La generosidad de Fernando Botero y las obras que regaló a Colombia
Siete óleos, un pastel y dos acuarelas, fue la primera donación que Fernando Botero le hizo al Museo de Antioquia, pero no fue la única, ni la más importante que le hizo al país.
Durante décadas, muy bien custodiadas en distintas partes del mundo, Botero resguardó buena parte de sus creaciones, pero además, conformó una de las más exquisitas colecciones privadas de arte con grandes nombres de la historia del arte universal.
A mediados de los noventa decidió compartir ese tesoro artístico con Colombia, en especial con Medellín, con la condición de que dicha donación fuera exhibida de manera permanente y de acceso gratuito.
Una parte importante de su obra y de su colección personal la donó a Colombia, para ser expuesta en distintos espacios, sin que se lo impidiera el hecho de que una de sus obras hubiera sido objeto de un atentado terrorista.
Estas fueron algunas de sus donaciones más importantes para el país.
Plaza Botero en Medellín
Fueron 23 esculturas de bronce en total las que Botero brindó al centro de Medellín, gracias a lo cual convirtió un espacio urbano de la ciudad en un gran museo al aire libre. Fue una forma de demostrar su cariño por su ciudad natal.
Botero reunió en las esculturas de bronce una muestra de las experiencias y conocimiento adquirido en sus múltiples viajes: La Mujer con Fruta, Maternidad, Hombre a caballo, Hombre vestido, Perro, Gato y Soldado romano son algunas de las obras que puede disfrutar toda persona que visite el gran espacio de Medellín.
Con los riesgos propios de un espacio abierto, las obras de la plaza de Botero se convirtieron en objeto constante de vandalismo y continuamente tuvieron que pasar por procesos de recuperación tras ser rayadas y pintadas por distintos colectivos.
El 10 de junio de 1995 el monumento de El Pájaro sufrió un grave atentado que dejó 23 personas muertas. En la obra fueron dejados cerca de 10 kilos de explosivos que, en horas de esa misma noche, explotaron, dejando la obra semidestruida y una gran cantidad de personas afectadas.
“Quiero que la escultura quede como recuerdo de la imbecilidad y de la criminalidad de Colombia”, fueron las palabras del maestro Botero al referirse a la trágica escena.
Vale la pena recordar, que en su momento Botero fue quien propuso el cambio del nombre de Museo Zea a Museo de Antioquia, que adquirió sus primeras obras en 1974, y desde los años ochenta, el maestro empezó a donar varias de sus creaciones, entre ellas, su famosa Monalisa.
Considerado el artista más cotizado de las últimas décadas, hizo una primera donación a dicho museo con 64 pinturas y 14 esculturas, y más adelante, hizo entrega de 114 pinturas, entre óleos, acuarelas y dibujos, más 21 pinturas de grandes maestros del arte universal en el año 2000, siendo una muestra de exhibición permanente en el tercer piso del museo.
Museo de Botero en Bogotá
El artista antioqueño donó al Banco de la República un total de 208 obras, 123 de su autoría y 85 de artistas internacionales que hacían parte de su colección privada. Con ellas se fundó en el año 2000 el Museo de Botero en la capital de Colombia.
El museo se ha posicionado desde entonces como un lugar para conocer el arte contemporáneo en medio del ambiente colonial del centro histórico de la capital.
“Para mí es un placer infinito saber que estas obras pertenecen hoy a Colombia, saber que los estudiantes que ingresen a esta casa, entrarán en contacto con las corrientes artísticas más importantes de nuestro tiempo, contemplando aquí permanentemente, obras originales de grandes maestros; saber que los amantes de la pintura y la escultura puedan venir a visitar este remanso de paz y pasearse tranquilamente por estas salas, dejándose inundar por la estética moderna”, dijo Botero en su momento.
En 2004 el reconocido artista también donó cerca de 40 óleos al Museo Nacional con algunos de sus más recientes trabajos, obras que buscaban reflejar la realidad del conflicto colombiano con la mirada propia de su arte.
La paloma de la paz
La hermosa estatua fue entregada por Botero como muestra de apoyo al proceso de paz con las FARC durante el gobierno Santos en 2016.
"Con la escultura 'La paloma de la paz' me uno a este proceso trascendental de la paz en Colombia. Quise hacerle este regalo a mi país para expresar mi apoyo y mi solidaridad con este proceso que les brindará un futuro de esperanza e ilusión a todos los colombianos. ¡Enhorabuena por Colombia!", explicó el maestro.
La Paloma de la Paz mide 70 centímetros de altura, es blanca, con el pico dorado y regordeta, como toda su obra.
Durante el Gobierno de Iván Duque fue retirada de Palacio y vuelta a instalar en el inicio del Gobierno Petro.