contra? Tal vez. Por ejemplo las bajas asistencias de los aficionados a los estadios, las ventajas competitivas para ciertos equipos y el cruce de horarios de algunos partidos.
Sobre el tema de las entradas, está más que comprobado que si un equipo gusta por su juego, gana y ofrece espectáculo, la afición siempre responde y asiste. Comprobado. Cierto es, también, que con esta medida clubes de zonas cálidas como Junior, Petrolera, Huila y Tolima pueden aprovechar las altas temperaturas para competir mejor. Pero, acaso ¿olvidan lo que le cuesta en la parte física a estos equipos ateriormente mencionados jugar en la altura de Bogotá, Pasto o Tunja, en medio de un cielo totalmente despejado? Es para todos por igual.
El deporte ha dado un paso al frente. El automovilismo, por ejemplo, es un claro ejemplo al consolidar la realización de la Fórmula E con monoplazas eléctricos, que usan energía renovable, motores con nula generación de gases, y con bajos índices de sonido: 80 decibeles, apenas superior a los 70 de un auto ordinario.
Desde la década de los sesentas, la creación de césped artificial ha permitido disminuir el uso del agua en el mantenimiento de campos deportivos, los cuales requieren del líquido vital a diferencia de los gramados no naturales. Eso sin mencionar el uso de fertilizantes, químicos y demás elementos que en algún momento pueden llegar a ser contaminantes.
Con el paso de los años, los comités organizadores de distintos certámenes deportivos se preocupan por disminuir las emisiones de carbono de sus vehículos, promover programas de reciclaje en sus escenarios deportivos, así como la instalación de páneles solares en los mismos, y crear conciencia de los efectos nocivos del tabaco en los asistentes a los espectáculos deportivos y el ambiente en general.
Lo del fútbol colombiano, con sus limitantes y sus ventajas, es un buen inicio. Con el tiempo se puede mejorar, como todo, pero el generar conciencia de la falta de agua y de ahorrar energía a todo nivel, ya es un golazo al calentamiento global. Sin duda.