Deporte e inclusión: así nacieron los Juegos Paralímpicos
Todo comenzó en 1944. El médico Ludwig Guttman (1899 - 1980) abrió un centro de lesiones en la médula espinal en territorio británico. Guttman era judío alemán, y tras escapar de Alemania recibió la misión de crear un centro especializado de salud para personas con lesiones medulares. Su nombre: Hospital Stoke Mandeville.
Guttman rápidamente notó que las personas fallecían más por situaciones conexas a las lesiones que sufrían: estar en la misma posición todo el tiempo, por ejemplo. El galeno decidió, entonces, innovar e implementar nuevas tendencias de tratamiento.
En una de sus jornadas de trabajo, observó atentamente cómo unas personas en silla de ruedas se divertían practicando una especie de hockey con bastones improvisados. El efecto positivo en las dinámicas de recuperación mental y física de estas personas era evidente.
De esta manera incluyó deportes en los procesos de tratamiento de las personas que se encontraban en el hospital. La actividad competitiva fue un elemento más, pero clave si se quiere en la creación del movimiento paralímpico.
En el año de 1948, Londres recibió los primeros Juegos Olímpicos de la posguerra; al Dr. Guttman se le ocurrió la idea de realizar unos eventos deportivos en simultánea para personas en silla de ruedas: los Juegos de Stoke Mandeville. Aquella vez participaron 16 personas heridas en combate, en una competencia de Tiro con Arco.
Desde entonces la competencia se realizaba anualmente; sin embargo, en 1952 Holanda se vinculó a estos Juegos, y pasaron a llamarse Los Juegos Internacionales de Stoke Mandeville. La intención de hacerlos de ahora en adelante y cada 4 años paralelamente a los Juegos Olímpicos, tendría su recompensa años después, más exactamente, en 1960.
Ludwig Guttmann logró convencer al alcalde de Roma, Italia y a diversas autoridades para que le permitiera organizar sus juegos al término de los Juegos Olímpicos como tal. Allí, nacieron los Juegos Paralímpicos, aunque como organización el Comité Paralímpico Internacional se conformaría años más tarde.
De hecho en los Olímpicos de Seúl en 1988 se decidió, mediante un acuerdo entre las partes (entre el Comité Olímpico Internacional y Comité Paralímpico Internacional) que toda ciudad que se postulase para hacer los Juegos Olímpicos debía presentar una propuesta para realizar de manera conjunta los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
A partir de ahí, los Olímpicos y los Paralímpicos comenzaron a hacerse en la misma ciudad. La obstinación de Guttmann tuvo, al final, un premio inmenso de cara a la inclusión del movimiento paralímpico.